Operación Cabanillas.

Capítulo 9: La trigésimo octava división "Nueva Iberia"

Nota de autor: Bienvenidos de nuevo, el capítulo 8 lo escribí por Julio pero no publique hasta recientemente, aviso también que me he topado con un problema grave a la hora de escribir, y es la temática, ya que cada vez se parece mas a los Fan-Fiction's genéricos de países Latino Americanos estando excesivamente OverPowered (a parte de un muy necesario balanceo), así que, con suerte, a partir de dos capítulos de asentar a la trigésimo octava en la provincia de Itálica volverá ese toque turbio de investigación.

Glosario de términos:

1*"Guerra de Sudáfrica": En el mundo de TNO (The New Order), existe un comparativo a la guerra de Vietnam pero en Sudáfrica, únicamente que cambiando el antagonista Soviético por el Afrika-Schild (Colonias Pro-Nazis en África); Así que en la frase "Mismísima guerra de Sudáfrica", nos referimos a las características de güerilla de la guerra de Vietnam/Sudáfrica. 

- 18:00 Hora local; Camino secundario entre Itálica y Alnus -

"Por la radio dijeron que nos estarían esperando en el cruce entre Itálica y Alnus [. . .], pero los únicos que nos acompañan ahora son aquellos arboles y matorrales que forman parte del bosque de Itálica." 

Decía el sargento Joaquín mientras caminaba junto a Fernando y Henrique por el alrededor del BRM en círculos, esperando a que apareciera alguna persona de recientemente creada trigésimo octava división de infantería federal, o eso es lo que dijeron por la radio mientras estaban tomando rumbo al túnel de Iberia, pero por allí solo encontraron los ojos curiosos de la fauna local, la cual no se atrevió a revelarse a los soldados.

Henrique Tenreiro: "Sargento Joaquín?" 
 
Sargento Joaquín: "Ya te lo he dicho, me puedes llamar solo Joaquín, no perteneces al ejercito al fin y al cabo." 

Mientras el sargento respondía a la pregunta de Henrique, este se queda perplejo al ver que los arbustos que tenían a sus doce estaban revolviéndose como si algo de gran tamaño estuviera por emerger de los mismos, o estuviera preparando una trampa para convertir a los oficiales de la AAS y al sargento en su próxima cena, así que comienza a agitar el hombro del sargento con una mano mientras que con la otra señala los arbustos, haciendo que tanto Fernando como Joaquín queden alertados y el último dirija sus manos a la espalda para dejar apuntalado su rifle Cetme en caso de que la bestia surgiera. 

Alfonso Armando: "Esa cosa debe de ser de al menos un metro ochenta,  sal de ahí ahora mismo."

Todo había evolucionado excepcionalmente deprisa en una situación de estrés, con 3 de los 4 protagonistas listos para abrir fuego a lo que sea que haya allí mientras que algunos de los soldados que se encontraban en los vehículos y el camión ya se habían alertado de la situación y estaban en camino de ofrecer apoyo a sus compañeros y superior, y tras varios momentos de eterna espera, las hojas de los arbustos ceden el paso de forma sincronizada a lo que fuera que hubieran estado escondiendo. 

Voz 1:"Gran actuación caballeros." 

Voz 2:"Pero si disparáis estaréis cometiendo un acto de fuego aliado." 

Decían las dos figuras que emergieron, las cuales llevaban un uniforme de camuflaje manchado de tonos marrón café y verdes oscuro y el rostro pintado del mismo color, incluso si estaba algo desgastado por las gotas de sudor que les recorrían por la frente, junto a un casco que parecía ser de nueva producción, con una malla en la parte superior del mismo que hacía juego a todo el conjunto de las figuras, y por último, en el hombro de ambos se podía ver con claridad un escudo de armas del ejercito federal Ibérico, "Nueva Iberia", es lo que ponía en ellos. 

Sargento Joaquín: "Pues parecía que estuvierais deseando que os disparásemos, que dios os agarre confesados si volvéis a hacer esto."  

Decía Joaquín con una expresión de cansancio mientras exasperaba un suspiro que resaltaba su nueva tranquilidad al haberlos identificado como aliados, pero ligeramente exhausto, así que rápidamente tanto Henrique como Alfonso se acercan a ofrecerles sus manos para que puedan salir con mayor facilidad de allí. 

Voz 1: "No se preocupe, confesados estamos ambos." 

Voz 2: "Ya que, no sabemos cuando este imperio  se recomponga de las dos ultimas humillaciones que a sufrido." 

Voz 1: "Y vaya a buscar a los responsables." 

Ambos soldados, los cuales parecían estar haber salido de la mismísima guerra del Sudáfrica 1*, salen de los matorrales ignorando adrede, pero sin desdén, las manos de ayuda de Henrique y Alfonso, con un nivel de coordinación tal que parecía que ambos eran parte de la misma mente colmena, o como si fueran uña y carne, o como [. . .].