¡No Es Un Juego!

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Se volvió loca por un par de horas más, cuando supo que el dolor de cabeza sería mayor, tomó sus cosas y salió de la oficina, descendió las escaleras revisando su reloj una y otra vez, iría a la farmacia más cercana en cuanto estuviera dentro de l...

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Se volvió loca por un par de horas más, cuando supo que el dolor de cabeza sería mayor, tomó sus cosas y salió de la oficina, descendió las escaleras revisando su reloj una y otra vez, iría a la farmacia más cercana en cuanto estuviera dentro de la camioneta. Por fortuna hoy había sido tan terca que consiguió convencer a Matamoros para dejarla manejar, una creería que después de días intensos en otro país, resolviendo mil problemas, ella optaría por viajar confortablemente en la parte de atrás de la camioneta pero no, ahí iba la mujer más terca decidiendo manejar con un dolor de cabeza que hasta se podría decir, le estaba quebrando el cerebro.

Como supuestamente estaba "peleada" con Mónica por mencionar la palabra prohibida más de una vez, no se despidió de ella fue directo al estacionamiento, que continuaba siendo al aire libre, pudo dejarle la oficina a su primogénita pero jamás ese estacionamiento. Los guardias al verla le saludaron a lo que ella respondió de igual manera, subió a su camioneta y en pocos minutos estaba en una farmacia, para ser más específica en el pasillo dedicado a las pruebas de embarazo, si, había todo un pasillo de ello, luego de llevarse cuatro y pagarlas fue en dirección a su casa.

La verdad esperaba que José Luís aún no se encontrará allí pero si se trataba de molestarla, en especial porque estaba celoso, lo más probable es que ya estuviera ahí, en medio de la sala con un poco de whisky. Y si, ni bien atravesó la puerta pudo sentir su mirada sobre ella, en tiempo récord se quitó los tacones para luego salir corriendo escaleras arriba, ahora mismo no tenía cabeza para una discusión estúpida como esa, necesitaba beber toda una botella de agua y esperar a que las ganas de hacer pipí llegarán, por eso se encerró en el baño con una botella y sus cuatro pruebas.






– Abre, dijiste que hablaríamos cuando estuvieras en casa

– Técnicamente no estoy aquí... El baño no cuenta como casa — abre la botella

– El baño, literalmente está dentro de la casa, claro que cuenta

– Pues no estoy de acuerdo — sube al sink del lavamanos — El baño es un sitio donde se supone puedes tener privacidad, así que largo

– No me voy a ir hasta que hablemos... ¡Te reuniste con tu ex amante por favor!

– ¿Y?

– ¿Cómo que "y"? ¡Altagracia! El tipo ya debe estar pensando en como endulzarte al oído para llevarte a su cama

– Pues no me interesa — hace una pausa para beber

– ¡Pero a mí si! No voy a estar aquí como ama de casa, esperando que vuelvas de coger con ese imbécil

– ¿Y quién te dijo a ti que quiero coger con él?

– Aún no lo quieres pero ya se te va a meter por los ojos ¡Y no lo voy a permitir!

– Luís, estoy en el baño, por favor vete. No voy a discutir

– Entonces esperare a que salgas

– En tu lugar me iría a dar una vuelta, tal vez comprar la cena y luego volver

Libertad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora