Kim Yongsun era la mujer más irritante, egocéntrica, arrogante y maleducada que había tenido la desgracia de conocer. Desde el primer momento en que se vieron, entre ellas saltaron chispas. Ningún otro ser humano la hacía reaccionar como Yong. Sencillamente, aquella mujer sabía cómo sacarla de quicio. Y en aquel momento volvían a estar enfrentadas.
Byul había conocido a Yong por primera vez dos años antes, cuando llegó con su familia a Venezuela. La compañía petrolera para la que trabajaba Seung, su marido, ofrecía una fiesta para sus nuevos ejecutivos. Kim Yongsun era la presidenta y la accionista principal de Petróleos Kim. Byul lo recordaba tan bien como si hubiera sucedido el día anterior. Seung estaba presentandole a alguno de sus colegas cuando se volvió y se encontró con los ojos más lindos que había visto nunca. Por un breve instante, fue como si el tiempo se detuviera. La mujer que tenía delante era tan hermosa que quitaba la respiración. No había otra manera de describirla.
Seung le presentó a Yong. Cuando las dos se estrecharon la mano, Byul sintió una sacudida que hizo que le hormigueara todo el cuerpo. Fue una reacción mutua; Byul se lo notó a Yong en los ojos. Sin embargo, después de aquel momento de extraña conexión, las dos se llevaron como el perro y el gato. Siempre que una de las dos estaba en una habitación, la otra lo notaba y reaccionaba ante aquella presencia. Al principio, Byul había tratado de entablar conversación con la fría y distante señora Kim. Pero, tras varios cortes poco elegantes y directamente maleducados por parte de Yong, Byul tiró la toalla. Las dos habían trazado entre ellas una línea de antagonismo invisible.
En cierta manera, Byul no se sorprendió cuando Sooyeong, la mujer de uno de los colegas de Seung, le dijo que Yong había venido al club de campo para asistir a su reunión y manifestar su desacuerdo con la propuesta que iban a votar aquella noche. Byul se puso furiosa. Llevaba más de tres meses trabajando en aquella propuesta y estaba segura de que Yong sabía que era la noche en que la iban a votar. Al parecer, nunca pasaba nada sin que Yong lo supiera. Reinaba sobre la región con mano de hierro. Si quería que se hiciera algo, se hacía. Si quería que algo dejara de hacerse, lo más probable es que no se volviera a oír hablar de ello minutos después de que expresara su deseo en voz alta.
El proyecto en el que Byul había estado trabajando facilitaría el acceso a los recursos a los más necesitados de la ciudad de Caracas. Se trataba de un sistema de distribución y asignación de los recursos diferente al que se venía aplicando, pero Byul estaba convencida de que sería más eficaz y de que, silo adoptaban, las ayudas llegarían más rápidamente a los que más las necesitaban. El método que se había seguido durante los últimos diez años no había resultado tan eficaz como el nuevo plan. La población había cambiado, sus necesidades eran diferentes y los fondos no se administraban bien. Si Kim Yongsun hubiera sido un poco más accesible, Byul estaba segura de que podría haberla convencido de que tenía razón. De hecho, había intentado organizar un encuentro para discutirlo con ella y Kim Yongsun había accedido a recibirla. Byul todavía recordaba la humillación que había sufrido.
Byul llegó diez minutos antes a su cita con Yongsun para discutir el proyecto del Club. La tuvieron esperando cincuenta minutos hasta que la hicieron pasar al despacho de su alteza real Kim.
Byul esperó de pie frente a la mesa del despacho, mientras Yong seguía ojeando los papeles que tenía delante, haciendo caso dmiso de su presencia. Al cabo de unos minutos, Byul perdió la paciencia y se sentó sin más, dispuesta a jugar ella también al juego del silencio.
En ese momento, Yong se echó hacia atrás y se apoyó en el respaldo de la silla, cruzó las piernas y miró a Byul con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
—Por favor, siéntate —le dijo con sarcasmo.
—Gracias, creo que lo haré —respondió Byul sonriendo.
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POR AMOR (adaptacion Moonsun)
ФанфикBienvenidas a un mundo donde el petróleo es amo y señor, la pasión se impone a la razón, y las gentes viven bajo la constante amenaza de guerra civil. Un mundo donde Kim Yong sun se mueve como pez en el agua. Al contrario que Moon Byul , cuyo marido...