Decir que Jungkook estaba molesto no era lo suficientemente adecuado para describir su estado anímico.
El omega estaba más que furioso y Taehyung podía notarlo cada vez que huía de su mirada y de su presencia entre los pasillos, siempre con la misma excusa de que tenía clase o simplemente se inventaba compromisos con otras personas para que entonces el omega no pudiera recriminarle o hacer algo al respecto.
Era usual que le encontrara siempre serio en cuanto sus miradas chocaban, pero últimamente la del omega se mantenía persistentemente sobre su persona aún después de que él le quitara los ojos de encima. Todo de una manera tan densa y llamativa, que su molestia era más que perceptible incluso a la distancia, aunque Taehyung quisiera ignorarlo.
Era imposible evitarlo, pero al menos lo intentaba.
Aunque quizás el alfa debió suponer desde antes que con una personalidad chispeante como la de Jungkook, un momento como este llegaría tarde o temprano. Porque justo una semana después de la presentación de la obra y entre tantas entregas que les distraían, Taehyung fue interceptado por el omega que se plantó frente a él después de una de sus clases y de camino al club.
Sí, claramente debió de haberlo supuesto.
Yoongi que siempre le acompañaba a todos lados, estaba al tanto de la situación, y tal como su rol de amigo dictaba, intentaba sacarle la vuelta a estos momentos de tensión, justo como ahora.
O al menos se dijo que así lo haría hasta que Taehyung pudiera hacerle frente al omega de aroma dulce y sonrisa bonita, que seguro quería molerlos a golpes cada que los tenía de frente, pero que no podía negarse a sus ingeniosas esquivadas.
Creyó que ese día no sería la excepción.
—Hey, Jungkook. Un gusto verte —Yoongi intentó saludar cuando el omega no dijo nada ni mostró intención alguna de querer hacerlo. Pero al parecer Jungkook había llegado con intenciones lejanas a la amabilidad y la cortesía esta vez, porque en cambio, solo mantuvo su filosa mirada sobre el alfa tenso y mudo a su lado que solo incrementaba cada vez más su coraje ante su evidente evasiva—. Justo íbamos de camino al club a resolver unos problemas antes de que comience nuestra siguiente clase, así que vamos algo apresurados, pero no sé si tú...
—De hecho —el omega dijo al interrumpirle y Jungkook le miró por primera vez en el día con una sonrisa que era de todo menos genuina—, Taehyung hyung no puede ir ahora —Yoongi intentó, pero no pudo decir nada cuando el omega avanzó y enroscó los dedos alrededor de la muñeca del alfa que le miró ansioso, casi como si le rogara internamente por una ayuda que no le podía dar—. Quedó de ayudarme con una duda bastante sencilla de una de mis materias hace tiempo, pero parece que hyung lo ha olvidado. Supongo que tendrá que ir en otra ocasión.
Y Yoongi abrió la boca para replicar o al menos intentar algo, pero entonces el omega le apartó la mirada con su expresión tornándose seria y tiró fuerte del brazo de Taehyung, quien miró hacia el otro alfa por sobre el hombro hasta que la brusquedad de Jungkook lo alejó de su campo de visión.
Lo último que Taehyung vio de Yoongi fue cómo se encogía de hombros antes de ambos girar al final del pasillo porque bueno... ¿Qué se supone que él iba a hacer con eso?
Si era completamente honesto, ni siquiera sabía cómo lo había logrado los días anteriores.
Taehyung solo miró hacia la mano tensa que le sostenía con fuerza y a lo poco que Jungkook dejaba ver de su rostro, su corazón latiendo ansioso y sus manos sudando levemente a pesar del clima fresco que se mantenía dentro de las instalaciones, todo por los nervios y la incertidumbre.
—Jungkook... —intentó para quizás y aligerar un poco las cosas.
—Solo cállate —pero claramente el omega no lo dejó y el alfa ya no se atrevió a intentar nada más ante el tono frío y la ausencia de su mirada.
