¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Después de estar en observación por al menos tres horas por fin el médico le da el alta, no sin una receta con varios medicamentos para lidiar sus próximos días con dolor, gracias a su lindo prometido no tuvo que volver a ponerse los tacones, pues él se trajo sus cómodas pantuflas. Sabía que ella estaría pasando por bastante dolor y moverse sería complicado, para salir del hospital tuvo que ponerse el cabestrillo, fue lo más doloroso que había echo hasta ahora pero una vez se acostumbró, agradeció haber llorado por ponérselo, era mucho más cómodo moverse cuando tenías algo que cargaba con el peso de tu brazo adolorido.
– Despacio linda, no hay prisa
– Quiero llegar a casa, no me gusta estar en los hospitales — hace una mueca
– Por favor acepta la silla de ruedas, obviamente te duele caminar, por favor
– Pero no vayas despacio, en serio quiero irme
– Lo sé amor — sonríe acercandole la silla — ¿Dejas que te ayude a sentarte?
– Yo puedo
– Estoy seguro que si pero seria más rápido y fácil si yo cargo con tu peso
– No toques mi brazo o te lastimare, mucho
– Conozco bien a mi prometida
Exhalo con pesadez pero dejo que José Luís la ayudara, sentarse dolió y mucho pero al menos no toco su brazo tal como se lo había pedido, estaba de mal humor desde que el médico le leyó sus resultados, para hacerle la tomografía y recetarle los medicamentos necesito agregar a los examenes una prueba de embarazo que salió negativa. De ahí su mal humor, en pocos minutos la llevó a la camioneta donde esperaba Matamoros.
– El causante de todo esto, está muerto — se levanta con ayuda de José Luís — Y que bueno porque sino hubiera ido yo a desconectarlo
– Me alegra verte completa y enojada, eso significa que estás bien — ríe aliviado
– Vamos a casa por favor, necesito cambiarme de ropa, ver a mis bebés y acostarme
– Mónica está en casa con ellos
– ¿Qué hace ahí?
– Magda le dijo lo que pasó
– Les pedí que no le dijeran hasta que yo saliera del hospital, ella está embarazada no la podemos estresar con estupideces médicas
– Se lo dijimos porque si se enteraba por otro lado iba a ser mil veces peor
– Lo vamos a descubrir cuando lleguemos a casa
Entre los dos la colocaron con todo el cuidado posible dentro de la camioneta, fueron a casa sin prisa, Altagracia estaba algo nerviosa por subir nuevamente a la camioneta. Cuando llegaron José Luís se encargo de sostenerla pues se negó a que la cargará, tenía sentido eso podría causarle más dolor.