Capítulo 1: el comienzo

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Abril de 1992. México
Cantar y ser artista siempre había sido el gran sueño de Valentina. Desde pequeña lo sabía y jugaba a eso con su prima Tessa, quien también le gustaba lo mismo, pues hacían recitales frente a sus amigos. Todo era a escondidas, pues los padres de Vale eran muy estrictos con sus hermanos y ella ya que se esmeraron en darles la mejor educación del país y que sean los mejores de la clase.
Todo cambió cuando llegó una nueva oportunidad en la muestra de músicos amateurs “cállate y canta”. Se realizaba en un bar y era una cena- show donde se presentaba gente que quería cantar, ya sea en grupo o de manera individual. Previamente los interesados se inscriben y esperan una aceptación.
Esa noche Valentina fue con Tessa a probar suerte. Ambas estaban nerviosas pero felices por hacer lo que nos gustaba. Guillermo, el hermano de Val, las acompañó para darles apoyo pues él siempre ha sido su cómplice, especialmente en temas como este. Era la primera vez que salían a distraerse a un lugar, tras la muerte de su madre. Luego de un año de duelo, finalmente Valentina tomó fuerzas para seguir adelante.
— ¡Cuánta gente vino! No me lo esperaba, ahora tengo más nervios. — dijo Val al ver la cantidad de personas que había. Todos tenían un gran talento y en ese momento había un grupo de rock cantando en el escenario.
— Tranquila Vale, lo vamos a hacer bien porque somos las mejores.
— ¡Cuánta humildad! ¡Déjale un poco de autoestima al resto!   — exclamó Guille. — Fuera de broma, les va a ir muy bien porque son talentosas y muy buenas en lo que hacen.
— Gracias, eso espero. — dijo Val, pero luego comenzó a sentirse mal. Sentía ganas de vomitar. — Ay, estoy muy nerviosa y me duele la panza. Creo que voy a desmayarme. No me puede pasar esto ahora.
— ¡No te vayas a desmayar ahora! Lo único que falta! Tienes que relajarte, debes ir al baño a echarte agua y hacer ejercicios de respiración. — le indicó Tessa a su prima, de modo que esta le hizo caso y fue al baño para calmarse.
El sanitario estaba lleno de gente, muchas personas ensayando y arreglándose con sus distintos looks y estilos musicales. Pero hubo alguien que le llamó particularmente la atención. Una chica con cabello castaño oscuro, vestida de negro y con un sombrero del mismo color cantaba frente al espejo con una voz espectacular. Valentina fue al lavabo a pintarse los labios y cruzaron miradas. Era realmente hermosa y su mirada profunda la intimidó.
—  Perdón ¿Te pisé? — le preguntó Val a la chica.
— No, está bien. — respondió y siguió ensayando frente al espejo. Valentina quiso seguir hablando con ella, así que le dijo:
— ¡Qué lindo cantas! Me gusta lo que haces.
—Gracias. ¿Vas a pasar o te vas a quedar ahí mirándome? — dijo la desconocida con una aspereza que a Val no le gustó nada.
— Tengo que pasar.
Luego del extraño encuentro entre las dos mujeres, Valentina corrió para ir junto a Tessa. Ya les estaba llegando el turno. Ambas subieron al escenario a interpretar “Mamma mía” de ABBA. Era uno de sus grupos  musicales favoritos y disfrutaron mucho cantándolo. Al final recibieron muchos aplausos en especial el de Guillermo.
Después le tocó el turno a la chica que se había encontrado con Valentina en el baño. Su nombre es Juliana Valdés. Con su banda de rock “Rock Bones” cantaron “Rebel Yell” de Billy Idol. También recibieron la ovación del público, que les parecía increíble la voz tan potente de ella. A Valentina le impresionó su estilo y la forma de estar frente a un escenario, tenía algo que no lo podía explicar. “Qué hermosa que es — pensaba — y ¡qué vozarrón!”
Al bajar de escenario, Tessa se encontró con el grupo de rock en el camarín y no pudo evitar elogiarlos, en especial a la chica llamada Juliana.
— Chicos los quiero felicitar por como estuvieron, ¡son geniales!
— ¡Muchas gracias! Pero tú no te quedas atrás, tu voz es impresionante. — dijo Juliana.
— ¡Gracias! ¿Vienen seguido a este lugar?
— Sí, todos los fines de semana cantamos aquí. Tenemos cierta fama local, hacemos conciertos en bares y demás. Puedes venir a vernos si quieres. — le propuso a Tessa y luego se dio cuenta que detrás de ella se asomaba tímidamente la chica del baño. — Eh tú ¿Por qué te escondes?
— Lo siento, acabo de llegar. A ti ya le conocí antes de subir al escenario.
— Lo sé, eres la chica extraña que no dejaba de mirarme.
Valentina se sonrojó con el comentario. No esperaba que la chica se fijara en eso.
— Yo soy Tessa y ella es mi prima Valentina. Nuestro sueño, es cantar frente a un público ¿Ustedes cómo se llaman?
— Me llamo Juliana y ellos son Andy, John, Daisy y Luke. — dijo la morena presentando a los integrantes de su banda. Se saludaron con buena onda y pasaron los números.
En ese momento Vale se apoyó en un mostrador y no se dio cuenta que tenía la guitarra de Juliana al lado suyo. Al mover el brazo, accidentalmente tiró el instrumento al suelo y provocó un gran estruendo.
— Mi guitarra! —  gritó Juliana al enterarse de lo que estaba pasando. — ¡Está rota! No anda más. — dijo al levantarla y verla hecha trizas.
— Lo siento, lo siento. Puedo arreglarla. — intentó solucionar el problema Valentina.
— ¡No hay arreglo! se rompieron todas las cuerdas y ya no tiene solución. ¡Todo fue tu culpa! ¿Por qué no miraste en dónde te sentabas?
— No me di cuenta. — dijo Valentina sintiéndose muy culpable. — te puedo comprar otra si quieres. Tengo que compensarte esto.
— No necesito que una niña rica me compre cosas y piense que el dinero es la solución a todo. Esa guitarra era de mi madre y tiene mucho valor sentimental pero ahora se destrozó. No se puede reemplazar con nada. — dijo Juliana muy enojada.
— ¡Eh, no le eches toda la culpa a Vale! — me defendió Tessa. — La guitarra estaba mal ubicada y a cualquiera se le hubiera caído. No te desquites con ella, entendemos el valor sentimental que tiene y por eso queremos compensarte.
— ¿Qué pasó? ¿La niña rica tiene una abogada defensora? Lo que quiero es que desaparezcan y no verlas más. — dijo la morena muy enojada. Se veía la ira en sus ojos.
— Está bien, nos vamos pero no esperes que te ayudemos.
Entonces Tessa y Valentina se fueron rápidamente, antes de recibir más insultos de parte de Juliana. Había un fuerte clima de tensión en ese lugar y nadie estaba feliz. Val se sentía muy mal por haberle roto la guitarra a esa chica, además ella era muy sensible y no le gustaba que la trataran mal. Y Juliana estaba devastada porque se había roto lo único que heredó de su mamá. Ese instrumento tenía gran valor sentimental y se había arruinado por culpa de esa imbécil.

Aclaración: esto es una ADAPTACIÓN de la historia de juliantina, proveniente se la novela "amar a muerte". Los hechos y personajes pueden coincidir o no con la historia original, pero no va a ocurrir exactamente lo mismo.

Caminos cruzados - JULIANTINA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora