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La cita había terminado, las chicas regresaban a la casa de la castaña y el ambiente estaba un poco tenso

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La cita había terminado, las chicas regresaban a la casa de la castaña y el ambiente estaba un poco tenso. Llegaron a la puerta y Jennie giró a despedirse, ambas se sonrieron por un momento, antes de retirarse con miradas nerviosas.

_Espera - llamó Lisa.

Jennie se detuvo en cerrar la puerta, la pelinegra se acercó y tomando su mano con delicadeza, dejó un sobre de color rosa.

_¿Y esto? - preguntó la castaña, estaba a punto de abrirlo - ¿Qué es?

_No lo abras aún - la detuvo, juntando sus manos sobre las de ella - espera a que me vaya ¿Sí?

Jennie, aún nerviosa por su cercanía, asintió sonrojada. Lisa volvió a despedirse y la castaña la vió alejarse, por fin pudo soltar su emoción cuando la notó lo suficientemente alejada y gritó de felicidad, corriendo a su cuarto.

Lisa seguía su camino cuando una conocida compañera de escuela se detuvo frente a ella, era Rosé.

_¿Sí? - preguntó extrañada, la rubia tenía cara de pocos amigos. Observó la bandeja que tenía, estaba cubierto por una manta blanca y un aroma familiar invadió su espacio.

_¿Me compras unos tamales? - preguntó seriamente. La carcajada de Jisoo, quien estaba escondida tras los arbustos llegó a ellas - ¡Deja de reírte! ¿Quieres? - regañó sin mirarla - ¿Me vas a comprar o no? - volvió a dirigirse a Lisa.

_Ah, no, lo siento - respondió incómoda - no traigo nada conmigo.

Rosé suspiró y sin responderle, la hizo a un lado y siguió su camino. Detrás de ella Jisoo la perseguía a una distancia prudente mientras no dejaba de grabar.

_Deja de grabarme - pronunció Rosé entre dientes.

_No - enfocó su rostro por completo - mira lo que haces por mí, que linda - rió.

_Qui lindi - viró los ojos - ¡Tamales! - siguió con la venta.

_Qui lindi - viró los ojos - ¡Tamales! - siguió con la venta

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Jennie ya se encontraba en su habitación. Emocionada por ver qué decía aquella carta, se tiró a la cama y sin perder tiempo, la abrió, encontrado una hoja con unas cuantas palabras:

"Rompí una de las reglas del contrato, por lo tanto, aquí tienes tu dinero. Espero reparar esta cita con otra"

La castaña, dudosa, abrió el sobre por completo, dentro estaba la cantidad exacta que había pagado en la subasta de citas.

_Q-que...¿Qué significa? - se preguntó.

_¡Jennie! ¡Cómprame un tamal! - se escuchó fuera de su casa - ¡O mejor dos!

La castaña dejó el sobre en su cama y corrió a la entrada de su casa. Al abrir, Rosé ingresó sin permiso y antes de que Jisoo alcanzara a entrar, le cerró la puerta en la cara.

_¡Oye! - Jisoo comenzó a tocar - ¡Rosé!

_¡Ahora salgo! - avisó la rubia. Giró a ver a su amiga, ella la miraba extrañada - sí, ya lo sé, tienes varias preguntas, pero solo vamos a lo más importante ¿Me compras un tamal? - quitó la mantita que los cubría - hay de pollo y de cerdo ¿Cuál quieres?

_¿Haces esto por lo de la subasta? - preguntó Jennie.

_¿Y crees que no? Jisoo ya me amenazó con ponerme una demanda - comentó exasperante - llevo todo el día caminando y solo me compraron cinco tamales. Deja de preguntar y mejor ayúdame a progresar mi negocio.

_Ya, está bien, se nota que andas estresada - se dirigió a las escaleras - ¿Cuánto están?

_Diez dólares cada uno - respondió.

_¿Qué? - giró a verla - Con razón no vendes ¿Y quién demonios te compró un tamal a diez dólares?

_Me los compró mi abuela y mis tías ¿Sí? Tengo más de mil dólares que pagar, sé un poco más comprensiva - se indignó.

Jennie viró los ojos.

_Está bien, espérame aquí - subió a su habitación.

_¡Rosé! - Jisoo volvía a golpear.

_¡Espérame, mujer! ¡Ando vendiendo para nuestra cita! - miró su reloj - que por cierto, es en unas horas - se acercó a la puerta y se inclinó para hablarle - ¿Emocionada?

_Ya quisieras - respondió Jisoo - solo lo hago para fastidiarte.

_Lo que digas, cariño - sonrió - haz estado todo el día conmigo. Te gusto y se nota.

_¿Por qué eres tan imbécil?

_Cómo rompes el romance - negó - ¿Así sería nuestra relación si formalizamos?

_No lo sé, no lo sabremos porque alguien no quiere una relación seria - respondió Jisoo con los brazos cruzados.

_Jisoo...- Rosé detuvo su hablar, Jennie bajaba de las escaleras.

_Ya está - llegó frente a ella y pegó un sobre en su pecho, Rosé lo tomó con dificultad al tener la bandeja.

_¿Qué es esto? - intentó ver en su interior.

_Es dinero, no es todo lo que debes pero sí es un porcentaje - Rosé levantó la mirada a ella, sus ojos brillaban temblorosos.

_¿Te puedo besar? - preguntó conmovida.

_¡Claro que no! - intervino la voz de Jisoo desde fuera.

Esta vez fué Rosé quién viró los ojos.

_Está celosa - aclaró la rubia - gracias, algún día te devolveré el favor - abrazó cómo pudo a su amiga - ten, toma todos los tamales - Jennie los tomó torpemente - disfrútalo, tengo que alistarme para mi cita - abrió la puerta, saliendo de inmediato - adiós.

Jisoo giró a ver a Jennie y la miró de pies a cabeza, para luego ignorarla y seguir a Rosé. Sí, estaba celosa por lo que dijo la rubia.

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