A Court of Stars and Shadows [¡Pausada!]

IX

Cuatro rubíes de sangre. Cuatro personas que ahora son traidores. Cuatro cabezas que ahora tienen un precio.

—Entonces... ¿Qué haremos?—preguntó Cassian

Estábamos n el comedor de la casa. Azriel, trajo los rubíes en la mañana, y estábamos todos-a excepción de Amren- viendo fijamente el cofre con los rubíes sin saber que hacer.

—No decirle a Amren—le contestó Rhys

—¿Y si tratamos de hablar con Tarquin?—pregunté llamando la atención de todos

El cantor de sombras me miró con las manos entrelazadas en su espalda y me repasó un par de veces haciendo que me removiera en mi lugar.

—Si lo intentas, te matarán—habló mirándome fijamente

Asiento.

—Entiendo

Rhys frunció el ceño ante la manera distante en la que le respondí a Azriel.

«No es intencional, solo... estoy procesando todo aún».

—Tú y yo aún tenemos que hablar—me recordó y apreté los labios mirando a Cassian

Se encogió de hombros.

—Luego—contesté cortante y mi hermano apretó los labios.

»Lo siento—me disculpé antes de salir del comedor y subir las escaleras a la terraza

Me acerqué a la baranda de la terraza y apoyé mis manos ahí antes de respirar profundo un par de veces.

«Tengo que controlarme, no puedo tratarlos así»

Tengo que contárselo a Rhys, pero no sé si deba, tal vez tome mal la noticia... tal vez...

No.

Él no lo tomaría mal.

Creo.

Una mano en mi brazo me sobresaltó y Feyre levantó las manos en rendición cuando me puse a la defensiva.

—Perdón, no quería asustarte—se disculpó y negué con los labios apretados, apartando mis ojos de Velarys, que apenas se veía desde esta altura.

La casa de la montaña-la casa del viento, cómo la llaman ellos- es más privada, es para los más cercanos. Azriel, Cassian, Mor, Amren y ahora, Feyre.

Aquí es donde entrenan, es como un lugar seguro.

—No te preocupes

—¿Estás bien?—preguntó y mis ojos se llenaron de lágrimas de forma rápida, como si la pregunta hubiera presionado un botón

—No, yo...—«no mientas—. Encontré a mi compañero

Levantó las cejas asombrada

—¿Y eso es malo?—preguntó inocentemente y casi reí

—No, se supone que es bueno—respondí, respirando profundo—. Pero no lo es para mí, no cuando nunca en mi vida pensé en encontrarlo, o cuando pasé tanto tiempo en la soledad que todo esto... me abruma—un suspiro tembloroso escapó de mis labios

—¿Sabes quién es él?

Asentí

—Anoche fui con Cassian a averiguarlo

—¿Y no te agrada?

—Mi compañero es alguien importante para esta corte y para mi hermano—dije, ignorando su mirada—. También es el mismo que ha estado enamorado de mi prima durante más de quinientos años