𝑉𝑖𝑎𝑗𝑒

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—Ahí. —jadeo, aprieto entre mis manos las sábanas de mi cama mientras Sunghoon entra en mí de nuevo. —Mierda. —susurro.

                     

Siento una de sus manos tomarme del cuello mientras trato de buscar aire, no lo encuentro tan fácil, lo siento entrar y salir con rapidez, pero todo me da vueltas.

                     

Es viernes.

                     

Y Sunghoon me dijo que va a salir con su familia el sábado en la mañana, así que accedí a que viniera.

                     

Le debía el favor del lunes.

                     

Lucho contra mi conciencia para no pasar mis manos por sus hombros y apoyarme de él, porque si Mina ve alguna marca va a desatar la tercera guerra mundial contra él. Y no va a descansar hasta que encuentre al que le hizo eso.

                     

Así que, no, gracias.

                     

—Sunghoon. —susurro, él me mira a los ojos un momento. El habla se me va.

                     

Una de sus manos se posa en mi cuello y me acaricia con cuidado, siento que el mundo se detuvo un segundo.

                     

Aunque claramente no es así.

                     

—Mierda, ah, Sunghoon. —subo mi mano a su cuello y lo atraigo a mí, sus labios me besan con incoherencia mientras trato de no pensar en eso. Estoy siendo muy ruidoso y aunque sé que no le molesta, en realidad no me agrada que mis vecinos me escuchen teniendo sexo.

                     

Me quejo sobre sus labios cuando el placer me sobrepasa. Estoy a punto de correrme porque Sunghoon no deja de tocar ese punto. Abro mis labios en busca de aire mientras lo siento entrar y salir con un ritmo acelerado. Estoy temblando.

                     

—¿Vas a venirte? —apenas puedo asentir, suspiro mientras cierro los ojos. Sus labios se van hasta mi cuello un segundo, mi mano sobre su cuello se va a hasta su espalda y me apoyo de él. —¿Puedes esperar?

                     

—No, no te detengas. —susurro apenas, no me contesta nada. Siento un cosquilleo bajar por mi abdomen, hasta que la cabeza me da vueltas y me vengo, me apoyo aún más de él, que aún sigue en su vaivén mientras mi semen nos mancha a los dos. Él se viene un rato después y yo termino rendido sobre mi cama. No quiero ni levantarme.

                     

Cierro los ojos, enredando todas mis sábanas para abrazarme a ellas, no sé qué demonios hace Sunghoon porque yo estoy casi dormido.

                     

Luego de un rato lo oigo caminar cerca.

                     

—Date vuelta. —frunzo el ceño, mientras niego. Él me toma del estómago y me da vuelta mientras me quita con cuidado algunas sábanas de encima. Siento un trapo húmedo luego sobre mi estómago.

𝗖𝗶𝗴𝗮𝗿𝗲𝘁𝘁𝗲𝘀 𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿 𝗦𝗲𝘅 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora