Noir. [RAN HAITANI x OC]

.𝕊𝕙𝕒𝕜𝕦𝕛𝕚𝕚.

☘ 𝑫𝒖𝒅𝒂𝒓𝒂́𝒔 𝒅𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒕𝒖𝒔 𝒂𝒎𝒂𝒅𝒐𝒔,
𝒆𝒙𝒄𝒆𝒑𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒊́. ☘

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Nunca me había gustado el pensar firmemente en lo que hacíamos, si estaba correctamente o no de forma social. Me parecía una ridiculez basar mis criterios en el de los demás, los fuertes mandaban y los débiles servían a estos primeros, ley natural de supervivencia.—Bueno, al final siempre terminamos embarrados en esto, ¿No, Ran?.-preguntó melosamente Sanzu.

Estábamos estacionados frente al cementerio publico en Shinjuku, esperando a esa mujer. La ficha de ella estaba en mi pantalla, Shiori Amami, 24 años y demi loup. Estaba comprometida con Aoki Urusu, del clan menor Urusu en Chiba.—Ellos lo desterraron cuándo tenía 16, por negarse a casarse con alguien del clan Azumane, ¿No?.-pregunté pasando de imagen. Los ojos dorados tan característicos de los Loup siempre eran un deleite, eran como oro puro recién fundido.—Se deslindaron de Aoki, después de todo, su hermano mayor ya estaba por casarse con alguien de mayor monta, no les importó saber que lo mataron deliberadamente.-dijo Mochi.

—Que fastidio ser de clanes antiguos, ¿No, Haitani?.-continuó y le sonreí.—Cállate, perro.-dije y el soltó un ligero gruñido y pateó mi asiento. El hombre apareció nervioso, bajando del brillante Tsubaru delante de nosotros, el auto de Hanma.—Hora del show.-musitó Sanzu y minutos después, la mujer apareció.

Su gran vientre abultado, le dificultaba caminar, ella era una simple humana que fue transformada por Aoki Urusu, empleada a medio tiempo de una tienda de conveniencia, ¿Por qué entonces dejaría el todo por esa mujer? Y más importante, ¿El tendría la sospecha de que su mujer daría a luz a la primera hembra de su raza? No encontraba otro motivo por el que hubieran ido a Diamond Nights de lo contrario. El plan era sumamente sencillo, el hombre llevaría a su hija a una cafetería más adelante, dónde Mochi la tomaría, Sanzu mataría al hombre y todo se terminaría rápidamente.

—¿Cómo logró Hanma conseguir tanta información?.-pregunté, Sanzu levantó los hombros tranquilamente.—Ese es su trabajo, ser la rata a prueba de todo.-dijo y no pude evitar reír, Hanma se mezclaba con gente tan peligrosa que parecía un jardín de niños para él, desde que Kisaki murió el se volvió más temerario, después de todo...fue importante para él, fue su pareja.

—Aún así jamás terminará de agradarme.-dije al notar que el hombre fuera, logró convencer a su hija de moverse con él en la dirección correcta. En cuestión de minutos, una mujer dormida y Sanzu limpiando la katana de siempre a mi lado estaban en silencio.—La mujer huele raro.-susurró Mochi y sus ojos se volvieron brillosos.—Porque es una mujer en cinta, no le pongas tus garras encima, Mochizuki.-susurró Sanzu asqueado.

Solté una leve risa y me incorporé a la carretera, entonces Rin llamó.—¿Qué?.-contesté.—Tenemos problemas, alguien mató a Mao Urusu...-dijo algo agitado al teléfono, se escuchaba de fondo a Kokonoi maldiciendo.—¿Y a nosotros que nos importa eso?.-pregunté y el chasqueó la lengua.—El padre de la mujer les había vendido a su hija, por medio de un tercero...Si no volvía el día de hoy, sería nuestra culpa.-dijo y el silencio se volvió casi frío.