Sweet Eight

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Ser enfermero, en la extensión de la palabra era complicado. Aunque muchos no lo sabían, algunas veces ellos cumplian la función de los doctores, había veces en que ellos se esmeraban en mantener el margen con los pacientes.

Ahora Zhan lo sabe todo cuando él estudiante de medicina que le ha tocado como compañero es un poco nervioso al ser nuevo.

- O-oh re-realmente n-no s-se qu-que hacer - Mordio sus uñas y vio a la paciente frente a él que respiraba lentamente.

- Tienes que suplir suero - Zhan fue por un botecito de suero y lo conecto a una mangera que llevaba hacia el brazo de la paciente - Esto llegara a sus venas.

- Wow - El pelinegro vio emocionado y le sonrio felizmente - ¡Muchas gracias! - Tomo notas.

- Se que podrás ser muy buen doctor, Ji Yang - Toco su hombro - Pero tienes que mejorar - El omega volvio a mirarle y le dedico una sonrisa de dientitos cosa que le parecio muy tierna al otro.

Los dos se habían quedado un rato dentro de la habitación de la paciente, hasta que llegó el doctor.

- H-hola Zhan, perdón por llegar tarde - Saludo a Zhan con un abrazo y beso en la mejilla. No se había dado cuenta de la otra presencia hasta que un olor a piña y fresa llego a sus fosas nasales. Le miro y se quedo fascinado.

Era un omega pelinegro de baja estatura, y era muy pero muy tierno. Se podía apreciar que al parecer tenia una edad de 22 años. Le vio de pies a cabeza, apreciando cada aspecto del novato. Era muy atractivo, pero muy, muy tierno en su totalidad.

- H-hola d-doctor, mi n-nombre e-es Huang Song Ji Yang - Se inclino mirando al alfa frente a él bastante apuesto con las mejillas rojas.

- Hola, Mi nombre es Wang Hao Xuan ¿Nuevo estudiante de medicina? - Pregunto y este asintió.

- Sí...estoy en la facultad de medicina de Beijing - Le sonrio tiernamente - Es un gusto, señor Wang.

El nombrado solo le correspondio - Bueno Ji Yang, yo desde ahora sere tú maestro, hay mucho que aprender, ¿Por qué no nos vamos a dar un paseo por el hospital? Tengo que enseñarte cada instalación si es que quieres trabajar aquí.

- Claro, Gege.

- Zhan, me lo llevare, nos vemos en el almuerzo - El joven enfermero sólo asintió y salió dejandoles sólos a los dos. Había algo extraño en aquellos, ya que noto un brillo en sus ojos especial. Más sin embargo no quizo comentar nada.

- Saquen sus libros de matemáticas, por favor - El maestro hablo entrando a la aula viendo la cara de decepción de todos.

- Profesor, pense que no hariamos nada - Dijo un niño en lo más recóndito del salón.

- Pues, pensaste mal Li Hao, ahora saquen sus libros, página 130 - Dejo su maletín a un costado del escritorio y se sento en la silla detrás de este para buscar en él libro la página y comenzar su clase.

- Ese profesor no nos da ni tiempo de respirar - Hablo una niña susurrando, de la primera fila a su compañero de alado.

- Lo siento por no darles tiempo de respirar, pero, como veran, ya estamos por terminar el ciclo escolar y yo necesito entregar calificación, a menos que quien se quiera salir de la clase, ahi esta la puerta, pueden retirarse - Todos se miraron sorprendidos entre si y unos estaban dispuestos a irse, pero en fin, todos callaron y sólo prestaron atención - Veremos sumas y restas.

La clase prosiguió para los niños de tercer año los cuales algunos jugaban con sus lapices y gomas y otros simplemente veían por la ventana. Tang San se encargaba de ver todas las facciones del señor Wang y que era lo que su padre omega le veía.

De libros y maestrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora