6: VISTA AL MAR - Ez Abde

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Como siempre, tiene su entrada triunfal de reina

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Como siempre, tiene su entrada triunfal de reina. Cada una lo que es, pienso. Tomo un trago de tequila y mientras el ardiente líquido baja por mi garganta la veo subir al vip, donde estoy yo con los chicos del equipo.

Desabrocho un botón de la camisa blanca, el tercero ya. Hace mucha calor, el aire acondicionado se ha roto y no saben cuándo lo arreglarán, cosa que hace que estemos todos pasando calor en esta discoteca de Barcelona.

Ella llega y todas las miradas, incluyéndome a mi claramente, se posan en ella. En sus ojos miel, su cabello claro y su vestido negro corto con escote y transparencias que lleva hoy.

Todos miran a Blanca Ortega.

Los primeros acordes de Vista al Mar, de Quevedo, suenan cuando cruzo mirada con ella. Sus ojos se clavan en mi como si de dos dagas se tratasen. Pero no dura mucho, tan solo unos segundos, porque todos se acercan a saludarla. Es conocida por aquí y por el mundo, ya que es la hija menor de Amancio Ortega, el fundador de Zara.

–¿Sigues enchochado de ella? – pregunta Pedri a mi lado.

Vuelvo a tomar otro trago y él suelta una risilla y niega con su cabeza.

–Te vas a romper el corazón tu solito tío. Es imposible.

"Mami no quiero que quede en un casi"

De nuevo, tomo otro trago.

–No creas que no soy consciente de ello. Pero no puedo olvidarla, aunque ella parece haberlo hecho. Parece que olvidó lo que pasó en mi habitación.

"Parece que olvidaste lo rico que siente en mi habitación..."

–Seguramente lo habrá olvidado. Cosa que, tendrías que hacer tu también.

"Que tú tienes el poder para jugar con mi mente"

–Tío venga, vámonos. Ya la has visto – dice, tocando mi hombro y levantándose del taburete.

Termino mi vaso y me levanto.

"Como se siente como se siente, sabiendo que de todos soy el diferente"

Blanca siempre hacía lo mismo. Llegaba entre las doce y la una de la mañana, y se iba una hora después.

Seguramente hoy encontraría un ligue o alguien y haría lo mismo que hizo conmigo.

Follar e irse.

Justo cuando vamos a irnos del vip, oigo esa dulce voz detrás mío.

–¿Abde? – pregunta ella.

Me giro, aunque mi amigo me mira bastante mal.

–Hola – murmuro, seco. Le miro de arriba abajo, con descaro y chulería.

Si ella no me recuerda, yo a ella tampoco.

–¿Abde enserio? – pregunta, cruzándose de brazos.

–¿Qué? – digo todavía mostrando mi fachada de chulo y tío duro.

STORIES Vol.1 | FutbolistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora