Kösem Mihrişah Sultan ||•Sultan Ahmed•||

Capitulo 16

— Me casaré con Mihrişah madre. — Ahmed observó a Handan con una sonrisa, había pensado en ello toda la noche y sabia que esa era la única manera en que todos comprendieran lo importante que era la pelirroja para el.

— ¿Estas loco Ahmed? No puedes hacer eso. — negó molesta. — Nurbanu la ha traído, esa mujer es una bruja que vino a manipularte a su antojo.

— No es una pregunta madre. — el negó con una sonrisa en su rostro.

— Ahmed, no estoy de acuerdo con eso. — lo miró con advertencia. — No volveré a hablar contigo si cometes esa locura, me perderás si lo haces.

— Bien madre, será como tu desees. — Ahmed besó su mano, saliendo de los aposentos, dejando a su madre conforme con su pequeño triunfo.

Fecha: 20 de noviembre de 1618

— Entonces, ¿que debe hacer este esclavo tuyo para que lo beses nuevamente? — Ahmed sonrió, observando a Mihrişah vestirse.

— Tal vez una deliciosa cena seria apropiada para mi. — ella guiñó un ojo hacia el, terminando de abrochar su vestido.

— Lo que mi amado sol desee. — asintió, ordenando a los guardias traer comida. — Quiero mostrarte algo.

— Tengo mucha curiosidad si lo pregunta. — la pelirroja se acercó a el, observando como este sacaba un pequeño cuaderno de dibujos.

— Este cuaderno era de nuestro antiguo Gran Visir Selim. — se lo mostró. — Tenia un talento envidiable para dibujar y pintar, era único.

Mihrişah sonrió, aumentando mas su curiosidad, sentándose sobre las piernas de Ahmed.

— Cuando lo encontré, supe que todas las historias sobre el eran ciertas. — sonrió. — Pasé toda mi vida escuchando del magnifico amor que el sultan Mehmed tenia por la sultana Hasret, pero tambien habia historias sobre el profundo amor que sentía el gran visir por nuestra sultana, era tan grande como el que sentía por su hermano.

— ¿Crees que el sultan Mehmed lo supo? — la pelirroja preguntó con curiosidad. — ¿Crees que el supo los sentimientos de su hermano por la sultana Hasret?

— Nunca lo sabré, nadie lo sabía, pero ambos tenían una relación muy cercana, incluso muchos llegaron a decir que el sultan Mehmed era capaz de dar su vida por el y que no había nadie en el mundo que lo protegiera como lo hacia el príncipe Selim. — Ahmed sonrió. — Ambos conquistaron muchas tierras mientras la sultana Hasret se encargaba de proteger el imperio, su poder y gloria quedaran plasmados para siempre, al igual que el amor que ambos hombres sentían por la misma mujer.

— ¿Los admiras mucho cierto? — Mihrişah acarició su rostro.

— Quiero ser como el gran sultan Mehmed, esa es mi mision, ser tan glorioso como lo era el y recuperar cada uno de las tierras que el conquistó. — el joven sultan besó su mano. — Quiero que veas esto.

Abrió el pequeño cuaderno, mostrándole los dibujos que habia en el, todos tenian a la misma mujer y ahora que lo veía con mas detenimiento y detalle, era la misma mujer que ella se había encontrado en la cafetería.

— Era hermosa. — sonrió.

— Igual que tu lo eres. — Ahmed sonrió, observándola, mientras sacaba otro cuaderno. — No soy tan bueno como el visir Selim, pero te he dibujado cada que tengo oportunidad de hacerlo.

— Estoy segura que no soy tan hermosa como me pintas en estos dibujos. — Mihrişah sonrió enternecida, comenzando a tener una extraña sensación en su pecho. — Son hermosos.