*❝ ִ ⁺ ✯ ¡CAPÍTULO 2!ׂ۪ 𐋃 𝆯*

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Luego de bañarse, se colocó otra ropa y bajó hasta donde el resto se encontraba. La comida ya estaba servida, así que fue directo a la mesa, sentándose a un lado de Regina y frente a Henry.

-¿Quieres contarnos un poco de tu vida? -dijo Regina con una sonrisa.

-No hay mucho que decir, mamá -dijo también sonriendo- cuando me fuí de aquí, alquilé un departamento donde me quedé cuando estaba estudiando, en menos de 5 años ya me había recibido, luego empecé a ejercer mi profesión y ahora decidí regresar, pero la verdad es que nada interesante -suspiró mientras se servía un poco de jugo.

-¿No tuviste ninguna pareja? -preguntó la pelinegra y ella negó.

-No, ninguno era digno -dijo con superioridad- aparte no tenía tiempo para chicos, prefería concentrarme en el estudio, ya que es lo que me asegura un futuro -dió un bocado a la comida- ¿Ustedes cómo les fue? ¿Qué tal va el trabajo? ¿Cómo te va en la escuela? -preguntó lo último en dirección a Henry.

-Bien, pronto pasaré a la secundaria -dijo entusiasmado el niño- aunque faltan años para eso.

-Mi trabajo todo bien, algún que otro inconveniente pero nada fuera de lo normal -habló Regina- me alegro de tenerte aquí.

-Y yo de estar con ustedes -les sonrió- estoy muy orgullosa de ambos, siguele echando ganas a la escuela, Henry -bebió un poco más de jugo.

Todos estaban hablando animados entre ellos, contando algunos sucesos o anécdotas, cuando de repente una bulla se escuchó fuera de la mansión, eran gritos de muchas personas.

—¿Escuchan ese griterío? —preguntó la rubia y ellos asintieron— ¿Desde cuando la gente viene a una casa ajena y grita así? —le dijo a su madre.

—Quizás necesitan algo, vayamos a ver —respondió la mayor.

Ambas mujeres se acercaron a la entrada, Regina no tardó mucho en abrir la puerta, Henry tampoco tardó en acercarse.

-¿Qué se le ofrece? -dijo Regina con una mueca.

-Esa mueca no durará mucho, Regina, nos arruinaste la vida y pagarás por eso -dijo firmemente.

-¿Qué, me van a linchar? -dijo riendo.

-Tal vez, ahora sufrirás lo que nosotros sufrimos -dijo un hombre mayor.

-Yo he sufrido con sus estupideces y al escucharlos a todos -dijo Regina, haciendo que retroceda el hombre- ¿Querían a la reina? Aquí la tienen -intentó lanzar magia, pero no pudo- ¿Qué sucede?

De repente el hombre empujó a Regina sobre una columna.

-Ahora te haremos pagar por todo -dijo el hombre apretandola fuertemente contra la pared.

Gwen hizo magia aparecer en sus manos, la había aprendido a controlar de niña.

-Capaz ella no tenga magia, pero yo sí -se acercó de a poco al hombre- suelta a mi madre o atente a las consecuencias -lo miró fijamente, mientras su magia seguía presente.

Antes de que el hombre pudiera hacer algo, Emma apareció para apartarlo de Regina.

-Déjala -le dijo al hombre.

-¿Por qué deberíamos hacerte caso? -refutó él.

-Porque soy la alguacil -Dijo Emma.

-Y porque ella los salvó -dijo David.

-Lo que haya hecho Regina, no justifica esto -dijo Blancanieves.

-Aquí no somos asesinos -dijo la rubia.

-Nosotros venimos de otro mundo -dijo el hombre.

No tardó mucho en que se iniciará una discusión, entre David y el hombre, la cabeza de Gwen estaba estallando al escuchar tantas voces a la vez, sin más, soltó un grito a la vez que a su magia.

-¡Cállense! -dijo fuertemente, haciendo que un resplandor de luz salga de ella y afecte a todos- si quieren discutir, vayan a otro lado, no quiero soportarlos -suspiró llevándose una mano a su sien, acariciando esta.

-¿Estás bien? -se acercó Margaret a ella.

-Sí, lo estoy, solo necesito paz y tranquilidad -dijo de manera fría.

-Ve a descansar hija, pronto se solucionará todo -habló Regina y ella asintió.

-Bien, pero primero quiero saber que ocurrirá contigo -la chica se cruzó de brazos, viendo como Henry iba con la otra pelinegra y David.

-Estará en prisión -dijo David.

-Me rehúso a dejar que se la lleven -Gwen se colocó delante de Regina— la están acusando de muchas cosas y puede que las haya hecho, pero eso no les da el derecho a tratarla como una delincuente, porque ella no ha asesinado a nadie —se cruzó de brazos la chica.

-Tranquila cariño, es solo por un momento, cuando menos lo esperes, estaré devuelta -la rubia dudaba, ya que veía la perseverancia de la gente, pero el dolor de cabeza la estaba matando, así que decidió aceptar.

-Bien, pero iré a verte -la pelinegra asintió y ella entró a la casa, suponía que Henry quería quedarse con ellos y ella necesitaba un descanso.

Se dirigió rápidamente a su habitación, donde se recostó, hace muchos años que no usaba su magia y capaz por eso, era que aquel dolor la estaba matando.

🖤

Mientras Regina estaba encarcelada, intentó usar su magia para abrir la cerradura pero fue imposible, no tenía.

De repente Gold apareció en el lugar, llevándose la mirada de la mujer.

-La magia es diferente aquí, querida -dijo él.

-Ya lo sé, supongo que todo es idea tuya -el hombre asintió- ¿Por qué Gwen si pudo usar su magia? Si nadie puede hacerlo.

-Porque por alguna razón es más fuerte y poderosa que cualquiera de nosotros y no tiene que ver con su lugar de origen o familia, es algo de ella, es especial -dijo él- ella puede usar magia cuando nadie más pueda, puede usarla a pesar de estar en un lugar sin magia, es raro de explicar -la pelinegra entendía a que se refería.

-Ahora dime que quieres, no viniste a verme por interesarte mi bienestar -dijo de manera directa.

-Voy a vengarme por todo lo que le hiciste a Bella, empezando desde ahora -colocó un amuleto en la mano de ella- vas a sufrir muchísimo durante mucho tiempo, espero que entiendas lo que sintió Bella.

Se fué del lugar, dejando a Regina preocupada y desconcertada, esperaba que aquel sufrimiento fuera solo para ella, que no incluyera también a sus dos hijos, no soportaría que ellos corran peligro o sean heridos.

ENCHANTED [ONCE UPON A TIME] ~Killian Jones~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora