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—Me alegra que Wonwoo haya regresado.

Jihoon deja de teclear un segundo para mirar a su jefe. Su mirada perdida y su empalagoso aroma le parecen un poco patéticos. Pero Jihoon está feliz de verlo así.

—Te alegra que su hermano haya venido esta mañana a dejarlo —dice Jihoon—. Que Wonwoo haya regresado después de su bloqueo solamente conviene económicamente.

—Medio hermano —corrige Seungkwan—. Y sabes que Wonwoo realmente es bueno en lo que hace, le tengo aprecio más allá de lo que la editorial necesita.

—Le tienes aprecio porque es hermano de aquel alfa.

Seungkwan infla sus mejillas.

—¡Ya, Jihoon!

...

—Si tuvieras que ser un pez, ¿qué pez serías? —pregunta Jun.

Seungkwan alza una ceja, curioso de la extraña conversación de sus cachorros.

—Un tigre.

—¡Pero dije pez!

Soonyoung rueda los ojos antes de arrebatarle el control de la televisión a su hermano. Cambia el canal a uno donde no pasen documéntales de peces.

—Pero no quiero ser un pez.

—Pero si tuvieras que serlo, ¿cuál serías? —insiste Jun.

—Ninguno.

—Pero debes elegir uno —reprocha—. Yo sería un pez café, como Arenita

—Arenita ni siquiera es un pez —se queja Soonyoung—. Es una ardilla.

—¡Imposible! Solo los peces viven en el agua.

—Pues no. Arenita es una ardilla que vive en el agua.

Antes de que los menores sigan alegando, el timbre suena.

Seungkwan no se alcanza ni a levantar del sofá cuando el menor de sus hijos ya se encuentra abriendo la puerta.

Bien, tendría que darle otra platica a Jun sobre no abrirle la puerta a desconocidos. Solo que estaba vez no es un desconocido.

—¡Dino!

El alfa entra entonces con el pequeño cachorro en brazos, entra tan cómodamente como si esa fuera su casa, algo que inconscientemente hace a Seungkwan sonreír un poco.

—Lamento la intromisión —se disculpa educadamente—. Olvidé uno de mis cuadernos.

Seungkwan observa de reojo el único cuaderno cercano y decide no mencionar nada cuando la manita del mayor de sus cachorros jala el cuaderno hasta quedar detrás de él, entre el respaldo del sillón y su espalda.

—¿Cuaderno? —pregunta Seungkwan fingiendo confusión.

El alfa asiente. Baja al cachorro que sostiene y, de inmediato, Jun lo lleva a sentarse a un lado de su padre para después subirse a su regazo.

Seungkwan cree que es lindo. La escena. Cree que la escena es linda.

Chan sentado en medio de Soonyoung y él, con Jun sobre sus piernas. Su corazón se enternece cuando sus cachorros se acercan al cuerpo de Chan sin si quiera notarlo.

—No dejaste nada —dice Soonyoung—. Papá me hizo recoger mis cosas de la sala hace rato y no había ningún cuaderno.

Seungkwan jamás le pidió recoger.

Chan alza una ceja, después mira a Seungkwan.

—¿Será?

El omega alza sus hombros.

—Bueno, si es así —dice Chan mirando a los ojitos de Soonyoung—, entonces no te importará que revise... ¡aquí!

La mano de Chan hace cosquillas al mayor de los cachorros y, por consecuencia, Soonyoung se inclina hacia delante mientras ríe, permitiendo al alfa tomar el cuaderno escondido detrás de él.

Jun suelta una carcajada y Seungkwan cubre su boca con el dorso de su mano para no seguir el ejemplo.

Chan mira de manera acusatoria a Soonyoung, pero la mirada le dura poco. Revuelve con cariño su cabello rubio y también el cabello castaño de Jun.

De alguna manera a Seungkwan le gusta. Le agrada que Soonyoung ya no parezca odiar a Chan. Hace que algo cálido nazca dentro de su pecho.

...

—Creí que ya habías terminado con tus exámenes.

Seungkwan deja la taza de café sobre la mesa ratonera después de tomar un trago.

—Sí. Bueno, no —dice Chan—. En realidad esta noche es el último.

Soonyoung y Junhui ya estaban en sus habitaciones. Más bien, estaban en la habitación del mayor. Aquellas galletas que tomaron con leche les habían caído pesadas, y simplemente quedaron dormidos después de un rato. Chan se había encargado de cargarlos a la habitación de Soonyoung.

—Lamento haberte tenido ocupado cuidando a los niños y quitándote tiempo de estudio. Aunque fuiste una gran ayuda mientras Chaeryeong no podía venir.

—No lo lamentes —dice de inmediato el alfa, su cara con una mueca de preocupación—. Me encantó cuidarlos. Son como mini tús —ríe, abandonando la mueca—. Y me gusta estar con ellos tanto como me gustas tú.

Seungkwan traga seco. Trata de disimular su aroma aligerándose y volviéndose empalagoso.

—Soonyoung comienza a encariñarse contigo —comenta entonces tratando de desviar el tema.

Chan asiente, emocionado. Su gran sonrisa mostrando sus caninos.

—¡Verdad! Aquí entre nos —susurra—, creo que ya no me odia.

—Nunca te odió. Simplemente... bueno, es un pequeño algo territorial conmigo. Ya sabes cómo son los cachorros.

Chan lo sabe. No imagina cuán difícil debe ser dejar entrar alguien en tu vida que parece querer robarse a tu papá, o quizá reemplazarlo. Chan no quiere remplazar a nadie. Sabe que incluso si lo quisiera, sería imposible tratar de ocupar un lugar que no le pertenece.

—Será mejor que me vaya —dice el alfa cuando termina de beber la última gota de su café. Ni siquiera le gusta el café, pero cuando Seungkwan se lo sirvió se vio incapaz de negarse—. ¿Me acompañas a la puerta?

Seungkwan no responde, solo lo acompaña a la puerta en silencio. Le abre y ambos se quedan en silencio un segundo. La luna ya ha salido y las estrellas se asoman de a poco. El examen de Chan será pronto, así que debe apurar la despedida aunque no quiera.

—Te ves bonito bajo la luna.

Ugh. Seungkwan odia eso... un poco. Agradece a la noche por esconder su violento sonrojo y al viento frío por llevarse su aroma a canela lejos del alfa.

—No quiero decir que solo te veas bonito ahora —explica Chan de pronto, atropellando sus palabras—. Siempre te ves bonito, te ves precioso. Quiero decir... olvídalo.

Seungkwan sí puede ver la cara del menor tiñéndose de rojo. Sonríe, importándole poco si entonces el menor también puede ver su sonrojo.

—Suerte, Channie.

Chan lo mira desconcertado. Su alfa agitando la cola y su corazón latiendo tan fuerte que podría romper sus costillas.

—¿Qué? —Pero Seungkwan no contesta—. Repite eso.

—¿Qué cosa? —juguetea el omega.

—Llámame así de nuevo. Por favor.

Seungkwan ríe maliciosamente. Después le cierra la puerta a Lee Chan en el rostro.

cinnamon / chankwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora