Capitulo 20

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— Sultana, debe calmarse, los doctores, ellos hacen lo que pueden. — murmuró Nurbanu, hablando en voz baja. — Kösem, tienes que tranquilizarte, no saldrá nada bien si te alteras de esa manera.

— Es mi esposo sultana, mi sultan. — la miró a los ojos. — No puedo calmarme, si el muere... Si el muere yo...

— Lo se, sultana, lo ama.

— No, no lo amo, pero es nuestra esperanza, si el muere todo estará perdido para ti y también para mi, no puedo permitirlo, no lo haré. — negó, apartandose y regresando a los aposentos del sultan.

— No debería estar aquí, sultana, es una enfermedad contagiosa. — el doctor llamó su atención.

— ¿Como está? — lo ignoró.

— No podemos hacer mas por el, solo esperar que la medicina funcione. — suspiró. — Allah mediante, nuestro sultan seguirá vivo al amanecer.

Los doctores hicieron una reverencia, dejándola a solas con el, mientras la pelirroja se acercaba a la cama, recostándose a su lado.

— Ahmed, mi sultan, ¿está despierto? — preguntó en voz baja.

— Aun no muero mi sol, sigo aquí. — respondió débil. — Quiero sentirte amor, dejame abrazarte.

Mihrişah asintió, recostándose en su pecho.

— Tengo miedo mi sultan. — confesó. — Estoy aterrada de perderlo.

— No tienes que temer amor, el sol volverá a salir mañana, la dinastía va a continuar, Mustafá sigue en pie. — suspiró.

— No me importa la dinastía, Ahmed. — negó. — Tengo miedo de perderte a ti, no estoy lista para que te vayas.

— No me iré mientras tu sigas aquí mi sol, yo estaría siempre a tu lado. — besó su frente.

— Prometelo, jura que no te irás, prometeme que vas a luchar, que vas a quedarte a mi lado. — pidió.

— Siempre. — su voz se fue haciendo mas baja.

— Promete no morir, por favor. — pequeñas lágrimas se deslizaron por su rostro.

— Mi sultana que brilla como el sol. — murmuró. — Hay cosas que no puedo prometerte, vida mia.

— Ahmed, no estoy lista para una vida sin ti. — negó.

— No te preocupes mas por eso amor, prometí siempre estar a tu lado. — suspiró.

El silencio los envolvió, mientras suaves caricias eran depósitadas en el pecho del sultan, logrando relajarlo.

— Estoy cansado, Mihrişah. — murmuró.

— Entonces duerma mi sultan, estaré aquí cuando despierte, yo velaré su sueño. — besó su mejilla. — Solo prometa que al amanecer, usted seguirá aquí.

— Es una promesa amor. — cerró los ojos.

— Te amo, Ahmed. — murmuró para si misma, observándolo dormir. — Y haré lo que sea para que tu vivas, no importa lo que tenga que sacrificar, tendrás una vida larga y hermosa, lo prometo.



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— Esa vibora le ha dado la libertad a Mehmed Giray, lo ha casado con Fahriye. — Nurbanu murmuró molesta. — Y planea convertirlo en sultan.

— Sultana, debe calmarse, Allah mediante nuestro Sultan Ahmed se recuperara. — Bulbul la miró. — Tenga fé.

— ¿Fé? ¿No escuchas los gritos Bulbul? Derrumbaran el palacio, nos quemaran con el. — negó.

Kösem Mihrişah Sultan ||•Sultan Ahmed•||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora