Ícaro

37 8 9
                                    

Frío

Hacía mucho frío.

No recuerdo mucho, salvo que debía cuidar de algo.

Me sentí somnolienta y mi cuerpo estaba cansado, tal vez sería bueno si me quedara dormida por un momento, solo sería un corto tiempo, con unos cinco minutos estaría bien.

Cuando estuve a punto de rendirme al sueño.

[Tiempo restante para reintegrarse:
1:38]

“¿Reintegrarse?”

Mi cabeza aún estaba en una nube.

Los números seguían disminuyendo, pero yo extrañamente aún mantenía la calma, si no fuera por el frío tal vez estaría más cómoda.

Cerré los ojos.

El agua era molesto para los ojos.

“¿Agua?”

Los abrí casi de inmediato ante mi torpe descubrimiento.

“¿Por qué estoy en el agua?”

Mi ilusión de una falsa tranquilidad como las alas de un ángel se rompió bruscamente.

No lo había sentido antes, pero el pecho me dolía y traté de evitar que más líquido entrara en mis vías respiratorias.

El subidón de adrenalina me hizo mover mis brazos y piernas con desesperación con la firme convicción de salir de allí.

Extendí mis manos para llegar a la superficie, no obstante, la condición de mi cuerpo era la peor y sentí que algo me arrastraba hacia abajo. Lo único que me permitía no ceder ante el agotamiento era mi instinto de supervivencia.

De pronto una cuerda se envolvió desde mis pies hasta mi cintura y empezó a tirar de mí para llegar a al exterior.

Alguien intentaba sacarme, aún tenía la cabeza adormecida, pero no podía quedarme allí, fue una lucha entre lo que quería sacarme y yo, contra la corriente de agua que me arrastraba hacia abajo.

De pronto la cuerda que me envolvía se sintió caliente y el agua a mi alrededor se comportó de forma extraña, tenía algo peculiar, ese algo se hizo cada vez más grande.

Controló el agua y formó un remolino a mi alrededor.

Sentí tranquilidad, a pesar de la apariencia aterradora. Eso no me lastimaría, el maná que controlaba el agua se sentía cálido, recuerdo que había pasado mucho por sentir ese concepto abstracto.

“¿Maná? ¿Qué era maná?”

Así es maná, magia y luego está Lex.

“¡Lex!”

La niebla en mi cabeza se disipó de golpe, todos mis recuerdos se reprodujeron con rapidez como una cinta de vídeo.

[El aturdimiento post habilidad Berserk ha finalizado]

“¡Carajo! ¡¿Quién pensaría que después de utilizar esa habilidad me convertiría en un paciente amnésico o uno con lobotomía?!”

El maná fluyó con mayor rapidez y de un segundo a otro estaba siendo arrastrada.

Salí disparada hacia la superficie como una bala de cañón y caí sobre la superficie de madera casi destruida.

Mi hermano sostenía un extremo de la cuerda que estaba atada a mí, sus manos estaban ensangrentadas y temblaban, luego cayó con brusquedad con la vista al cielo mientras luchaba por mantener los ojos abiertos.

Protegiendo a mi hermano del héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora