9-MI NOVIO

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Elisa esperaba impacientemente afuera de la habitación, enroscando y desenroscando su cabello, jugando con sus pies y observando alrededor, "Ya ha pasado mucho tiempo, voy a entrar", se dijo a sí misma muy decidida.

Giro la perilla de la puerta, pero antes de que lo hiciera la puerta se abrió, una triste mirada de fuego estaba al otro lado. No, la dejó entrar y él salió de la habitación, era la primera vez que habían estado separados por tanto tiempo, quería sostenerlo, pero su tía la miraba expectante, no quiso delatarse.

—¿Está todo bien, tía?—.

—Claro que sí, pequeña, solo quería revisar unas cosas, pero todo está bien— la tía retomó su bordado y palmeo el colchón de la pequeña cama a su lado. —Pequeña ven, habla un poco con tu vieja tía—.

Elisa obedeció y se sentó a su lado, por fin pudo ver el majestuoso bordado, era un hermoso retrato de una hermosa dama y un pequeño y regordete bebé sonriente.

—¿Es él?—.

Con una mirada nostálgica y acariciando al pequeño bebé bordado, la tía contestó.

—Sí, es él, es mi pequeño bebé, mi ángel de la guarda, él espera por mí, sabes, prometí estar con él, el resto de la eternidad, él y yo en el paraíso, aún falta mucho tiempo, pero sé que voy a estar con él—Limpió las lágrimas de sus ojos, por debajo de sus enormes lentes y colocó su mano sobre la de Elisa.

Los labios de la joven de cabello alborotado temblaban agitadamente, hasta que el llanto explotó.

—Tía, yo lo siento, lo siento tanto, tía, perdóname—Se refugió en su regazo, suplicando una absolución de un pecado que había cometido sin intención, el robo de la vida de un inocente por la suya.

La tía amablemente acarició los alborotados rizos y con amabilidad aclaró.

—Linda... no hay nada que pudieras hacer, la vida de mi pequeño, estaba destinada a ser corta, no se puede cambiar el destino, es así, lo único que me sorprende es la manera tan cruel en la que tuvo que despedirse de este mundo, pero el único culpable de mi dolor y del suyo ya se encuentra bajo tierra, murió en prisión después de tortuosos castigos divinos...—Levantó a la pequeña de su regazo y mirando su tierno rostro la salvó de la culpa eterna. —Tú eres la niña más bondadosa y generosa que jamás ha existido, tú hiciste lo que debes hacer, al igual que mi bebé hizo lo que estaba predicho, todos cumplimos nuestro papel en esta vida, pequeña, y el tuyo es ser esa guía de luz y bondad en el mar de tragedias, por favor cuida bien a tus padres, cuida bien de tus amigos y cuida muy bien de ti, incluso ahora tienes una nueva responsabilidad, ese espectro que tienes a tu lado es muy especial, cuídalo bien, ahora hazme ese favor en compensación y en nombre de mi pequeño—.

—¿Y tu tía? ¿Quién cuidará de ti?—.

—Aquí cuidan muy bien de mi pequeña, es más el enfermero de ...—.

En ese momento la puerta se abrió sin aviso, un hombre de ojos color miel y aspecto intimidante entró.

—Las visitas se terminan en cinco minutos—anuncio.

—Jorge, mi adonis de acero, estoy feliz de verte, crees que puedas darme cinco minutos más, por favor— suplico la adorable anciana.

El enfermo asintió y de nuevo cerró la puerta.

—¿Estás segura de que cuidan bien de ti tía?—preguntó Elisa un tanto preocupada.

—Sí, mi pequeño Jorge es como un gran cachorrito, él siempre cuida de todos, no te intimides por su apariencia... bien volviendo al tema, te daré unos consejos rápidos y útiles en tu convivencia con tu acompañante, pon atención—.

MI QUERIDO NODonde viven las historias. Descúbrelo ahora