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Nanon tardó unos veinte minutos en despertarse. Además de ser destrozado por Ohm hace unas noches, él no se siente para nada incómodo está vez.

Ohm está cocinando, y Nanon permanece en silencio en la puerta de la cocina. Se pregunta cuánto tiempo ha pasado desde que tuvo un día tan tranquilo y cálido como ese.

Ohm es muy atractivo. Tiene hombros anchos, glúteos bien formados, piernas largas. Las mangas de su camisa le llegan por encima de los codos y el aspecto que tiene al hervir la pasta es muy buena también. Las cejas gruesas son absolutamente masculinas, piensa.

Cuando Ohm se dio la vuelta y vio a Nanon, se sorprendió un poco, pero le sonrió de igual manera:

— ¿Acabas de despertar? — luego se rio. No se dio cuenta de la rudeza en su voz cuando le dijo — ¿Eres tan inconsciente como para levantarte nada más para comer?

Nanon susurró:

— No. Vine a ayudar a limpiar los platos.

Después de unos minutos de silencio y de la extraña mirada de comprensión que Ohm le dedicó, Nanon se aproximó para probar una pequeña cucharadita de la sopa:

— El sabor debe ser más liviano, no tenías que agregar tanta sal. Te da una sensación demasiado fuerte en la lengua.

Después de decir eso, Ohm acepta que se siente un poco ridiculizado.


•                   •               •


Mientras comen, el estado de ánimo de Nanon se ve muy estable. Cada platillo se iba terminando y su rostro estaba lleno de sonrisas y pequeñas risas casuales mientras eso pasaba. Sin embargo, solo ingería una pequeña porción de comida de cada plato y Ohm se jactó de ello casi de inmediato... La sonrisa de Ohm se convirtió lentamente en una especie de mueca de disgusto tan fuerte que no pudo llegar a ocultarla más... Pero Nanon aún sonreía, y sus hoyuelos se le marcaron en la delgada piel de sus mejillas.

— Ohm, ¿Por qué te fuiste temprano?

Ohm no pensó mucho en una respuesta para eso. Tomó su cuenco con la sopa y despegó un par más de palillos para sostener su pasta.

— Comamos más, no pienses en eso. Te prometo que después de terminar con este proyecto definitivamente te acompañaré más seguido en casa.

Nanon no movió los palillos. Sus ojos bajaron y barrieron las delgadas manos de Ohm. Preguntó, agitando un poco su cabeza:

— ¿Dónde está tu anillo?

Ohm se atragantó. No respondió por unos minutos y su corazón le corrió peligrosamente rápido. Repitió inconscientemente la pregunta:

— ¿Dónde está...?

Ese anillo fue un regalo de hace nueve años. Lo recuerda. Él sabe que necesita enviarle un presente de cumpleaños a Nanon, pero no le convence del todo darle un libro de pasta dura ni un separador con forma de flor. El tiempo no se detiene, está llegando el día. Siente que tiene el dinero suficiente para comprar los pequeños anillos de plata para pareja que vio en un catálogo de la oficina. Sencillos y lisos, ovalados, incluso el patrón es decente. Elegante. Los adquirió un día antes de que su celular le arrojara la notificación de la celebración. Se mide el anillo en cada uno de sus dedos. Manda a grabarle unas letras sencillas en la parte superior, las manos le están temblando cuando lo mete en una caja y le están temblando cuando se lo da... En el momento en que Ohm miró a Nanon tomar el anillo, se sintió conmovido y los ojos le comenzaron a llorar.

Sintió que era lo mejor del mundo.

¿Pero cómo fue que lo perdió? Ohm está un poco avergonzado. La primera vez que estuvo ebrio fuera de su casa, intoxicado y desconcertado, esa noche y en medio de su delirante travesía... Conoció a otro. El hombre era como el de 18 años de edad. Su Nanon universitario de cabellos negros y suaves. Sus ojos son claros e inocentes. Cuándo pregunta por él, también lo llama por su nombre utilizando un tono malcriado.

El anillo se perdió después de esa noche a su lado. Estaba muy borracho como para recordar donde cayó, o si lo vio o si es que acaso se lo dio a él.

Después de usar el anillo durante nueve años, después de algunos meses sin tenerlo en el dedo, Ohm realmente se sintió incómodo por lo que estaba pasando. Nanon no le prestó atención. Después de todo, era como la representación gráfica de que se estaba olvidando de él.

Ohm pensó en diferentes ocasiones, que podría ir y mandar a personalizar un par de diamantes para Nanon esta vez. Pero las fiestas son muchas, el amante le llama seguido y la empresa lo mantuvo tan ocupado que se ha retrasado con eso. Como Nanon preguntó de repente, Ohm no sabía qué hacer. No sabía que decir, olvidó sus excusas y el plan de los diamantes pasó a segundo plano.

Ohm comenzó a soplarle a sus palillos como para restarle importancia al asunto. Nanon dijo entonces:

— No importa, no era una cosa valiosa... Si se perdió se perdió...

"Es como si me hubieras perdido a mí. "

No dijo la última parte de la oración, se ha acostumbrado a quejarse en silencio. Incluso ahora puede controlar el ardor de sus ojos parpadeando solo un poco. Las lágrimas se mezclan con sus pestañas.

Ohm carraspea la garganta, traga saliva y sonríe:

— ¿No será que solo olvidé donde lo puse? No lo perdí, seguramente está aquí en la casa. De todos modos, ¿Qué te parece si cambiamos a otra joya? Todavía tenemos nuestro vigésimo aniversario para...

— Voy a calentar más agua — Nanon sonrió, puso los palillos sobre la mesa y se levantó mientras se frotaba las manos — Tú sigue comiendo ¿Está bien?

Ohm mira la parte posterior de la nuca de Nanon y no se preocupa en ocultar que está frunciendo el ceño nuevamente. Nanon antes mostraba emoción, pasión. Incluso cuando estaba enojado, actuaba como si ese no fuera el caso... Ahora los días están vacíos, extraños.

¿Por qué Nanon lo hace sentir extraño?

Ohm de repente está un poco cansado.









DANI

Los 10 años en los que más te amé  || OhmNanonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora