Gero había incursionado en la nano robótica por mera curiosidad en un principio. La nano robótica es el campo de las tecnologías emergentes que crea máquinas o robots cuyos componentes están o son cercanos a escala nanométrica. No tan explorado como otros campos de la ciencia. Debido a los tabúes de aquella ciencia.
Gero se sumergió profundamente en sus estudios sobre nanotecnología, obsesionado con encontrar una forma de superar su debilidad física y alcanzar finalmente la supremacía sobre aquellos que lo habían derrotado y avergonzado. Pasó años trabajando en secreto, perfeccionando diseños y prototipos, siempre buscando la siguiente innovación que pudiera llevarlo al siguiente nivel.
Pero incluso con sus avanzados conocimientos científicos, había límites a lo que podía lograr solo. Necesitaba recursos, financiación, acceso a instalaciones de investigación de primer nivel. Y así comenzó a tejer una red de contactos clandestinos, criminales y corruptos, dispuestos a proporcionar lo que necesitaba a cambio de favores y beneficios futuros.
Gracias a aquello, Gero adelanto su investigación, experimentado, descubriendo y aportando a dicho campo todo su conocimiento al que él solo tenía acceso, por nada se volvió un especialista en la materia, en la creación de robots y demás componentes tecnológicos de vanguardia de última generación.
La diferencia era que mientras en el exterior la nano robótica emergía, en su laboratorio estaba en la cúspide, de la flor de dicho campo tecnológico. Dr Gero había probado dicha tecnología con varios sujetos de prueba, por desgracia ningún sujeto y experimento realizado en resultó favorable.
No soportaron el método de introducción de los Nanobots, muchos murieron en la mesa de operaciones y los que sobrevivían morían a los minutos siguientes. Con esos resultados obtenidos, Dr. Gero, dejo de lado a los Nanobots por el momento. Debido a que no encontraba el candidato perfecto para realizar tan riesgoso procedimiento.
Dr. Gero se enfrentó a un callejón sin salida en su búsqueda de la perfección biotecnológica. Sus intentos de implantar nanomáquinas en humanos habían resultado en fracaso tras fracaso, con sujetos de prueba muriendo en la mesa de operaciones o poco después. La delicada naturaleza humana simplemente no podía tolerar la intrusión masiva de tales dispositivos microscópicos en masa.
Los fracasos iniciales fueron frustrantes, pero sólo sirvieron para avivar aún más la determinación de Gero. Cada uno de esos experimentos fallidos le proporcionaba valiosas lecciones sobre qué evitar y qué mejorar en el futuro.
Ahora que tenía el candidato perfecto a su disposición para el procedimiento de introducción de los Nanobots, se dio cuenta de su peculiar fisiología, su fisiología era similar a la humana, pero era superior a la humana. Junto a la regeneración del sujeto era el candidato perfecto.
Los ojos de Gero brillaban con avidez mientras consideraba las posibilidades que representaba tener a este nuevo sujeto a su disposición. Su cuerpo era casi idéntico al de un ser humano normal, pero con ciertas mejoras que lo hacían ideal para el implante de nanomáquinas. La regeneración acelerada sería especialmente útil para ayudar a su organismo a adaptarse y asimilar la nueva tecnología sin rechazarla.
El científico se frotó las manos con anticipación, imaginando los increíbles poderes que podría conferirle a este sujeto mediante la integración de Nanobots en sus células. Sería un superhombre, no un ser cercano a un dios, un ser prácticamente invencible. Pero primero tendría que llevar a cabo el proceso de implantación con sumo cuidado y precisión quirúrgica para evitar las complicaciones fatales que habían surgido en pruebas anteriores.
El cerebro del chico era 0.99% más grande que el de un humano y estaba envuelto en una membrana protectora. Gero estudió a fondo la fisiología del joven hombre, tanto como su sistema nervioso y la anatomía. Su supercomputadora escaneo al joven, dando como resultado el 99.9% que resista la introducción de los Nanobots en su cuerpo.