—Alexander, ¿estás prestando atención a la clase?
"Claro que no, su método es arcaico y la forma en que lo explica es aún peor, no entiendo cómo un tema tan sencillo puede hacerlo tan engorroso, incluso para los estándares de mis compañeros".
—Yo... Disculpe maestro, sí estoy prestando atención, pero el tema se me hace complicado.
—Tsk, en esta clase no hay nadie sobresaliente.— el educador habló para sí mismo sin embargo, fue escuchado por la mitad de la clase.
Luego continuo como si nada con un tono de voz plano y lento, lo suficiente para hacer a más de uno bostezar y querer escapar de allí.
Mucho más para Alexander cuya mente ya había resuelto los ejercicios del texto de clase de hoy de un vistazo. Para él aquella tediosa clase era un infierno viviente, increíblemente aburrida y monótona.
No era nada fuera de lo común, todos los días eran así, se podría decir que todos estos años de seguir el "Manual de comportamiento normal" lo haría más fácil, pero hoy fue especialmente tedioso.
Con solo tres años en preescolar, al resolver las sumas y restas simples que a sus compañeros les tomaba tiempo hacer con sus dedos, a diferencia de él, quien podía hacerlas mentalmente, entendió que era diferente a los demás.
Con solo observar los números del 1 al 100 en una tabla de un libro viejo Alexander dedujo el sistema decimal y cuando las sumas en base diez dejaron de ser divertidas lo hizo en otras bases.
Lo único que le sirvió durante ese tiempo fue jugar con la plastilina, hacer embolillados con papel crepé y aprender a usar las tijeras.
Eso porque cuando miraba las letras de los cuentos, éstas eran redondas y entendibles, su caligrafía por el contrario era áspera y fea, la de sus compañeros no era muy diferente a la de él, pero no quería dejarlo así, comprendió que hacer muñequitos con plastilina y enrollar papel ayudaba a sus manos a ser más ágiles al escribir.
Socializar no era primordial para él, mientras todos se acercaban para jugar y conversar, Alexander no tenía el mínimo interés, estaba concentrado en su cuadernito del Rayo Macqueen dibujando sus letras o leyendo un cuento, porque eso era todo lo que había en el salón.
La escuela podría haber sido lo mismo, él con sus asuntos y los otros con los suyos, mientras no moleste al maestro, todo estaría bien si no fuera porque lo comenzaron a molestar por estar en silencio e ignorar a los demás.
Alexander no entendió ese actuar tan ilógico, en su mente eran como monos tratando de llamar la atención, trató de ignorarlos porque era molesto relacionarse con ellos y consumía energía, fue una mala decisión, ignorarlo no lo hacía desaparecer y así que el acoso empeoró.
Informó al maestro, pero no ayudó mucho y por primera vez no sabía qué hacer, las relaciones sociales no eran lo suyo y cuando un niño le rompió la mochila y lo golpeó en la cara su hermana se enfureció.
Alexander al principio pensó que ella estaría enojada por la mochila porque costaba dinero, ella era sensible con ese tema, porque en casa eso no abundaba.
'Hermana, no es gran cosa, la puedo reparar o también tengo ahorros en mi alcancía, no te molestes'
Usó su voz lechosa porque descubrió que cuando lo hacía, su hermana casi siempre cedía y luego lo abrazaba, extrañamente el contacto físico con ella no era incómodo y se sentía feliz.
Pero esta vez no fue así, se enojo mucho más hasta el punto de querer llorar. Alexander no entendía su reacción, luego su hermana lo abrazó muy fuerte, pero sin hacerle daño, cuando su confusión estuvo en el punto más alto, Yoshira con la voz entrecortada preguntó.
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Protegiendo a mi hermano del héroe
FantasíaSé lo que están pensando "Título típico de rofan" y sí, tienen razón. Siempre me he preguntado el por qué la moda de poner el título como tesis de la universidad, mientras más específico mejor. Así que why not. Una tarde mientras me comía uno de es...