𝐂𝐄 | ❝ Me aterra demasiado que
algún día te vayas ❞
En donde Alexandra Barnes se enamora de Nymphadora Tonks en medio de la segunda guerra mágica.
✧.- Golden Trio Era; Nymphadora Tonks x fem!oc
✧.-Portada hecha por @M4lfoy17
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capitulo nueve: luz de la luna
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—¡BIENVENIDA A LA CALLE CORNELIA!—exclamo Nymphadora con emoción mientras quitaba sus manos de los ojos de la mujer Barnes.
Alexandra miraba a su alrededor con demasiada admiración, se encontraba en la calle Cornelia ya que Nymphadora quería llevar a la sub-jefa de aurores a conocer aquel lugar tal como se lo había prometido hace un par de meses atrás.
Eran aproximadamente las diez con cuarenta de la noche, la mujer Barnes tenía planeado quedarse en su despacho hasta la medianoche o incluso una de la mañana ya que se había presentado un nuevo caso, Alexandra prefería terminar todo su trabajo en su despacho que llegar a su casa llena de papeles, ya que cuando ella apenas pisaba su departamento toda su atención decaía en sus hijas o en sus mejores amigos.
Sin embargo, esa noche había llegado Nymphadora a su despacho, entro sin siquiera tocar la puerta, tomo el saco de la mujer Barnes para entregárselo y le dijo que su turno había finalizado, Alexandra intento negarse a irse a esa hora del ministerio pero la metamorfomaga se la llevo casi a la fuerza.
—¿Qué te parece?—pregunto la pelirosa mientras enredaba su brazo con el de la mujer Barnes, claro que esta noto aquella acción pero lo dijo nada al respecto, todo lo contrario, le gusto aquel contacto.
—Es muy lindo—respondió Alexandra con una amplia sonrisa.
La calle Cornelia se encontraba llena de edificios cafés rojizos, había cafeterías con algunas mesas al aire libre en donde se encontraban personas cenando y como decoración habían arboles y flores naturales.
—Vamos a mi edificio, desde la terraza se ve mejor la calle y las estrellas.
Antes de que la sub-jefa de aurores pudiera comentar algo al respecto, Nymphadora ya la había tomado del brazo y se encontraba jalándola hacia un edifico que tenía la letra 'C', ambas entraron y la pelirosa saludo al recepcionista como si fueran amigos de toda la vida, posteriormente se adentraron en el elevador y la mujer Tonks presionó el ultimo botón que las llevaría hacia la terraza.
El elevador comenzó a moverse y tardo unos minutos en llegar hasta el ultimo piso, Nymphadora no se aguanto la emoción y salió rápidamente el elevador jalando a Alexandra por el brazo, caminaron por un corto pasillo hasta que llegaron a una gran puerta que tenía en letras grandes: terraza.
Al abrir aquella gran puerta Alexandra abrió los ojos con demasiada sorpresa y a la vez admiración al ver una terraza tan linda y bien decorada, no sabía que podía existir una terraza tan bonita, ni siquiera sabía si en su edificio había una terraza que permitiera el acceso a residentes, jamás se había molestado en preguntar durante los casi doce años que llevaba viviendo ahí.
Habían varias flores adornando el balcón, un asador muggle para hacer carne asada y junto a este habían algunas sillas cómodas para pasar el rato.
—Como los residentes tenemos acceso a la terraza, si queremos organizar un evento privado aquí tenemos que reservar con días de anticipación—comentó Nymphadora mientras ambas mujeres tomaban asiento en los sofás—Mientras la terraza no este reservada para un día u hora en especifico puedes venir las veces que quieras y a la hora que quieras, aunque corres el riesgo de toparte con otros residentes.
Alexandra se quedo unos segundos analizando lo que la mujer Tonks acababa de decir, su instinto le decía que había algo que no cuadraba dentro de aquello. La terraza ahora mismo estaba completamente vacía y era viernes, por lo que la sub-jefa tenía entendido la mayoría de los residentes de ese edifico tenían entre dieciocho y veinticinco años, estaban en la etapa de salir y beber, por lo que era ilógico que siendo viernes no hubieran planeado una fiesta en ese lugar.
—¿Reservaste la terraza para nosotras?—pregunto la azabache en cuanto todos los puntos se conectaron dándole una suposición.
—¿Es muy obvio?—respondió Nymphadora mientras su cabello se volvía violeta por la pena que sentía en ese momento—Discúlpame si te molesto, creí que era lo mejor para asi hablar tranquilas, todos los de esta edificio son muggles por lo que...—
La metamorfomaga no pudo terminar de hablar ya que fue interrumpida por los labios de Alexandra, al principio se sorprendió demasiado, tanto que su cabello se torno de color blanco. Pero después el sentir el suave contacto de los labios de la mujer Barnes con los suyos hizo que se relajara y comenzará a seguir el beso.
La luz de la luna fue la única testigo de todo lo que paso aquella noche; una mujer de veinticinco años feliz al por fin ser correspondida por su amor platónico desde los dieciocho, y una mujer de veintinueve años permitiéndose amar nuevamente.
