𝐸𝑠𝑡𝑎𝑟í𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠

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El viernes llegó más rápido de lo que pensé.

                     

Son las siete de la noche, lo que significa que en una hora Sunghoon va a pasar por mí.

                     

Le dije a Heeseung, que iba a salir con él para hablar un poco acerca de todo lo que pasó estos meses y ponernos al tanto. Me impresionó bastante que me dijera que no había ningún problema. Ya que desde que Sunghoon y yo terminamos, me dijo cuánto lo detestaba.

                     

Y ahora lo aceptaba sin ningún problema.

                     

Tomo una camisa rosa palo y unos pantalones grises, unos tenis blancos y me los pongo una vez salgo de tomar un baño. No sé por qué siquiera estoy nervioso. No sé porqué supongo que todo está bien pero me siento demasiado ansioso. Quizá es porque no he hablado tanto con él desde hace un año. Y no sé porqué me importa realmente.

                     

Cuando miro el reloj de nuevo, veo que ya son las ocho, escucho el auto enseguida y me asomo a la ventana, su auto está ahí, esperándome. Lo veo bajar del auto, no está mirando hacia acá, anda tan casual como yo, así que por esa parte me quedo más tranquilo, cuando se peina con las manos el cabello y lo miro sentarse en el capó del auto, lo miro con más discreción, así que bajo la persiana un poco más y lo miro con atención. Saca su celular y hace una llamada, no dura mucho pero lo veo nervioso.

                     

No puedo escuchar nada pero estoy seguro que no es del trabajo por la manera en la que habla.

                     

Luego de un rato cuelga y voltea hacia acá. Me separó de la ventana al instante y me alejo de la puerta.

                     

Espero que no me haya visto.

                     

Luego de un rato escucho el timbre de la puerta, me acerco a ella y abro. Su olor me inunda las fosas nasales y cuando lo hacen me dan ganas de llorar.

                     

Huele exactamente igual que antes.

                     

—Hola. —me dice.

                     

—Hola. —murmuro desde la puerta.

                     

—¿Nos vamos? Pensé en... Ir a dar una vuelta a pie y luego vengo por mi auto. —asiento.

                     

—Claro.

                     

—Bien. —me dice. Me regreso a tomar mis llaves, mi celular y mi cartera, me acerco a la puerta y cierro desde afuera. No puedo dejar de pensar en su aroma y no sé porqué demonios me da tanta nostalgia y tristeza. Pero es que es tan suyo que siempre relacionaré ese aroma con él. —Te ves lindo. —me dice cuando comenzamos a caminar, lo miro.

                     

—Gracias. —murmuro. —Tú también. —lo miro, él lo hace también y se ríe apenas.

𝗖𝗶𝗴𝗮𝗿𝗲𝘁𝘁𝗲𝘀 𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿 𝗦𝗲𝘅 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora