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-Kagami-

Mi mente estuvo siendo un revoltijo los últimos días. Marinette a veces solía tratarme como una simple amiga y otras como si pudiera albergar sentimientos románticos por mí. Sonaba estúpido pero así lo sentía yo.

Esto de enamorarse es complicado, pero no es como que se pueda evitar o eliminar el sentimiento de un día para otro.

¿Cómo se eliminan los celos que estoy sintiendo? En este momento me encuentro observando una escena cruel para mí, ellos felices platicando mientras comparten un helado. ¿Donde quedo yo? Se suponía que era una salida entre los tres, pero veo que yo salgo sobrando.

Tengo infinitas ganas de gritarle en la cara a Adrien que lo odio por el simple hecho de ser el interés amoroso de Marinette. Es estúpido, todo lo es. Ya no quiero quererla como lo hago.

—Oigan, creó que ya es momento de que me valla. —Comenté y ellos al fin salieron de su burbuja.

—Oh, que mal. ¿De verdad no puedes quedarte un rato más?—Inquirió Marinette con voz algo triste.

Mujer, mira que si tú me pides quedarme yo sin rechistar lo hago pero creo que lo mejor es dejarlos solos, en su mundo.

Negué con la cabeza y me despedí de ambos, después llamé a mi madre para que mandara por mí.

O bueno, esa había sido la idea, por que antes de que llegaran por mí, el chico guitarrista apareció.

—Hola Kagami, tanto tiempo, ¿cómo estás?— tan amable, ¿por qué Marinette dejó ir a Luka?
Es mejor partido, incluso que Adrien o yo.

—Hola, todo bien, ¿tú qué tal? —Contesté añadiendo una leve sonrisa.

—Bien, salí con Juleka pero se encontró con Rose y yo decidí darles su espacio — contó con una sonrisa que luego se desvaneció, aparentemente por algo que vio a mis espaldas. — ¿Ya los viste? —Asentí y le expliqué que había salido con ellos pero dada la atmósfera en la que se enfrascaban decidí retirarme. — Bueno, ¿quieres caminar un rato? —Ofreció.

Moví la cabeza dando un asentimiento positivo a su propuesta. Luego de un rato caminando, fuimos a parar a un cafetería.

—Me siento mal por todo, ¿sabes? Siento que estoy haciendo mal en mirar a Marinette como algo romántico. —Le conté desanimada.

Me sentía muy culpable respecto a eso, estaba siendo una interferencia en la felicidad de Marinette y no me sentía bien, aún si trataba de autoengañarme diciendome una y otra vez que si ella era feliz yo también lo sería.

Ella llevaba meses enamorada de Adrien e intentado hacer cosas por ser notada. Yo solamente era una traba más para su cometido.

Si yo me confesaba todo lo que ella tenía en mente se iría a la borda, a lo que más le temía yo era a causarle un revoltijo en sus pensamientos.

—No debes sentirte mal por lo que sientes. —Luka me brindó una sonrisa tratando de transmitirme tranquilidad. — Comprendo que te sientas así, pero no es culpa tuya estar enamorada precisamente de ella.

—No quiero ser un estorbo en lo que Marinette  pretende llegar a ser con Adrien. — Solté un suspiro de pesadez.— Quiero que sean felices.

—¿Y lo qué tú quieres no importa? —Lanzó Luka con seriedad.

Me quedé en silencio por un rato.
Claro que es importante, pero tengo miedo a ponerme como prioridad. Mi felicidad estaría desbordándose si Marinette llegase a aceptar tener una relación conmigo, pero dada la situación en la que estamos, veo eso solamente como un sueño.

—No lo sé... Supongo que sí. —Coloqué los codos sobre la mesa y apoye el rostro sobre mis manos. —Es todo tan complicado.

—Tú lo complicas. —Zanjó el guitarrista dándole luego un sorbo al café.

Detestaba que él tuviera razón, quizás sí, yo era la que complicaba todo, pero me era difícil no hacerlo.

Solamente veía escenarios negativos y probablemente así seguiría.








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Igual que él |Marigami|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora