Capitulo 6

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Sorprendido por lo surrealista de la situación, rápidamente me di cuenta de que esto era un sueño, sin embargo, era algo diferente, no es como las veces en las que me daba cuenta y podía controlar todo, si no que más bien todo se veía muy real, excepto por la parte de la gente invisible, pero concentrándome un poco podía notar que las voces me parecían muy familiares, una era de cierto policía gruñón, y la otra de una chica rebelándose.

—Ya estoy harta de ustedes!!

—Eres mi hija y vives bajo mi techo! ¡Cuando vivas en tu casa harás lo que quieras, pero no vas a ir a esa fiesta y es mi última palabra!

—Ya tengo 18, y no me has dejado hacer nada de lo que quiero desde que era una niña, me estoy perdiendo de todo eso porque a ti lo único que te importa es mantenerme controlada

—No tengo nada más que decirte, y más te vale guardarme más respeto, ahora vete a tu cuarto

Por lo que pude oír, la chica que identifiqué como Kyoko, se fue pisando fuerte, y no fue hasta ese momento que pude ver como en el marco metálico de un cuadro se pudo notar un reflejo moviéndose, me acerqué y atreves del mismo reflejo podía ver al señor Murata en la sala bastante enojado.

Seguí a Kyoko a su cuarto donde podía observarla atreves del espejo de su tocador, estaba tirada en su cama casi llorando de la rabia, me dio un poco de lastima, sin embargo, no parecía notarme para poder consolarla, por lo que solo me recargué en la pared junto a la cama empezando a hablar solo.

—Seguro es un sueño del que al fin voy a despertar, hay anécdotas de personas las cuales sintieron que pasaron años cuando se les ceda, solo resistiré un poco más y estaré completamente despierto.

Pasaron unos momentos antes de que la madre entrara, y se sentara junto a su hija queriéndola consolar.

—Kyoko, por favor entiende a tu papa, está preocupado por ti

—No, solo me tiene aquí encerrada, no puedo hacer nada

—Es que hija, conoces las reglas, siempre tienes que estar en casa antes de las 7, es por tu seguridad, además será una fiesta con alcohol, y no estas acostumbrada, y aunque nos prometas que no beberás, siempre te puedes topar con un borracho que te hará daño

—Por eso voy con mis amigas, ya no soy una niña y conozco los riesgos, solo quiero vivir mi vida como una persona normal

—Ay Kyoko, ojalá fuera tan fácil, mejor dejemos esto por la paz de la casa, ¿porque no mejor vienes a la cocina y me ayudas a prepararte un pastel de zanahoria para celebrar que tu graduación? Sé que es tu favorito

Ella guardo silencio por un momento, forzó una sonrisa y se sentó para dirigirle la mirada a su madre.

—Está bien ma, en un momento voy a la cocina, tengo que hacer algo primero

—¿Vez que no era tan difícil? No te tardes mucho

La madre salió de la habitación y no fue hasta que se dejaron de oír sus pasos que la chica hizo un movimiento.

—¡Y una mierda!

Rápidamente fue a su armario del cual saco un vestido, el mismo que llevaba puesto el día del accidente, saco un kit de maquillaje de un cajón, junto con un celular antiguo al cual le coloco la sim del iPhone que tenía para llamar a alguien.

—Te lo dije, tienen la cabeza más dura que una piedra, plan "B", ya sabes dónde recogerme

No alcance a distinguir lo que decía la otra parte, pero parecía ser una respuesta afirmativa. Kyoko no dudo mucho en salir por la ventana de la casa que solo era de un piso, yo trate de seguirla, a pesar de que no poder verla directamente, pero al avanzar fuera de la casa todo se fue volviendo oscuro hasta que solo podía distinguirme a mí mismo.

La novia de mi noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora