VI

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Su egoísmo no le permitía hacer las cosas bien, necesitaba tener a Sunoo en su vida pero sabía que le hacía daño así que era mejor alejarlo antes de que fuera muy tarde

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Su egoísmo no le permitía hacer las cosas bien, necesitaba tener a Sunoo en su vida pero sabía que le hacía daño así que era mejor alejarlo antes de que fuera muy tarde.

Se había vuelto un vicio mentirle al pelirosa, un vicio que era difícil de dejar porque si lo hacía, perdería toda su felicidad en solo tres segundos. El tiempo que Sunoo estuvo con él se sintió tan corto a pesar de tener ya casi seis años conociéndose.

Estaba acabado y sunghoon lo sabía, sus transtornos alimenticios seguro se volverían a desarrollar porque no habría nadie para sostenerlo como lo hacía Sunoo, su depresión y traumas acabarían con él y entonces moriría antes de tiempo, pero no quería ser el malo de la historia, no podía.

Con todas sus fuerzas debía dejar ir a la persona que cuidó de él y que sunghoon más amó. De pronto se sentía como andar en bicicleta era el momento de que este soltara la bici para dejar a Sunoo andar sólo, buscando su mundo y llenándolo de todo lo que le hacía feliz.

Seguro el mundo de Sunghoon sería el mismo de siempre, el que mucho tiempo temió volver a sentir, drogas, alcohol, depresión, ansiedad, traumas, problemas alimenticios, todas cosas con las que él nunca pudo lidiar sólo.

Era muy joven para morir, pero estaba dispuesto a hacerlo por alguien que moría lentamente por él.

— Sunoo tenemos que hablar. — le dijo. Sunoo estaba nervioso, jugueteaba con sus dedos mientras tomaba asiento junto a Sunghoon.

— ¿Qué sucede Sunghoon? — preguntó mientras se acercaba buscando un beso que obviamente fue dado, uno que quizá sería el último.

— Esto no va a funcionar. — lo dijo, miraba la confusa expresión del pelirosa. — Tú y yo, no vamos a funcionar, todo esto llegó muy lejos.

— ¿Qué? — sus ojos se empezaban a llenar de lágrimas y eso sunghoon lo odiaba, porque era él el que estaba provocando aquello en Sunoo.

Si no decía la verdad Sunoo seguiría apegado a él, lo conocía bien así que era hora de ser cruel como lo fue todos esos años. — No me gustas Sunoo, yo fingí siempre porque no quería perderte, me costaba tanto entender que no te iba a tener entonces decidí que saldría contigo, fingí tanto tiempo que estoy siendo sincero por primera vez contigo, porque nunca lo fui incluso cuando decía que te amaba de esa forma.

— Eres un imbécil. — sus lágrimas y su voz débil acabaron con el corazón de sunghoon. — Estoy decepcionado de ti, Hoon.

Fue un silencio muy grande, Sunoo tomó sus cosas y se fue, Sunghoon supuso que iría a la habitación de la universidad.

Pasaron minutos, horas y finalmente días donde no pudo encontrar a Sunoo, intentaba toparse en clases para explicar con más valentía de la que no pudo tener cuando hablaron.

Su mundo se vino abajo en solo cuestión de tres días, ya estaba llorando envuelto en sus sábanas, diciéndose una y otra vez cosas a sí mismo, odiando cada parte de él y como sospechó, dejando de comer hasta sentir que era castigo suficiente por esa semana, volviendo a las drogas, a fumar, a beber y a enterrarse en una realidad distorsionada donde todo era mejor, básicamente Sunghoon no era nada sin Sunoo y él lo sabía.

Cuando llegó a la universidad tratando de dar un buen aspecto, fingiendo que estaba bien incluso si la chispa de su vida se había ido para siempre, por primera vez lo vio, estaba junto a sus amigos coqueteando con un chico de cabellos cafés.

Sus miradas chocaron y la visible mirada triste de Sunoo pareció sonreír, sus mejillas se hicieron más grandes formando una sonrisa, saludando con su mano.

Sunghoon no lo podía creer, tal vez había encontrado a la persona más bella y hermosa de todo el mundo que era capaz de tener corazón para algo que no lo merecía.

Sunoo siguió con su charla, Sunghoon extrañaba mucho a Sunoo, moría de celos cuando sabía que estaba con alguien más y sus caminos jamás se volverían uno de nuevo.

Pero no, Sunghoon no le empezaba a gustar Sunoo, quizá era solo que estaba demasiado acostumbrado a decir que lo amaba, a decir que lo extrañaba e incluso a decir que estar con él era su mayor tesoro, que dolía.

Lo que no podía evitar era extrañar la amistad del pelirosa, querer tenerlo cerca y acompañarlo en sus momentos de debilidad, pero no podía, porque lo había jodido todo.

Lo que no podía evitar era extrañar la amistad del pelirosa, querer tenerlo cerca y acompañarlo en sus momentos de debilidad, pero no podía, porque lo había jodido todo

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𝙁𝙖𝙠𝙞𝙣𝙜 𝙞𝙩 ☯ 𝙎𝙪𝙣𝙜𝙨𝙪𝙣 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora