22 - El Cielo Sobre Mis Piernas

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Sofia

"Debes de estar bromeando." Digo mientras pongo mis manos sobre mi cintura. "Imposible."

"Estoy hablando en serio." Dice Eros mientras toma un sorbo de su vaso con agua. "Iras conmigo a Milan, atenderemos al show de moda cual Fumoryx patrocinará."

Alzo ambas cejas y afinco mi mano sobre el comedor para no perder el balance sobre mis piernas. "A Milan? Acaso estas loco!"

El oji-verde ríe levemente. "Pero que tiene de malo?"

"Que pensaran los otros empleados? Mis amigos!"

Eros suspira. "Ya todos saben que somos pareja." Dice antes de levantarse del sofa y acercarse a mi. "Así no juzgarán que quiero llevar a mi novia a mi viaje de trabajo."

Ruedo los ojos. "Dirán que me acosté contigo solo por eso." Alzo unas de mis cejas, Eros bufa y posa ambas de sus manos sobre mis hombros.

"No dirán eso Sof, cálmate."

Respiro hondo y paso mis dedos por mi cabello. "Esta bien." Lo miro a los ojos. "Ira tu ex?"

El oji-verde suspira y sopla sus mejillas. "Es básicamente dueña de Fumoryx, así que, también estará ahi."

Suelto un gruñido estresante y sacudo mis manos en frente de mi rostro. "No, me quedaré aquí en mi casa. Ve tu a Milan, disfruta del show y me avisas cuando vuelvas. No te olvides de tomar muchas fotos." Digo, Eros suelta una risa y agarra mis muñecas.

"Claro que irás, es prohibido a que te quedes acá sola en casa."

Enarco unas de mis cejas. "Ah si?"

El asiente y baja sus manos hacia mi cintura. "Así es."

(...)

Jalo con fuerza de la maleta y camino hacia las sillas para esperar a que llamen los del vuelo. Eros camina hacia mi con dos vasos de cafe y me da uno.

"Gracias." Digo y tomo un sorbo de este.

"Nada aun?"

Niego con mi cabeza. "Crees que se haiga retrasado?"

Eros se encoge de hombros. "No estoy seguro, pero eso suele pasar algunas veces." Explica, suspiro y arrasco mi cabeza. "Pero no me importa eso, con tal que estoy acá contigo."

Sonrió y beso sus labios. "Te amo."

"Perdona, permiso, por favor!" La describible vos de Katerina resuena por todo el aeropuerto. Venia con algunas maletas rosadas y un perro dentro de un bolso.

Bufo y ruedo los ojos. "Me hubiera mejor quedado en casa." Digo, Eros ríe y toma mi mano.

"Eros! Amor!" Grito con un chillido. Frunzo el ceño y veo como camina rápidamente en sus tacones hacia nosotros. "Agh, pensé que había perdido el vuelo."

Ojalá lo hubieras perdido.

"Katerina, tu y yo no somos pareja. Así que no me llames amor." Dice Eros mientras posaba su mano sobre mi muslo y apretaba levemente este.

La rubia rueda los ojos y se sienta al lado de el. "Pero aún seguimos casados."

Mi sangre empieza a hervir de la rabia. "Eso no se significa na—"

"Buenas." El diablo en pintura se aparece por igual, Tobias. "Como están?"

Eros aprieta su mandíbula por igual que su agarre en mi muslo. Ruedo los ojos y bufo. "Estábamos bien, antes que llegaras." Escupe Eros con molestia, su primo sacude su cabeza con una sonrisa.

El Cielo Ante Mis PiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora