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Ahora supongo que solo tenía pañales porque cuidaría a los niños, pero no hay forma de saberlo con certeza. Ese día ella misma me cambió el pañal y me hizo usarlo allí mismo, frente a ella. Recuerdo claramente ese día y lo avergonzada que me sentía de que me obligaran a usar un pañal, pero también recuerdo lo mucho que amaba estar bajo su control. Después de que hice lo que me dijo, incluso comprobó que no estaba mintiendo. Luego, me cambió por un pañal limpio y me envió por mi camino. Me dijeron que viniera a ver a "mami" en cualquier momento.
Traté de olvidar el incidente, pero inmediatamente me enamoré de los pañales que me proporcionó. Desde la cinturilla hasta los puños elásticos de las piernas y mi ruidoso andar arrugado, era adicto. El olor de estos pañales era tremendamente embriagador. Después de ese incidente, me di cuenta de que en realidad no me gustaba usar mi pañal, pero descubrí muy rápidamente que las reglas no las hacía yo, mamá las hace. Un par de meses después, prácticamente estaba corriendo a casa desde la escuela para ir al baño. Miss Eve me detuvo e insistió en que usara el de su casa. Cuando finalmente lo logré, la puerta estaba cerrada con llave y me dijeron que usara la de arriba.

El pequeño de mamá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora