Chiquita y bonita
-¿Qué pasa, enana? Miras mucho para mis lados.
Shei nunca respondía. Sabía que lo que ella buscaba era alguna contestación así que solo la observaba de arriba a abajo con sus ojos rasgados y la ignoraba.
-¿No vas a responder? Siempre haces lo mismo, miras mucho y actuas poco. Típico.- rió.
-Nee... No quiero desperdiciar mi tiempo en personas tan...- la volvió a mirar de arriba a abajo mientras tomaba su bebida.- tan vos.
Shei no era la persona más simpática, tampoco era una mujer odiosa, solo quería estar tranquila en su burbuja sin que le hablaran, la molestaran o le tiren algún comentario respecto a su altura. Era chiquita pero tampoco la pavada. Está bien, tener 25 años y medir 1,55 capaz no era lo normal, pero era su cuerpo, ¿si no se ama como es ella misma quien más la va a apreciar tanto?
No tenía complejo alguno con su cuerpo, se quería bastante y no necesitaba contestarle a personas que no valían la pena, además, si de bocas sueltas hablamos, Shei era la primera.
-Ahhh...- un grito la saco de sus pensamientos mientras caminaba por la facultad.- ¿Qué te pasa?- un chico alto, con el cabello de dos colores y que parecía un hermoso muñequito estaba empapado de pies a cabeza.
-Bueno, tampoco para tanto, se resbaló.- como siempre, ahí estaba la gente que más odiaba. Dos tipos: las personas que molestan porque se les da la gana y las personas que defienden a los que molestan porque se les da la gana. Shei solo se quedó observando la situación.
-¿Se resbaló? No creo que una persona que simplemente se "resbaló" haga tremendo enchastre.- habló señalando el piso que, realmente, estaba mojadísimo.- Además se sintió como un baldazo, tampoco quieras defender lo indefendible.- era tan tierno que Shei casi estalla en risa. Se notaba que estaba enojado pero a la vez parecía un perrito mojado a punto de llorar por meterse en un lugar del cual no podía salir. Ella solo observaba como si esa escena fuera la única en el mundo.
-¿Por qué en vez de quejarte tanto no te vas a cambiar de ropa?- rió aquella que le había tirado la bebida. Eso colmó la paciencia de Shei y se acercó despacio. Tomó la mochila del chico y lo miró con una sonrisa.
-Vamos, te acompaño.- el chico no entendía nada, solo la miró y asintió, como si en sus ojos notara que siempre la molestaban a ella, como si fuera su cómplice y su hombro de apoyo. Ambos empezaron a caminar y quienes se encontraban en el pasillo los miraron.
-Ay, los novios.- todos rieron y la chica frenó en seco.- ¿Querés un poquito vos también, petisa?
-¿No estás un poco grande para hacer estas pelotudeces?- se dio media vuelta con los ojos encendidos, como si con un interruptor cambiaras de "tranquila" a "rompe todo, total nadie se entera".- La verdad que sos preciosa, da un poco de lástima que siendo tan linda tengas tan poco cerebro.- caminaba despacio, con todos en silencio, con miradas de asombro y miradas de enojo a la vez.- Ya estás en la universidad y aún así les tiras cosas a las personas, las insultas por su físico y te reís de ellas, como si fueras... no se... más viva, más garchable o más genial.- Shei rió.- Creeme que no sos más viva por eso, mucho menos cogible, así que borrá esas ideas de tu cabeza y ponete a estudiar.- estaba tan cerca de darle un golpe... pero respiró y sonrió.- Prefiero ser novia de él antes que tuya, y te juro que no es porque sea hombre, si entendes a lo que me refiero.- hizo como si cortara el aire con dos dedos de su mano.- A ver si aprendemos a comportarnos como nenes grandes, princesa.- hablo yéndose con el chico y saludando con la mano, orgullosa de ella misma, sacando todo lo que quería decir hace tanto. Lo que más la molestaba no era que la jodan a ella, era que jodan a los demás solo para hacer reir a la gente.
-Eh... gracias.- habló cuando salieron de la facultad.- Me llamo Kōtarō.
-No hay de que.- respondió dándole la mochila.- Soy Shei. Espero que no te vuelvan a molestar.
-Oh, no me preocupa mucho, solo que hoy tengo un partido y prefería no volver a casa hasta después.
-¿Partido?- estaba curiosa y su voz le causaba tranquilidad, raro, porque esa discusión lo tendría que haber sacado de sus casillas.
-Si, juego al voley.- el chico sonrió y la observó. Sus ojos destellaban y él solo quería abrazarla de la ternura que le daba.- ¿Querés venir?- Shei asintió repetidas veces con la cabeza y Kotaro rió.- Bueno, primero a mi casa.
Así empezó su relación.
-Bokuto, ¿hoy viene Shei?- el chico se sonrojo un poco y asintió.
-¿Viene Kageyama?- preguntó él.
-Si, a la noche nos vamos a la otra ciudad porque mañana juega él.- Desde que Hinata estaba con Tobio lo veía tan animado y jugando tan bien que se preguntaba si él estaba igual desde que conoció a Shei.
Estaba un poco nervioso, jugar contra el equipo de Oikawa siempre lo ponía así. Eran muy buenos y, aunque ellos también, siempre se sentía negativo en contra suyo.
Las tribunas estaban como locas pero Bokuto solo quería concentrarse en no vomitar y en que los pases de Atsumu también eran muy buenos. Entre tanto murmullo la vio, sonriendo y con ese pequeño cartelito, chiquito y lindo como ella "Ganá, 12, te amo". Su corazón latía tan fuerte con esas palabras, muchísimo más si provenían de ella.
-Te dije que podías.- saltó abrazándolo al final del partido.
-Omi Omi siempre me salva.- rió.- ¿Venis a dormir conmigo?- sus mejillas estaban rojitas y Shei solo asintió.
Habían pasado solo dos meses desde que estaban juntos, todo su equipo la conocía y la quería mucho, también la conocía Akaashi.
-Ah... como me gusta como juega Omi Omi.- Shei sonreía, tan inocente, como si no se diera cuenta de la ira que comía por completo a su novio. Bokuto hervía de los celos cuando se trataba de Sakusa. La miró y la tomó de la cara para besarla con fuerza.
Shei reía en su interior. Los celos de Bokuto eran totalmente obvios y sabía muy bien como provocarlo.
Las ropas caían por el salón y el pasillo mientras caminaban a la habitación sin parar de besarse.
-Hablas mucho de Omi Omi después de los partidos.- su voz estaba mucho más ronca y agitada. La dio vuelta, haciéndola apoyar sus pechos y panza en la fría pared.- Me pone como loco eso, ¿sabes?- ni siquiera le sacó su ropa interior, solo la hizo a un lado para entrar en ella con fuerza y hacerla morderse el labio para que no la escuche.- ¿Omi Omi te pone así? ¿Te toca así en los lugares que más te gusta?- sus embestidas eran fuertes y tortuosas, Shei se sostenía de la pared ahogando los jadeos.- Te quiero escuchar.- Pasó su mano de su cintura a su cuello y la empezó a escuchar. Sus gemidos eran muy lindos y lo encendían mucho, además la sentía súper apretada y mojada por como la trataba en el sexo.- ¿Te aprieta así? ¿Te hace enloquecerte así?
-Mm... no... nadie más que vos... Kōtarō.- sentía que se iba a romper pero no le importaba. Sus piernas temblaban y ya sentía la pared más caliente que fría.
La tomó de la cintura y sin salir de ella acostó medio de su cuerpo en la cama, teniendo mejor vista de su culo y una mejor posición. Los choques de sus cuerpos eran exquisitos y Shei lo sentía cada vez más profundo, como si su cuerpo no tuviera un límite para él. Sus piernas temblorosas se cerraban y su vientre hormigueaba queriendo liberarse. Bokuto agarró sus manos por detrás de su espalda, presionándola y se acercó a su oído.
-Quiero que acabes para mí y llenarte toda como nadie más puede hacer.- la chica gimió con fuerza, liberándose en él y luego de un par de embestidas más, él se vació en su interior sin dejar caer una gota fuera de ella.
Rendidos se acostaron en la cama.
-Jugaste muy bien hoy, amor.- Bokuto sonrió y la miró.- Aunque... Omi Omi...
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One Shots - Haikyuu!! +18
FanfictionBienvenidxs!!! Probablemente muchos vengan de One Shots Tokyo Revengers +18 (si aún no lo leyeron lo tienen en mi perfil 🫡) Esta vez vamos por nuestros hermosos personajes de Haikyuu. Quiero aclarar que las relaciones son mujer + personaje y siemp...