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SOFÍA
Hoy era el gran día. Mi mejor amiga, Alicia, se iba a casar. Y no con cualquiera, sino con mi otro mejor amigo, Mateo. Los presenté un día que Mateo vino al piso, que compartía con Alicia mientras estudiábamos en la universidad, a hacer un trabajo de escritura comenzaron a hablar y bueno, se hicieron pareja y hoy se casan.
–Sofía estoy muy nerviosa – dice mi amiga, mirándose al espejo.
–Como para no, es el día de tu boda.
–Ya ya, pero es que mi hermano no ha llegado todavía.
Su hermano. El mismísimo Eric García. El jugador del barça y de la selección española.
Y mi crush desde el verano pasado.
Nunca fui de ver fútbol, como mucho lo hacía por mi hermano y muy de vez en cuando. Pero un día mi hermano puso un partido del City y le vi. Y me enamoré casi al instante cuando le vi por televisión.
Luego dio la pura casualidad de que Alicia sería mi compañera de piso, y me habló de su hermano, y fingí que me sonaba, no iba a decirle de primeras que babeaba por su hermano. No me pareció lo correcto decírselo recién iniciaba la amistad.
Hasta que llegó el verano pasado y fui a casa de Alicia.
Y ese ídolo en Eric se cayó un poquito, porque fue bastante borde.
Ali comentó que era porque lo había dejado con su novia, pero igualmente se me cayó el ídolo crush que tenía con el catalán.
–Ah, qué raro.
–Oh venga, solo le viste un día, ya verás que hoy será diferente.
Ruedo los ojos y suspiro. Todo por mi amiga.
...
Veo a mi amiga caminar hacia el altar, va con un vestido blanco perla precioso. Lleva muchas transparencias y bordados muy bonitos y favorecedores.
Noto que alguien se pone a mi lado.
–¿Llego muy tarde? – pregunta esa voz madura a mi lado.
–Un poquito. Tranquilo, que dirás la peor parte del discurso.
–Siempre tan agradable.
Sonrío.
La ceremonia termina y nos dirigimos al comedor.
Y justo me toca al lado de Eric.
–Lo que faltaba – murmuro para mis adentros.
–¿Me tienes miedo o qué? – dice, el muy prepotente.
Ruedo los ojos y me siento.
ERIC
–Ahora por favor, que salgan los padrinos a hablar.
