¬The Last Kiss /TodoDeku

¿Sueño o realidad?

Me faltaba el aire, mis pulmones explotarían en cualquier momento por la cantidad de oxígeno retenido en su interior, llevaba un muy buen rato aguantando la respiración.

¿Porqué?, no tengo ni idea.

Quizá el nerviosismo, teníamos más de 5 minutos en el lugar, sentados en completo silencio, mirando a la nada, solo con un café y unos panecillos que pidió Todoroki, yo no pude ni darles un bocado, sentía que si lo llegaba a hacer, terminaría vomitando.

En realidad, lo haría.

Se veían muy apetecibles.

Al igual que el comensal.

¿Porqué no hablaba?, me tenía de los nervios y no decía nada en lo absoluto.

Está pensando en maneras para rechazarte, cual duela más, mejor.

Cállate.

Cállate tú, yo sé lo que digo.

¿Sabes que somos la misma persona a y si me rechazan a mi, te rechazan a ti también?

Sí, me vale.

Genail, ya me estaba volviendo loco, hablando conmigo mismo.

Fijé mi mirada en un punto de la pared blanquecina, como si eso fuera a acabar con mis dudas y me tranquilizarla - cosa que no sucedió, porque terminé pensando en miles de teorías. Sentí como el bicolor frente a mí se aclaró la garganta, tal vez incómodo y supuse que iba a comenzar con el discurso, así que me giré en su dirección, con una valentía que no sé de dónde diablos saqué.

-Midoriya... - comenzó, hablando muy bajito, como si temiera espantarne o que los demás nos escucharan, Dios, ¿ya dije que amo su voz? - Perdona este silencio incómodo, es que... - volvió a cortarse a si mismo, tratando de buscar las palabras, oh, vamos, no es tan difícil decir "vete al carajo, asqueroso", siempre lo escucho de todos, no me matará - no sabía cómo decirte esto...

Si seguía cortando cada frase con ese dramatismo innecesario moriría de un paro cardíaco, era demasiado estresante.

-Todoroki-kun - hablé con una firmeza que desconocía, ¿qué demonio se apoderó de mí esta tarde?, estaba haciendo cosas que jamás podría hacer en mi vida - entiendo tú molestia y confusión, no te preocupes, es un problema mío, no tienes porqué justificarte ni nada, lo entiendo.

No joda', ¿de dónde te salieron voz y huevos o no?

Sí, sí, lo que él dijo. No sé cómo lo estaba haciendo, pero lo hacía.

Hablé sin titubeos ni tartamudear, sin ponerme nervioso, tal vez era que ya me había rendido y me empezaba a dar igual lo que me dijera.

No es cierto, no te da igual.

Mierda, cállate.

-Dios, ¿otra vez? - dijo en un suspiro, de nuevo, muy bajo, ¿a qué se refería? - deja de pensar que te rechazaré, porque estás muy mal, - sentenció hablando esta vez más alto, a lo mejor creyendo que yo no le escuchaba lo suficientmente bien - es todo lo contrario.

¿Ka?

Inserte reinicio mental aquí, por favor.

Abrí los ojos tanto como se me fué posible, me sentí como una pluma, sin peso, podría salir volando con la mínima ráfaga. Si hubiera estado de pie habría caído de culo contra el duro piso, mis piernas se sentía de gelatina en ese preciso momento y no sabía si aún estaba en este plano astral o ya me había ido al otro mundo.