xx. three angels in heaven

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capitulo veinte: tres ángeles en el cielo

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EN CUANTO LA MUJER  Barnes puso un pie en el gran comedor pudo sentir una fuerte presión en su pecho, el tan solo ver dos diferentes grupos de personas de cada lado del gran comedor le provocaba preocupación, del lado izquierdo se encontraban los fallecidos mientras que del derecho los heridos.

La mirada de Alexandra por instinto se dirigió hacia el grupo de los heridos, en donde pudo ver a Rabastan Lestrange en compañía de su recién esposa, la mujer rubia intentaba consolar al hombre quién sollozaba en su hombro mientras mantenía la mirada en el cuerpo inconsciente de Leonardo Rosier, por su simple aspecto parecía como si estuviera entre la vida y la muerte.

Alexandra estaba a punto de acercarse al cuerpo de su mellizo cuando pudo sentir una penetrante mirada en su espalda, al darse la media vuelta conecto sus ojos verdes esmeralda con el iris avellana de Edward, este tenía rastro de lagrimas en sus mejillas y le dedico una pequeña mueca que la azabache supo de inmediato lo que significaba.

La sub-jefa de aurores se acerco a toda prisa hacia su mejor amigo hasta que se encontró los cuerpos inertes de Remus y Karen Lupin, aquello provoco que se llevara la mano a su boca intentando aguantar el sollozo que amenazaba por salirse, aunque las lagrimas ya estaban comenzando a resbalarse por sus mejillas.

Sin poder evitarlo Alexandra se dejo caer de rodillas al suelo, aunque fue sujeta por Edward y Nymphadora justo a tiempo, antes de que tocara el suelo y se lastimará. La mascará fría y amargada que la azabache se había vuelto a lo largo de los años desapareció en cuestión de segundos, ya que se soltó en llanto mientras se aferraba a los torsos de su novia y mejor amigo.

Primero perdió a las dos personas que le brindaron un verdadero hogar cuando más lo necesitaba, quienes fueron más padres en cuento la conocieron que sus propios progenitores. Y ahora perdió a su mejor amiga, su hermana, su confidente, su magizoóloga favorita. 

Alexandra ya no podía con tanto sufrimiento.

Pasaron aproximadamente quince minutos para que la sub-jefa de aurores dejará de llorar tan desconsoladamente, aunque todavía seguía sacando uno que otro sollozo. Se separo de su novia y mejor amigo para acercarse al cuerpo inerte de Karen y así tomarla de la mano, un escalofrío paso por su columna vertebral en cuanto sintió sumamente fría la mano de su hermana.

—Se supone que me tenía que ir yo primero...—murmuró Alexandra y beso la mano de Karen—Salúdame a mamá, papá y Sirius. Y no te preocupes por el pequeño Henry, Edward y yo lo cuidaremos y siempre le hablaremos sobre la espectacular mujer que fue su madre—miro el cuerpo de Remus—Y sobre el valiente hombre que tuvo por padre.

La mujer Barnes se puso de pie para darse la media vuelta y acercarse a la zona de heridos, le dedico una leve sonrisa a Rabastan Lestrange y Dalia Greengrass, quienes se la devolvieron y se alejaron un poco para darle su espacio.

—Poco pulso...—dijo Alexandra al colocar sus dedos en el cuello de Leonardo—Por más que deseara que despertarás dentro de una o dos semanas se que ya no será así, vas a decidir quedarte allá arriba con Mérope, y no te culpo, yo también lo haría—soltó una pequeña risita aunque más lagrimas se resbalaron por sus mejillas—Somos más parecidos de lo que nos gustaría admitir, aunque estuvimos casi catorce años intentando negarlo.

La sub-jefa de aurores alzo su rostro buscando la mirada de Nymphadora, al conectar sus miradas la metamorfomaga supo perfectamente lo que sucedía, por lo que metió su mano dentro de sus bolsillos y saco el anillo que Alexandra le había dado antes de la batalla, murmuró un hechizo provocando que el anillo comenzará a volar en el aire hasta que aterrizo en la palma de la mano de su novia.

—Realmente me hubiera encantado darte este anillo en persona...—susurró la azabache mientras colocaba el anillo en uno de los dedos de Leonardo, para después tomar a tomarlo por las mejillas—Te amo, hermano. Salúdame a Evan.

Alexandra se inclino un poco para dejar un último beso en la mejilla de su hermano mellizo, aunque también lo mancho un poco de sus lagrimas. Se puso de pie mientras se secaba sus mejillas con las mangas de su blusa y salió del gran comedor sin mirar atrás.

Ahora tenía tres ángeles más en el cielo.

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NOTA DE LA AUTORA

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Hello!

Capitulo final!! mañana publico un capitulo extra y el domingo el epilogo.

Varitas arriba por Leonardo, Karen y Remus /*

Opiniones y teorias aquí...

Kisses! <3

cornelia street ♡ nymphadora tonks ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora