Grítame en silencio

XX

Después de darme una vuelta por el centro de los Ángeles pensando en que hacer o como actuar, pero estaba más cabreado conmigo mismo que con ella, me había puesto muy agresivo, noté el miedo en sus ojos, como si ya le hubiese pasado, pero yo por mucho odio o rabia que tuviese en el cuerpo nunca pegaría una mujer y menos a Iria.

Decidí volver al hotel y hacer la maleta para irme de allí en cuanto pudiese porque ya no me apetecía estar allí, pese a ser yo me había molestado mucho la manera de actuar de Iria.Al rato de estar preparando las maletas ella apareció por la puerta, me había llamado tantas veces que era incontable, y de mensajes mejor ni hablar.

-Aiden por favor déjame explicarme.- Suplicó mientras veía como hacia las maletas

-No tenemos nada que hablar, no me quieres y no lo vas a intentar, si no me hubieras dicho que me querías hace un rato y no lo has hecho.- Empecé a levantar la voz otra vez pero ella estaba dispuesta a discutir y no estaba para que me tocasen los huevos.

-No te podías para a pensar por un solo segundo que quizás yo si te quiero pero no estoy lista para decirlo en voz alta y que necesito algo de tiempo, que me esta costando sobrevivir y que por mucho que huyas yo voy a intentar retenerte conmigo. Por muchas razones ahora mismo me esta doliendo no poder decirte lo mucho que te amo y todas las cosas que me estas haciendo sentir y las cuales me dan un miedo atroz. No soy capaz de imaginarme una vida en la que no pueda abrazarte ni besarte o meterme contigo, no espero que lo entiendas porque se que eso no depende de ti, pero debes saber que eres importante para mi y que si decides irte ahora mismo por esa puerta vas a destrozarme el alma y si una parte de mi ser, de mi corazón y de mi alma te pertenece , solo quiero pedirte tiempo para decírtelo cuando realmente este preparada porque sentir ya siento eso.

-¿Y que te impide decírmelo?- la pregunta la pillo por sorpresa, pero yo necesitaba respuestas, necesitaba entender las cosas, y si ella no se abría conmigo me iba a ser imposible.

-De acuerdo..... hace unos 4 años que mi madre murió y ella lo era todo para mi. Mi padre decía que éramos la personificación de aquello que de debía ser entre una madre y una hija, nos hicimos mejores amigas, nos apoyamos hasta el ultimo minuto y la amé de todas las maneras posibles que se puede llegar a amar a una madre. Un día mi madre se desmayó y la llevamos al hospital, resulto que tenía un cáncer en la cabeza del cual ya no había cura, le dieron quimioterapia, vi como se le caía el pelo y la acompañe en toda su recuperación, pero finalmente murió en una cama de hospital mientras yo le sujetaba la mano y le decía cuanto le quería y ese día se me cayó el mundo. Fue la ultima vez que dije te quiero a una persona.- esa información era la información que yo debía saber, ahora ya podía saber como tratar.

- Vaya no lo sabía, ¿Y porque vives sola ?- eso era un incógnita que todavía no sabía.

-Cuando mi madre murió la convivencia con mi padre se hizo demasiado dura, casi siempre discutíamos y el no comía y lo pasaba mal, tanto, que lloraba tanto como yo, además empezó a salir con mujeres y eso no lo llevé muy bien. La cuestión es que hablé con el y decidimos que la mejor idea era que yo me viniera al pueblo a vivir sola ya que era capaz de mantenerme sola y eso hice el me paga los estudios y libros el resto va de mi salario en la cafetería, casi todo se lo lleva el agua y la comida como no estoy casi gasto poca luz, el y yo hablamos mucho la verdad me llama cada dos días y una vez a la semana hacemos videollamada ahora es feliz con otra mujer y lo respeto, ella es maja pero no es mi madre. Lo peor de todo es que a raíz de todo pille ansiedad y algo de depresión esto no lo sabe mi padre, pero estamos trabajando en ello, solo tengo miedo de querer a alguien y que se vuelva a ir porque creo que no podría soportarlo, seria devastador para mi y mi salud. ¿Y tu?-

No dije nada y me limité a darla un abrazo porque vi que lo necesitaba, y la verdad creo que yo también.

-¿Yo?- Dije mientras me separaba de mi y la miraba perplejo.- Yo no tengo nada que contarte sobre mi pasado.- totalmente mentira, yo tenía mas que pasado como para escribir un libro, pero no era el momento de llorar.