𝗖𝗶𝗴𝗮𝗿𝗲𝘁𝘁𝗲𝘀 𝗔𝗳𝘁𝗲𝗿 𝗦𝗲𝘅

𝑇𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜

Me separo con lentitud de Sunghoon.

                     

Él me mira, impactado.

                     

Yo trato de asimilar lo que he hecho.

                     

Acabo de besarlo, maldita sea.

                     

—Sólo espero que no lo hayas hecho por Heeseung. —me dice, el corazón me duele cuando lo hace y quiero decirle que besaba a Heeseung por él.

                     

—No. —murmuro, él asiente, tocando mis mejillas con suavidad. —Con él no funciona. Nada.

                     

—Bien. —susurra. Entonces aparece una sonrisa pequeña en sus labios. —Bien.

                     

—¿Qué pasa?

                     

—¿Te gusto, Jake? —lo miro con atención.

                     

Realmente estaba seguro de que sí, pero no quería ser una mierda por reclamarle las cosas a Heeseung para hacer lo mismo después. Aunque él y yo no seamos nada en este momento.

                     

—No lo sé. —murmuro, dejando de verlo, él asiente apenas.

                     

—¿Quieres ir a Liverpool? —lo miro en el mismo momento que lo dice. El corazón se me acelera demasiado. A pesar de que no estuvimos mucho tiempo juntos, Sunghoon sabe dónde darme el golpe.

                     

—Quisiera vivir allá. —susurro. Él sonríe, acercándose a mí y rompiendo el espacio entre nosotros, sus labios sobre los míos, y por fin, por fin me permito ser honesto, en todo, con él, conmigo. Si decían que era una mierda por estar con Sunghoon, no me importaba, porque nada se sentía mejor que eso. Sunghoon era una mierda a veces, pero no me había enamorado de nadie como me había enamorado de él.

                     

Y ya no me daba miedo decirlo, si se iba a sentir igual de bien que ahora, podía decirlo toda la vida.

                     

Sus manos se van a mi cintura en menos tiempo del que me toma reaccionar y me sienta sobre él, el pulso se me acelera más de lo normal, y las mejillas se me tornan rojas.

                     

—¿Qué haces? —susurro, tomando el borde de su camisa entre mis dedos, sus manos se van a mi espalda y me jala hacia él.

                     

Todos los sentimientos los tengo encontrados. Un gemido sale de mis labios cuando lleva sus manos a mis nalgas y las estruja con cuidado, el corazón me late demasiado rápido.

                     

Levanto su camisa y la arrojo a cualquier parte del sofá. Paso mis manos por su pecho, mientras beso su cuello con delicadeza, el calor comienza a agobiarme cuando sus manos se cuelan por mi camisa y me acaricia la espalda, suspiro, incapaz de detenerme.