Sandy y Mo

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Espero que les guste~

Nota: Lo publique por accidente y lo borre rápidamente, así que no es un error que no pudieran abrir el cap ^_^

MK durmió como un tronco y cuando se despertó, lo primero que busco después de darle un abrazo a su papá y a Wukong, fue a su amada mascota, buscándola por el departamento del chef y haciendo un puchero al no encontrarla por ningún lado, decidiendo preguntar al dueño del lugar por ella, y ahí fue cuando el problema del día empezó.

-¡¿Regalaste a Azul?!- sollozo con todo su pequeño corazón, estirando los brazos y aferrándose a su papá apenas esté lo alzó, él acariciando su espalda con suavidad y murmurando palabras de consuelo. Decir que MK estaba sensible desde el ataque no era exagerar, estaba temeroso y pegajoso, aunque al menos no había tenido pesadillas por el momento.

-¡Yo no la regale!- Pigsy hizo una mueca ante el llanto, sintiéndose mal y culpable, encogiéndose ante la mala mirada que le estaba dando Wukong. -¡No lo hice, en serio!- frunció el ceño. -Los gatos y la cocina no se llevan bien...- esa condenada gata había sido como una especie de tornado, había arañando la mayor parte de sus muebles, había destrozado una de sus almohadas, se había meado en su cama, había usado su cucharón de madera favorito y casi había tirado su televisión. Si, ella había sido un desastre. -...además, se la dejé a un amigo que es experto en gatos, ella está bien- aseguró con total confianza, aunque eso no calmo el llanto del niño.

-Busquemos a esa gata- suspiro Macaque, cansado y resignado, solo queriendo que su pequeño dejara de llorar. Usaron su glamour y se dispusieron a salir, siguiendo al chef, confundidos al llegar al puerto e yendo a lo que parecía ser un barco de gran tamaño.

-¿Tu amigo vive...en un barco?- Wukong enarco una ceja.

-Tu vives en una maldita montaña, no puedes criticarlo- bufo el cerdo, yendo a la entrada para subir las escaleras y llegar a la parte superior. -¡Sandy!- llamo y no tardaron mucho en recibir una respuesta, un hombre de grandes músculos con la piel azul y la barba naranja, saliendo y acercándose a ellos a paso lento. A pesar de su gran tamaño y su musculatura, tenía ojos amables y una suave sonrisa.

-¡Pigsy, mi amigo!- su sonrisa se agrando, inclinándose para abrazar al demonio, quien sonrió y le dio ligeras palmadas. -Es bueno verte- lo soltó, aunque mantuvo su gran mano en el hombro ajeno por un poco más de tiempo. -¿Viniste a tomar el té? Puedo preparar tu favorito-

-Quizás más tarde, amigo...- sonrió. -...pero ahora mismo vengo a buscar a la gata que te traje el otro día. La demonio de frangas azules-

-¡Oh, la pequeña Azul! Esta justo adentro- sonrío, tranquilo. -Además, no la llames demonio, fue un angelito-

-Rompió uno de tus almohadones, ¿no es así?- el chef enarco una ceja, divertido.

-Si...- asintió, el cerdo riendo ligeramente. -...pero sigue siendo un angelito para mi- alzó la vista, notando al par y al niño. -¡Hola, nuevos amigos!- saludo, ellos acercándose a paso lento.

-Hola- sonrió, algo sorprendido por el gran tamaño y la amabilidad ajena. -Soy Macaque, el dueño del demonio que destruyó tu almohadón...- acomodo a MK, quien se se separó ligeramente para ver al desconocido. -...y el es mi hijo, Qi Xiaotian, aunque prefiere que lo llamen MK-

-Un gusto conocerlos~- extendió su mano, el mono disfrazado aceptando el gesto, el niño mirando al de piel azul con curiosidad. -Soy Sandy...- un gato azulado y con una cresta naranja se asomo desde lo alto, acomodándose en el gran hombro, maullando en forma de reclamo. -...este es mi pequeño amigo, Mo-

-Hola- la aparición del gato pareció relajar al niño, ya que mostró una pequeña sonrisa.

-¡Y yo soy Wukong!- salto, arrebatado al menor del agarre ajeno y lanzándolo, logrando sacarle una sonora carcajada. -Soy el intruso~- abrazo al chico, restregando su mejilla contra la suya, MK devolviendo el gesto con una gran sonrisa.

-Adelante, mis amigos- Sandy hizo un gesto hacia la entrada a su hogar, caminando a paso lento. -Preparare algo de té para todos, también tengo bocadillos-

-Wow...- se sorprendieron ante la gran cantidad de gatos que había dentro, todos luciendo bien cuidados y limpios como Mo, cada quien ocupado en sus propias travesuras. Avanzaron con pasos cuidadoso y algo torpes, agradeciendo que los sillones no tenían ninguno gato y sentándose, Sandy yendo a lo que supusieron era la cocina, volviendo al poco tiempo, colocando las tazas humeantes y un plato con galletas en una pequeña mesa que había allí, sentándose, un sonoro maullido llamando la atención.

-¡Azul!- MK se apresuró a abrir los brazos, su gata corriendo para subir al sillón con un ágil salto, básicamente estrellándose contra el pecho del chico y ronroneando lo más fuerte que podía mientras el menor lo abrazaba con todo el cariño del mundo. -¡T-Te extrañe tanto, Azul!- y ahora estaba sollozando, un suspiro cariñoso saliendo de su papá.

-¿Él está bien?- Sandy lo miro con preocupación.

-Si, solo está algo sensible hoy...- paso su mano suavemente por el cabello castaño de su hijo, este moviéndose para acurrucarse en su costado con su gata entre sus brazos.

-...fue un día...difícil ayer- Wukong se rasco la nuca, mirando con tristeza como el niño lloraba mientras abrazaba a su mascota y le decía cuanto la había extrañado.

-Los atacaron- Pigsy fue directo al punto, el de piel azul mirándolo con espanto.

-¡¿Los atacaron?!- jadeo, Mo apresurados para empujar con su cabeza la mejilla de su dueño, él alzando su mano para rascar bajo la barbilla del felino como agradecimiento. -Mi amigo, ¿te has metido en problemas?- preguntó, preocupado, viendo cómo el cerdo dejaba escapar un largo y pesado suspiro.

-En muchos más de lo que crees- hizo un gesto hacia el par, quien se miraron de reojo entre sí antes de asentir, viviendo a mirar al de barba y dejando caer sus glamour.

-Oh...- Sandy parpadeo ante los monos, sorprendido. -¿Es quien creó que es?- señaló hacia el dios, quien rio ante sus palabras.

-¡Soy el gran sabio de la montaña, el que todo lo sabe y el gran Monkie King!- sonrió. -¡Soy Sun Wukong!- el mono a su lado bufo, rodando los ojos, el dios le sacó la lengua ante eso mientras se inclinaba para agarrar un puñado de galletas y se acomodaba en su lugar.

-Entonces...¿Tu eres...?- señaló esta vez al mono de las sombras.

-Six Eared Macaque- asintió con tranquilidad, aceptando las galletas que el dios le extendía, comiendo una de ellas y dándole la otra al pequeño acurrucado contra su costado, quien la agarro directamente con la boca, sin querer soltar a la felina. Sandy párpado, mirándolos, preguntándose una vez más en qué se había metido su amigo.

Papa MacaqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora