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Sábado

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Sábado

5:00 am

Nada de actividad humana se escuchaba dentro de aquel apartamento, únicamente el sonido de una insistente alarma que avisaba que era hora de levantarse. Sin embargo, nadie la escuchó.

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5:30 am
La alarma había dejado de sonar hace ya unos segundos, había estado sonando insistente por media hora, pero no había nadie en aquella habitación que pudiera notarlo.

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5:45 am
La puerta principal de aquel apartamento sonó insistente, pero nadie abrió.

- ¡Silvio! ¿Estás ahí? ¡Voy a pasar!- el pelo crema, quien había conseguido una copia de la llave del apartamento de su amigo, decidió entrar a ver que pasaba con este, en quince minutos tenían que abrir su local y el castaño no había llegado a la hora habitual a su punto de encuentro.

Además de que Silvio tenía las llaves del negocio, otra vez.

- ¿Silvio? - al entrar, Dany pudo observar a su amigo dormido frente a su mesa con un montón de papeles arrugados y botados por todos lados- Oye, ¿sigues vivo?- Dany puso una de sus manos en la espalda de Silvio quien empezó a moverse y estirarse lentamente para levantarse.

- ¡AaAAaaAAHhHhhH!~ amanecí chueco- Silvio se terminó de acomodar en la silla y observó su al rededor.

- Buenos días chilviooo, ¿Qué haces durmiendo aquí?- Dany se sentó en un pequeño sofá cercano.

- Oh, solo trataba de escribir una pequeña nota para Flex, lo de siempre, aunque no se si sea muy pronto para mostrarle mis intenciones-

- Amigo, estoy seguro de que ya las sabe-

- Oh- Silvio miró la única nota que estaba sin arrugar- Bueno, el que tenga miedo a vivir qué no muera- Silvio tomó las llaves del local y caminó hasta la salida de su apartamento.

- ¡Esooooo!... Espera, ¡Chilvio, no te cambiaste de ropa!-

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Cortesía de la casa || silvexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora