Al recuperar la conciencia traté de observar el oscuro y desagradable lugar en el que me encontraba.Las paredes estaban cubiertas por la humedad, el suelo se encontraba agrietado y había un pequeño pasillo que conducía a otra habitación.
Las condiciones eran deplorables y la suciedad se reflejaba en cualquier lugar que viera.
Lo único relativamente fuera de lugar era un teléfono negro que descansaba en la pared continua.
Tenia miedo.
No sabía donde estaba y mucho menos que pasaría con nosotros. Mi temor aumentaba a gran escala y todavía no era capaz de entender como había sucedido ésto en tan solo minutos.
Tratar de ser buenas personas, nos había costado la libertad y tal vez... solo tal vez...
La vida.
Miles de pensamientos y probalidades de lo que llegaría a ocurrir, ocupaban mi mente. En la mayoría de las circunstancias, mi muerte era un final asegurado.
No quería morir.
No negaba que esa idea había inundado mi mente en varias ocasiones, pero ahora que las probabilidades de que fuera asesinada eran altas, no deseaba que sucediera.
Traté de ignorar esos pensamientos, así que dirigí mi mirada al chico que se encontraba inconsciente a mi lado e intenté despertarlo por quinta vez.
- ¡Robin, despierta!.- lo movi tratando de recibir alguna respuesta.- ¡Vamos, Bin!- su cabeza descansaba en mi regazo, mientras acariciaba su cabello tratando de despertarlo.
- Por favor, despierta.- susurré cada vez más preocupada.- No me dejes sola, Bin... Tengo miedo.- mis ojos se habian humedecido y me aferraba fuertemente a él
No quería que ese sociopata entrará y que mucho menos se nos acercará. Queria ser fuerte pero mi miedo era aún mayor y lo único que me daba valentía en ese momento, era evitar que lastimara a mi amigo.
Robin siempre me habia protegido y ahora era mi turno de devolverle el favor.
Los minutos pasaban y finalmente comenzaba a reaccionar.
-¿Amy?- fue lo primero que dijo. - ¿Donde estamos?- alterado se sentó bruscamente en la cama y observó con detenimiento el lugar.
- No lo se, Bin.- puede decir simplemente.- Él nos engaño.- recalqué lo obvio.
El chico pareció no escuchar lo que dije o simplemente lo ignoró, ya que comenzó a acercarse a la gran puerta de metal.
- ¡Abre la puerta, maldito imbecil!- golpeaba con fuerza y rabia la puerta.
- ¡O juro que te mataré! - de sus manos habia comenzado a salir sangre.- ¡ Robin, detente!.‐ traté de pararlo.
- ¡Déjanos salir!¡Abrela, hijo de puta!- su voz había comenzaba a fallar y sus golpes eran cada vez más débiles.- ¡Por favor, abre!... por favor... - susurró y se deslizo lentamente hasta llegar al suelo.
Se abrazo así mismo y escondió su rostro entre sus piernas. El llanto era desgarrador, su dolor inundaba el lugar y su pena lastimaba mi corazón.
Me dolía verlo así.
Jamás había pensaba que nos encontraríamos en estas circunstancias y verlo en ese estado empeoraba todo.
- Tranquilo, Bin.- me agaché a su lado y lo envolví en mis brazos.- Saldremos de aquí... Te juro que lo haremos.- él se aferro a mi con fuerza y dejé que descargará todo su dolor.
Evité derramar lágrimas, tenía que ser fuerte por él... tenía que resistir. En ese momento yo era su único apoyó y si para eso tenia que dejar de lado mis emociones, lo haría sin pensarlo dos veces.
La noche se hizo presente y se podía confirmar por la falta de luz que entraba por la ventana. A esta hora, seguro que nuestra ausencia se habia hecho notar.
- Ven, Amy- me llamó, Robin. Que luego de lo sucedido, se habia encargado de buscar formas de escapar.
- Tal vez, si te cargo puedas llegar a la ventana.-Lo intentamos varias veces y cada una terminaba en un fuerte golpe. Además, mi cuerpo dolia pero aún así me negaba a parar.
- Una vez más, Robin.- intenté que me cargará nuevamente mientras enfocaba mi vista en la ventana.
- Ya basta, es obvio que no podremos salir por ahí. - se negó el chico.- Además, te estas lastimando.
- Pero si lo intentamos de nuevo, tal vez consigamos...- insistí.
- No lo haremos, Ameia.- me tomó de los hombros para que lo mirara.- Buscaremos otra forma ¿Entendido?- solo respondi con un leve asentimiento.
Ninguno de los dos pudo volver a hablar, ya que un ruido proveniente de la puerta se hizo presente.
Era él.
Rápidamente Arellano me puso detrás suyo y se notaba que estaba dispuesto a golpear al raptor si intentaba algo.
- Veo que despertaron.- una máscara cubría gran parte de su rostro. - No tienen porque temer. No les haré nada...por lo menos, no por el momento.- soltó una risa desagradable.
- ¡Intenta acercarte y te mataré! - dijo Robin con furia. - No permitiré que te acerques a Ameia.
- ¿Ameia? Es un lindo nombre para un niña tan hermosa.- el alago me habia puesto los pelos de punta y la forma tan desagrable en la que me miro, produjo que mi estómago se revolviera.
Tenía miedo y no podía negarlo, la manera en que nos miraba y cada cosa que decía provocaban un terror en mi cuerpo.
- ¡Quita su nombre de tu asquerosa boca!- el chico quería golpearlo y lo único que lo impedía era mi agarré.
- Creo que tendrás que controlar lo que dices. - dio dos pasos en nuestra dirección.- No querrás saber lo que les pasa a los niños traviesos como tú.- su tono era amenazante y dejaba bien en claro que si Robin no se callaba seria su fin.
- ¿Qué quieres de nosotros?- me animé a hablar por primera vez.
- Pronto lo sabrán, pequeña.- nos dio una significativa mirada a cada uno y finalmente dio media vuelta para marcharse.
Ninguno de los dos pudo reaccionar rápidamente ante lo sucedido y nos habíamos quedado viendo la puerta por largos minutos.
-Todo estará bien, Amy. - Robin tomó mi mano al reaccionar y ver que todavía seguía paralizada.
- Espero que así sea, Bin.- ni siquiera lo miré al decir aquello.
Estaba empezando a dudar que podríamos salir de aquí.
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Run, Survive [The Black Phone]
FanfictionCORRE. HUYE. SOBREVIVE. NO MIRES ATRÁS. EL TIEMPO SE AGOTA. CADA MINUTO VALE. ÉL TE ATRAPARÁ TU FINAL SE APROXIMA...