Capítulo 4: El encuentro

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- 04:20; Bosque del pino, sótano de la casa abandonada -

Henrique al oír el grito de arresto de su compañero no dudo en bajar rapidamente la escalera para descubrir que es lo que demonios estaba pasando en aquel sótano tan extraño, dañando severamente la escalera mientras bajaba. 

Henrique Tenreiro: "Que pasa Alfonso, que es lo que demonios has visto [. . .] Oh joder."

Mientras que Henrique se acercaba a el lado de su compañero para poder ver lo que había encontrado se da cuenta de que entre las cajas y los barriles de madera se encontraba una jaula de acerco templado lo suficientemente grande como para albergar a una persona humana, y eso es exactamente lo que habían encontrado, al Henrique iluminar con su linterna la jaula pudo ver a lo que parecía ser una chica joven de largo cabello dorado y una gran estatura, a ojo se podría decir que al menos llegaba al metro 75, pero lo mas notable es como llevaba ropa muy andrajosa y simple, como si fuera la de un esclavo Romano de hace 2 milenios y mientras que Alfonso apuntaba a la chica con su Parabellum de 9mm, Henrique se comienza a acercar lentamente a ella. 

Henrique Tenreiro: "Alfonso, no voy a ser yo quien te diga lo que tienes que hacer [...], pero no parece ser una amenaza."

Alfonso al analizar la situación con mas detenimiento y dándose cuenta de que ahora aquella chica estaba aterrorizada y sentada en el suelo agarrada de sus rodillas decidió bajar su pistola y hablarle con mas calma que anteriormente. 

Alfonso Armando: "Tienes razón Henrique [. . .] chica no te vamos a hacer daño, somos de la AAS, pero tenemos que hacerte un par de preguntas." 

Mientras que Alfonso estaba a mitad de camino a la jaula, Henrique ya estaba en la misma revisando el estado y el aspecto de la chica mientras que con las manos buscaba ciegamente alguna manera de abrir la jaula y así poder ayudar a la joven que allí estaba atrapada. 

Henrique Tenreiro: "No somos terroristas joven, somos de la policía de la Unión, hemos venido a sacarte de aquí." 

Mientras que Henrique acaba de hablar y Alfonso llega al lugar de la jaula, la chica se destapa la cabeza y mira a los agentes profundamente aterrorizada, pero con una mirada de no entender absolutamente nada de lo que estaban diciendo ambos agentes, así que Alfonso aparta gentilmente a Henrique de la parte frontal de la jaula y se da cuenta de la pequeña cerradura que hay en la misma. 

Henrique Tenreiro: "Creo que hasta que no encontremos la llave a la jaula no podremos sacar a la chica, a parte de que parece que no nos entiende nada [...] y si es una turista de el Italia, o peor, de los Estados Unidos." 

Henrique se queda bastante agobiado pensando que puede ser que los terroristas hayan comenzado a secuestrar a turistas de las naciones libres o de alguna de las naciones ex-miembros de el Triunvirato, cosa la cual le traerá una fama internacional horrible a Iberia, cosa la cual no necesitaban en aquel momento, pero mientras Henrique estaba pensante, Alfonso actúa rapidamente y con su pistola Parabellum de 9mm disparara a la cerradura de la misma, partiéndola en dos y haciendo posible abrir la puerta de la jaula con mucha facilidad, pero al disparar, hace que Henrique salga de golpe de sus pensamientos y que la chica comience a gritar en puro terror. 

Alfonso Armando: "Perdón por haberlo hecho sin avisar Henrique, pero creo que nos tenemos que ir corriendo a la presa, como sea de alguna de las naciones libres y esto llegue a ser noticia internacional, estamos jodidos." 

Chica desconocida: "Ahh! [...] Primum non nocere [. . .]"

Ambos agentes de la AAS se quedan muy sorprendidos al ver que la chica comenzó a hablar, pero aun mas cuando empezó a hablar en lo que creían que era un Latín muy extraño, pero por suerte ambos agentes tuvieron que tomar clases de Latín durante sus estudios, así que incluso si no sabían hablar fluidamente ni mucho menos, gracias al parecido entre el Español y el Latín consiguieron descifrar lo que estaba acababa de decir. 

Henrique Tenreiro: "Creo que esta hablando en Latín Alfonso [. . .], acaba de decir algo sobre que no le hagamos daño?"

Alfonso Armando: "Si eso parece [...], será mejor  que nos la llevemos inmediatamente a la comisaria, tu ves persuadiéndola para que venga con nosotros, yo iré corriendo a por el coche, nos vemos en media hora en la puerta del edificio." 

Sin darle un respiro a su compañero Henrique para poder responder a lo que acababa de decir Alfonso, este mismo sale corriendo de la casa abandonada pero teniendo cuidado de no romper los escalones de la ya muy maltrecha escalera, y mientras que los pasos de Alfonso se van alejando de donde se encontraba Henrique y la chica, ambos simplemente se comienzan a mirar mutuamente, mientras que Henrique la mira sin idea de que hacer, la chica lo mira bastante asustada, pero bastante menos si lo comparamos a cuando escucho el disparo de Alfonso a menos de un metros suya. 

Henrique Tenreiro: "Eh [. . .], Meum nomen est Henrique."

Con un Latín muy oxidado consiguió decir una frase que la chica pudiera entender, un hito si tenemos en cuenta que Henrique no era un estudiante estrella en sus años de estudios. 

Chica desconocida: "Me- [...] Meus nomen et Tuka."  

Mientras que la chica al fin le responde, y encima dándole su nombre, Henrique decide ofrecer la mano que tenia libre a Tuka para que pueda levantarse de aquella jaula, en la cual parecía haber llevado al menos una semana completa si tenemos en cuenta el olor de la misma. 

Henrique Tenreiro: "Muscipe manum meam."

La chica cuando le dijo de agarrar su mano se puso a analizar con un poco mas de tranquilidad como estaba vestido Henrique, dándose cuenta de que era una ropa completamente distinta a la que estaba había visto en toda su vida, y se quedo aun mas sorprendida de como Henrique tenía una herramienta para iluminar que tuviera tanta potencia, comparándola en sus pensamientos con un espíritu atrapado en aquella herramienta. 

Así que tras pensarlo durante un par de segundos, decide extender su mano y agarrar la de Henrique, solo para que el mismo estire la de Tuka y la pueda levantar, quedando algo sorprendido de que iguale su altura, y mas de que tenga unas orejas muy puntiagudas, como si fuera una especie de elfo. 

Henrique Tenreiro: "Bien, ahora te vienes conmigo a la sala de estar [. . .], vamos a ver como salimos de esta sin que se den cuenta que eres de Roma."

Henrique no esperaba que Tuka entendiese lo que estaba diciendo, simplemente estaba pensando en como el gobierno federal podría conseguir tapar que una cuidada de el imperio Italiano había acabado en manos de terroristas separatistas Portugueses, así que gentilmente le agarra de la mano y comienza a caminar rumbo hacía la salida del sótano, teniendo cuidado de que no se haga daño en sus descalzos píes mientras subía las escaleras. 

Tuka: "I potest ire domum?"

Dice Tuka mientras acaba de subir el último escalón de aquel terrible sótano que la tuvo captiva por al menos una semana. 

Henrique Tenreiro: "Si te refieres a ir a casa [. . .] sed sequere me ad triclinium"

En un Latín el cual avergonzaría a su viejo profesor de Latín, consiguió pronunciar aquellas palabras y que la chica cambiara su expresión a una de mayor tranquilidad por haber descubierto que aquellos hombres con ropa y herramientas mágicas venían en su salvación, y mientras era llevada hasta aquella sala de estar se quedo sorprendida por la calidad de los viejos y polvorientos sofás, mientras que para Henrique eran tan horribles que decidio ayudar a Tuka a sentarse en uno de ellos mientras que Henrique se quedaba de pie en frente suya, intentando tapar la espada de la chimenea para que no se asustara mas. 

Henrique Tenreiro: "Sera mejor que te enseñe cuatro o cinco frases de Español antes de que llegue Alfonso y te llevemos a la presa."  

Y mientras que Tuka no entendió lo último que dijo Henrique, el simplemente preparado todo lo rápido que pudo una pequeña explicación sobre las frases básicas de el Español y unas pequeñas prácticas de como pronunciarlas, toda esta clase hecha en Latín claramente, así que Henrique pudo practicar su deficiente Latín y Tuka poder comenzar a entender cuatro o cinco palabras de lo que decían aquellos extraños magos. 

- 06:30; Bosque del pino, sala de estar de la casa abandonada -
 
Tras dos horas de Henrique intentando explicarle a Tuka todo lo que pudo de el Español a través gestos que parecían mas bien de un actor que no había actuado en toda su vida, se puede comenzar a oír el rugir de el Dodge Dart, y eso solo podía significar una cosa, Alfonso al fin había vuelto. 

Tuka: "Que ser eso!." 

Dice mientras rapidamente se levanta de el sofá polvoriento y se acerca a Henrique algo asustada de lo que pueda ser aquel ruido endemonio, por su mente pasaban mil y un monstruos y bestias distintas que pudieran hacer aquel ruido. 

Henrique Tenreiro: "Id est domum suam."

Y tras decirle que aquello que estaba sonado era su medio para volver a casa, la chica algo atemorizada de lo que pueda estar ahí afuera esperando a ambos, se agarra de la espalda de Henrique y como puede le indica que prefiere ir así, e incluso si lo hizo de forma muy complicada de entender, Henrique se dio cuenta de sus intenciones. 

Henrique Tenreiro: "No preocupar, solo seguir."  

Al acabar de decir aquella frase, comienza a andar lentamente ya que tenía a Tuka apegada a la espalda y tras unos insufribles momentos de tener que andar mientras alguien le estira de la chaqueta de su uniforme reglamentario de la AAS, consigue llegar hasta la sala de entrada y abrir la puerta y salir tras de ella, revelando no solo un bosque el cual se le hacía como a Tuka como si ya estuviera en casa, sino que hay estaba estaba el origen de el rugido, una especie de carro sin caballos el cual estaba chapado totalmente en metal de colores, como si fuera un carro para llevar al mismo emperador, pero para ella lo mas aterrador eran los dos ojos de la bestia, que eran capaces de iluminar a mas de diez metros en su frente, pero para su alivio dos puertas estaban abiertas, no solo revelando el interior de el carro metálico, sino que también a el otro hombre que hizo aquel extraño hechizo con su herramienta. 

Alfonso Armando: "Vaya, pensaba que tendrías que salir con la chica esposada, lo has hecho muy bien Henrique, vámonos ya a la comisaria de Algeciras, he contactado con la oficina de seguridad y ya han preparado una sala de interrogación para la Italiana." 

Henrique asiente a Alfonso con la cabeza y se gira para ver a Tuka solo para hacerle una sonrisa y demostrarle que era seguro entrar en aquel carro de metal, así que ahora un poco mas agarrada que antes a la chaqueta de Henrique, se acerca junto a el al Dodge Dart, solo para que Henrique ayude a Tuka a subirse al asiento trasero y el mismo subirse al lado de Alfonso y rapidamente acelera haciendo que Tuka de un grito al ver como el carro se movía a tanta velocidad sin caballos que lo guíen, rumbo a la comisaria de Algeciras. 

Operación Cabanillas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora