Sabor A Miel ¬Epílogo

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Besaba de maravilla, sus besos eran reavivantes, rejuvenecedores, con un sabor tan curioso, como a fresas y glaseado de vainilla, exquisito. Sus labios eran perfectos, suaves y delicados, tan rosados e hinchados por la cantidad de veces que los había mordido sin compasión alguna, disfrutando de lo bien que se sentían bajo mis dientes y el delicioso sabor de su lengua chocando contra la mía, encantado con los casi inaudibles soniditos de satisfacción que dejaba salir a cada rato, sin siquiera darse cuenta de que lo hacía, ensimismado con el montón de sensaciones que me hacía percibir con su mera precensia, en los escalofríos que recorrían toda mi espalda y se asentaban en aquella zona oscura, en lo que sólo él podría detener si se lo proponía y que sólo él podía encender dentro mi, lleno de satisfacción por todo lo que estaba sucediendo a mi alrededor y por lo que él trataba de evitar con muy poca fuerza —tal así, que podía notar que no quería parar, lo hacía solo porque debía hacerlo.

El chico frente a mi no podría ser más perfecto, en cada una de sus facetas lo era. Y lo amaba tal cual, con sus mejillas enrojecidas por el calor y la vergüenza, con seis pares de pecas de cada lado, pareciendo un tomate cherri o un brócoli, tal vez un pequeño conejo, tierno y esponjoso. Con sus ojos verdes jade brillando en la oscuridad, mostrándome el camino que debía tomar, sus pupilas que demostraban en todo momento su sinceridad, su decisión ante todo lo que hacía era reflejado allí, en sus grandes ojos verdes. Su suave y delicado cabello, tanto, que te daban ganas de hacerte un brazalete con las hebras del mismo para poder acariciarlo siempre. Sus expresiones faciales, exageradas y chistosas, más en momentos como estos, que apretaba tanto el rostro que se arrugaba muchísimo, haciéndolo ver como un niño pequeño, con los ojos llorosos, la respiración agitada y poniendo los ojos en blanco cada que tocaba alguna zona que le provocaba placer. La palabra perfección, siempre le a quedado muy corta, para él, hay algo más, alguna palabra no creada aún, porque en más de cuatro años de relación, no eh podido encontrar ninguna que lo describa tal cual es, un Dios y más.

Sho-shou-chan —gimoteó entre susurros, cerca de mi oído, en una pequeña súplica que no era capaz de completar porque me encargaba de que no pudiera hacerlo.

¿Mmm? —hice aquel sonido con la boca, ignorando lo que pudiera decir, y él lo sabía, sabía que estaba ignorando lo que decía.

Me concentré en mi labor de morder y lamer cada zona de su cuello, aquella que lo estimulaba tanto y que le gustaba que yo le besara.

Trató de apartarme con sus manos en un intento nulo por mantener la distancia, fracasó cuando lo agarré de las muñecas y posicioné sus brazos encima de su cabeza en un movimiento rápido con una sola mano, quedando atrapado entre el lavamanos, el espejo y yo. Aquel baño era demasiado pequeño para ser de un jefe, se notaba la diferencia entre el director de empresa y los empleados. Tal vez era demasiado notoria para mi gusto.

—¡Shou-chan! —chilló a modo de protesta cuando comencé a desabotonar su camisa con mi mano libre, pero sonó más como un gemido al sentir mis dedos helados recorrer su piel desnuda— de-deten... detente —volvió a gemir bajo, y yo sonreí complacido porque, lo que decía, no concordaba con lo que hacía.

Se abalanzó a mi boca, con un desespero descomunal y unas ganas feroces. Adoraba cuando perdía el control de esa manera, sin duda, era la faceta que más me gustaba de él.

Cuando por fin terminó de comerme la boca y respirar volvió a ser una muy importante prioridad, sentenció con mayor claridad:

Shoto, detente, nos van a escuchar —miró a su alrededor, como si buscase a alguien, que claramente no encontró y regresó su verdosa y deseosa mirada a mis ojos, su verde lima se había oscurecido por la exitación y ese color le sentaba de maravilla, como todo, en realidad —es el baño de un empleado, puede entrar en cualquier momento y

No entrará, está de vacaciones —cerré su discurso, cortando todas sus teorías alocadas de raíz, tendía a inventarse cosas raras, tenía la imaginación suficiente para ser un director o guionista de cine.

Mi voz salió ronca y baja, sonando más sensual de lo que me proponía pero noté que no le molestó, más bien, todo lo contrario, se mordió el labio, dudando, debatiéndose entre si aceptar mi propuesta silenciosa o salir pitando de allí.

—Tenemos que estar en el centro de adopción a las tres y media y son las... ,agarró su móvil que estaba reposando junto a su cuerpo encima del lavamanos y luego me obvsevó con los ojos entrecerrados— las dos y cuarenta y siete, ¿crees poder con solo una ronda, Shoto? —cuestionó en burla, retándome y sonreí victorioso, no tuve que darle más respuestas a preguntas tontas, por lo menos.

Eres muy poco confiado, Izu, tal vez y tenga que apresurarme, pero puedo con ello —me acerqué y le planté un pequeño y húmedo beso en los labios para luego susurrar con el tono de voz más ronco que pude encontrar:— ¿y tú, Izuku Midoriya?, ¿aguantarías más de dos días sin mi y mi compañero?

Rió a carjada limpia y no pude sentirme más completo, su sonrisa era otra de las tantísimas cosas que me encantaban de él, por Dios, ¿habrá algo de Izuku Midoriya que no me encante sobremanera?

Lo dudo.

Si este era el cielo, y lo que observaba era a un ángel manifestándose en forma de Izuku, pues bien podría permanecer aquí por toda la eternidad sin problema alguno.








✩⎙⸙͎೫ˑ




Hola holaaaaa ✨🙂

How do u feel today?

Ai fil berri de lo japi <3

¬[Pequeña desc. sobre en qué posición se encontraban porque el ToroRiko no se dignó a hacerlo]

{Era un baño pequeño, paredes blancas, un lavamanos con un espejo largo detrás y una tasa de baño enfrente con una puertecita común y corriente. Izuku estaba encima del lavamanos y Shoto entre sus piernas 7w7}

¬[Creo que eso basta para entender xd jssj]

¬Y sí, con esto me doy fin a esta historia, aunque tal vez me entre la borrachera y escriba un extra más o algo, no sé :|

╰─►⸙͎◤✞ нιтσмι ✞◥

✎ⓖⓡⓐⓒⓘⓐⓢ ⓟⓞⓡ ⓛⓔⓔⓡ💨承

¬The Last Kiss /TodoDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora