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Único

Descripción:
Shen Jiu es forzado a casarse con Luo Binghe, Emperador de los Tres Reinos.

Ser parte de un harem no es una tarea fácil, principalmente cuando no escogiste serlo desde un principio y mucho más cuando eres el único hombre entre cientos de mujeres, pero Shen Jiu sobrevivirá gracias al poder del guión.

Pareja:
BingJiu
[Luo Bingge/Shen Jiu]

Advertencias:
Contenido sexual explícito, consentimiento dudoso, matrimonio forzado. Esto es un AU, por lo que algunas cosas serán diferentes a la novela original.

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Luo Binghe se consideraba una persona realmente afortunada.

Tenía riqueza, poder, palacios y todo lo que un emperador pudiera desear, pero lo que definitivamente más destacaba sobre él era su enorme harem. Era bien sabido por todos la inmensurable cantidad de esposas y amantes que el mitad demonio poseía. También se sabía que él amaba y cuidaba a cada una de ellas, aún si no pudiera recordar todos sus nombres o distinguir bien sus caras...

Y es que no era una tarea fácil. Al tener un harem de más de tres dígitos se le podía perdonar este hecho, o al menos comprenderlo.

Sin embargo no era así con todas, algunas de sus esposas habían sido bendecidas con un trato distintivo. A estas se les consideraba las favoritas del emperador, las privilegiadas del imperio. Entre estas se encontraba Ning Yingying, una joven hermosa y bondadosa, que había sido la primera persona en mostrale amabilidad, convirtiéndose en su primer amor y años después en su primera esposa. Ella siempre le fue fiel a su esposo, incluso cuando este decidió expandir su amor hacia otras y casarse con cientos de mujeres más.

También estaba Liu Mingyan, quien cautivó a Luo Binghe por su gracia y belleza. Por otra parte, Sha Hauling lo encantó con su encanto y sensualidad. Eran mujeres grandemente amadas y apreciadas por su esposo, pero aún así sabían que nunca podrían compararse con esa persona.

Nadie podía compararse con esa persona...

La persona que había logrado atrapar el corazón de Luo Binghe hasta el punto de que todo su mundo giraba a su alrededor.

"Fue embrujado"
Es lo que muchos decían.

"Ha sido maldecido"
comentaban los demás.

Nadie sabía la razón exacta de la obsesión del emperador, pero si sabían que se había clavado profundamente en el corazón del monarca, echando raíces imposibles de cortar.

Luo Binghe convirtió a esta persona en su emperatriz, el título más alto, uno con el que las demás solo podrían soñar con obtener.
Todas las esposas rechinaban sus dientes ante su mera mención y no soportaban estar ante su presencia, totalmente celosas de su suerte.

"¿Por qué no a mí?"
Esa era la preguntaba que todas se hacían.

"¿Qué tiene que no tenga yo?"
Era lo que también se cuestionaban.

No podían entender cómo se había ganado el cariño y la atención de su esposo sobre todas ellas, era algo totalmente inconcebible.

Las más audaces intentaban todo lo posible para conseguir la atención de su amado, pero todo lo que hacían o decían era totalmente en vano. Luo Binghe hablaría con ellas y las mimaría por unos momentos, diciéndole lo mucho que las quería y lo afortunado que era por tenerlas a su lado, pero luego simplemente se iría tan rápido como llegó.

Algunas, cegadas por su odio, habían intentado atacar a ese favorecido ser, pero lo único que lograron fue encontrar  su propia muerte. Cada vez más y más mujeres desaparecían misteriosamente del harem, pero todas tenían lo mismo en común: se habían metido con la esposa favorita de Luo Binghe.