¬The Last Kiss /TodoDeku

¿Para qué llorar?

Corrí.

Corrí como si mi vida dependiera de ello; como si no hacerlo provocara algún daño a mi o a alguien. Corría con mi antebrazo tapando mi rostro, ocultando lo que sentía.

Sentía mis ojos arder, mi vista nublada y me dolían los pies por el largo rato que llevaba corriendo sin un rumbo fijo; mis piernas se movían prácticamente por inerencia, casi acostumbradas al paso rápido con el que iba.

Dolía, me dolía el pecho, quizás por la falta de aire o por lo insultado, humillado e impotente que me sentía. ¿Cómo pudo decir algo como eso?, ¿cómo si quiera descubrió tanto sobre mi vida?. Era imposible que conociera tantos detalles de mi, que supiera sobre la historia de mis padres, sobre no obtener un don hasta mis 14 años, ¿me había estado investigando?, o quizás, ¿alguien le dijo?.

No, ¿porqué alguien haría algo como eso?, estoy cada vez más perdido.

Aunque continúo corriendo, y todos a mi alrededor me observan, como si fuera algún loco y la lluvia cae con mayor velocidad cada segundo, me da igual, lo único que me importa es saber cómo, cómo supo tanto de mi ese Monoma.

Continué mi recorrido, casi infinito durante más de 2 minutos, bajo la fría agua de lluvia, empapándome hasta los huesos y haciéndome sentir escalofríos, hasta que llegué a un callejón, corriendo, sin pensarlo, me adentré en el, en la oscuridad que me entregaban las altas paredes de los edificios y la puesta de Sol; ¿cuánto llevaba corriendo?, la última vez que me fijé en el cielo aún estaba claro, como si fueran las 4 de la tarde, pero ahora parecían las 6.

Casi literalmente me lanzé al suelo, sentándome contra la sucia y húmeda pared y abrazando mis rodillas, buscando un poco de calor, el cual no conseguí encontrar, por lo mojada de mi ropa y que, aún, toda el agua fría de lluvia caía sobre mi. Pero todo eso no me importó, solo sollozaba abrazado a mi mismo, pensando en tantas teorías como podría imaginar.

[FLASHBACK]

-¿Midoriya?- escuché como me llamaban, desde detrás de mi.- ¡Espera!

Detuve mi pasó, girando sobre mis talones para encarar a la pesona que me llamaba.

-¿Sucede algo?- pregunté, sintiéndome irritado, aunque la persona delante de mi solo me había llamado, sabía que después de eso vendría algún insulto sobre lo supuestamente superior que era.

-¿Sabes de lo que me enteré?- habló, con tono de suficiencia y curioso.

- No, pero tampoco es de mi interés, así que si me permites-

-Tú padre era un sin don y te abandonó junto a tú madre- Mencionó de repente y con simpleza, aunque se podía notar un tono de curiosidad y tal vez autoritario en cada una de sus palabras.-

Mis ojos se desorbitaron, podrían salirse de mis cuencas sin problema alguno, ¿qué acababa de decir?. Todos a nuestro alrededor en aquel ancho pasillo posaron sus ojos en mi.

-¿D-de qué... hablas?- Tartamudeé, cruzando mis brazos sobre mi pecho, inyectandome valor.-

- No te hagas, ya lo sé todo.- Volvió a hablar, con la misma o con mayor prepotencia que antes.- Apenas y obtuviste tú don, a los 14 años,- posó una mano sobre su quijada, también ganando una pose autoritaria- curioso, ¿no?- Preguntó, más para las personas a nuestro alrededor que para mi o para él.