36. ¡Vaya situación!

423 40 0
                                    

—¿Qué te pasa, Tin? Todos están lamentándose por no querer regresar, pero tú estás más contento que un pez en el agua. ¿Qué te tiene tan feliz? —preguntó Thorn, incapaz de contener su curiosidad, al ver que la reacción de Tinphat era completamente diferente a la de los demás.

—Quisiera contártelo, pero el Gran Jefe Mao dijo que estas cosas no se deben decir —respondió Tinphat, asegurándose de no desperdiciar el dinero gastado en su asesoría. Algunas cosas debían aprenderse.

—Señor Tin, lo que acaba de decir es casi como haberlo contado. Está clarísimo —replicó el Gran Jefe Mao, sacudiendo la cabeza. No podía con sus discípulos, que presumían de ser grandes casanovas, pero en realidad eran novatos.

—Cuando uno es feliz, tiene que presumirlo. ¡No es como si alguien nos escuchara! —respondió Tinphat.

—¡Oye! ¿Entonces qué somos? ¿No somos personas? P'Thorn, P'Than, P'Rome, Mok y yo, ¿qué somos entonces? —preguntó Mao, cambiando de pronombres según su estado de ánimo, sin que nadie se lo tomara a mal.

—Me refería al lado de los jefes, no al nuestro —aclaró Tinphat.

—¿Así que lo admites, P'Tin? ¿Eres un subordinado? —bromeó Than, sonriendo a su amigo.

—¿Quién lo dice? Esto se llama ceder primero. Somos tigres con las garras escondidas, esperando el momento para atacar —replicó Tinphat.

—¿Tigre o gato, Pee? Acláralo bien —dijo Mao con una expresión de resignación, mirando tanto a su jefe como a los demás. Siempre hablaban de ser tigres escondidos, pero Mao pensaba que más bien se ocultaban tanto que se olvidaban de salir.

—Un buen tigre sabe cómo ser un gato. Es para atraer a la presa, sin que se dé cuenta de que caerá en la trampa. ¡Qué clase de Gran Jefe eres! —continuó Tinphat.

—Soy el Gran Jefe al que todos ustedes deben recurrir. Si me pongo difícil, no les daré ninguna información —respondió Mao, sabiendo que al final los novios de sus jefes siempre dependerían de él.

—¿Cómo te va con los exámenes últimamente, Mao? ¿Quieres que te preste uno de mis coches? —ofreció Thorn, intentando ganar el favor del Gran Jefe antes de que se rompiera la relación.

—No, gracias, Pee. Si P'Fah se entera, me mataría —respondió Mao.

—Entonces, ¿qué quieres? —preguntó Thorn.

—Dale algo de dinero para salir con las chicas, eso estaría bien —intervino Rome, que era de una edad similar a Mao, logrando que este levantara el pulgar en señal de aprobación.

—No hay problema, pero tienes que darme todos los detalles, especialmente sobre el profesor de repostería. Quiero que investigues bien —dijo Chonlathorn. Mao se quedó en shock por un momento, pensando si debería mencionar que el profesor era gay, pero decidió que no, ya que solo debía decir lo que podía contarse.

—Entendido —respondió Mao, levantando la mano en señal de OK. No había problema. Confiaban en él y sabía que nadie podía jugar a dos bandos mejor que Mao.

✪✣✤✥✦✧✣✤✥✦✧✣✤✥✦✧✪

—¿De verdad? —preguntó Yada, asintiendo. Ya se imaginaba que, cada vez que los chicos se reunían a escondidas, algo debía de estar ocurriendo.

—Sí, pero creo que Mao solo quiere ayudar a que se lleven bien —dijo Mok, aún defendiendo a su hermano, convencido de que no tenía malas intenciones hacia su jefe.

—¿Deberíamos despedirlo? ¡Es muy molesto! —pensó Suea, con ganas de darle una patada a su subordinado que parecía estar cambiando de bando.

—P'Suea, Mok está preocupado —intervino Oun al ver la cara preocupada de Mok. Creía que Mok había reflexionado mucho antes de decidir contarlo.

Alguien te ama [Someone Loves You]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora