"Destinity wanted it this way
and you don't know how much I hate destiny"
Donde toda la historia gira en torno a Samuel, quien dependiendo de sus decisiones será el karma de un futuro...
Rendirse nunca fue una opción, ni enamorarse tampoco.
Pero tod...
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-Hola precioso, ¿Qué tal vas con tu vida de putita?
La voz de uno de mis fieles compañeros llega a mis oídos. Le miro de arriba abajo, inspeccionando si deber era yo la que parecía ramera, pero veo que no.
-Luzu, compañero, hace mucho que no te veo por aquí.
Sonreí, la verdad no era como si me cayera bien pero eso no quería decir el que fuera malo conmigo, solamente no me gusta hacer amistades en el trabajo cuando no sé sabe si esa persona volverá.
-¿Dónde estabas?- pregunté al fin sin dejar de lado aquel tono divertido y juguetón, es cierto que tenía curiosidad pero tampoco es como si de verdad quisiera saberlo.
-Ya sabes Vege, podría decir que...cumpliendo órdenes.- suelta unas risas por lo bajo.
Negué divertido con la cabeza, y es que entendía a que órdenes se refería.
-A ver, entonces dime quién te otorgó tal trabajo, porque siendo honesto, hace un par de meses no te veía.
Me cruzo de brazos para verle sobre el hombro, es cierto que conocí a Luzu un tiempo después de que empezara mi trabajo como prostituto pero eso no quitaba el hecho de que aún desconfiara de él.
Algo en mi cabeza me decía que todo lo que salía de su sucia boca eran patrañas, mentiras, estafas tal y como lo era él.
Él lleva su mano hacia su mentón para tomarlo con su dedo índice y pulgar, haciendo así, la expresión como si estuviera pensando.
-Vamos a ver si lo recuerdo...era un hombre no muy adinerado, ni mucho menos conocido como tú queridísimo Rubén -suelto un gruñido por lo bajo, a lo que el responde con una sonrisa -pero tenía a su gente para hacer los trabajos sucios, ya sabes a qué me refiero-me lanza una mirada -creo que se llamaba Reborn, o algo así.
"¿Reborn?"-me pregunté, pues sabía perfectamente de quién hablaba, ese alfa había pagado un par de meses para que le acompañara unos días a la semana, era uno de mis compradores estrella básicamente.
-Por tu expresión puedo concluir que sabes de quién estoy hablando...¿verdad?
Asentí.
-Bueno, entonces ya dejemos de hablar sobre mí, ahora...- da unos pasos hacia delante, notando esta vez el suave vaivén de sus caderas, al quedar a unos cuantos centímetros cerca se detiene para mirarme fijamente a los ojos, y estos estaban en llamas- cuéntame tú cuántos alfas desesperados por sexo han requerido de tu atención.
Reí ante eso último, de cierto modo solo había escuchado a alguien hablar de esa manera tan familiar.
Dejo mi mano sobre mi cadera para verle con desafío, esta charla ya me estaba agradando.
