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—¿Qué te gusta? —pregunta Seungkwan mientras revisa lo que queda en el refrigerador

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—¿Qué te gusta? —pregunta Seungkwan mientras revisa lo que queda en el refrigerador. Cree que, al menos, debe de tratar bien a su invitado después del drama por el que lo ha hecho pasar esa tarde.

—Tú —responde Chan sin censura alguna.

El omega rueda los ojos, pero Chan se complace cuando alcanza a visualizar una diminuta sonrisa formándose en la comisura de su boca.

—De comida, siendo específico.

—Cualquier cosa —dice el menor entonces.

—Está bien. —Seungkwan cierra el refrigerador poco después—. Me alegra saber eso, porque ordenaré comida china.

Las cejas de Chan se juntan en confusión, y el chico ladea su cabeza inconscientemente.

—Pero creí que cocinaríamos algo.

Seungkwan alza sus hombros.

—Eso fue hasta que no encontré nada en el refrigerador —dice y suspira—. Chaeryeong me ayudaba a hacer la despensa de vez en cuando.

—Por cierto... ¿todo está bien con ella? Es decir, es extraño que ni tú ni ella hayan recogido a Junnie hoy.

—Ella está teniendo unos problemas familiares —explica el omega—. Por ahora no podrá ayudarme con los niños.

Los ojos de Chan destellan ante la oportunidad frente a él. Muerde su mejilla interna para contener su emoción y habla con voz estable.

—¿Así que buscas niñera?

Seungkwan alza una ceja y cruza sus brazos sobre su pecho.

—No en realidad —asegura, pero la mirada insistente del menor lo incita a sincerarse—. Bueno, tampoco vendría mal una ayudita.

—¡Menos mal que soy excelente con los niños!

Seungkwan aguanta la risa que inevitablemente le causa el comentario del menor. Descruza sus brazos y deja salir un suspiro cuando siente el dulce aroma de Chan invadiendo sus sentidos.

—Quizá me lo piense —dice Seungkwan—, pero no te aseguro nada.

—¿Papi? —la vocecita adormilada de Jun interrumpe en la cocina, con el pequeño cachorro frotando sus ojos cansados. Seungkwan de inmediato se agacha hasta quedar a su altura—. Tengo hambre.

—Dame un momento, cariño. Ordenaré comida china. —Seungkwan contesta a su hijo, sin embrago se mantiene mirando a Chan.

—Amo la comida china —asegura Jun risueño, dejando de lado los efectos de apenas haber despertado de su siesta.

—¿Qué te parece si ayudas a Chan a...?

—Dino —corta Jun.

El alfa sonríe y Seungkwan rueda los ojos.

cinnamon / chankwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora