Soporte vital

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Enith:

Nadie nos prepara para la muerte, ni siquiera cuando se estudia algo relacionado a la medicina, como le pasa a Thesion, el pobre intenta entender que diablos pasó, como de estar tan bien de salud de un momento a otro, murió de un infarto fulminante, según sabíamos, él estaba bien de salud ya que acudía cada cierto tiempo a consulta, así que él había solicitado una autopsia, esperábamos los resultados así como el cuerpo.

Decirle a mamma había sido la parte más difícil de todas, había perdido a su gran amor, igual que yo.

- Tenía una afección cardíaca desde hace dos años –Thesion lee el informe en voz alta, y quizás resumido para nosotros–, ¿cómo es qué no sabía de esto? –es más una pregunta al aire.

- Es muy probable que no quisiera preocupar a nadie, ya sabes como era –dice mamma bajo, ella había guardado un luto largo tras la muerte de su esposo, y a pesar del evidente amor que había entre los dos, jamás hicieron nada para cambiarlo, y ahora ya no estaba, algo que me parecía por demás triste, al menos yo había tenido cerca de nueve años de entera felicidad, pero ella había dejado escapar muchos más años.

- Es muy probable –se lleva las manos a la cara–, siento que lo volví a perder –me siento junto a él, lo abrazo suave, él corresponde el abrazo, no sé cuanto tiempo nos quedamos en esa posición, quizás hasta que aparece Rachele y corre hacia nosotros. Tira de la manga de Thesion y lo abraza con fuerza, ella le quería mucho, era su amigo T.

- Si quieres llorar, yo te abrazare fuerte –sostiene su rostro–, yo también perdí a mi papi, así que sé como te sientes –muerdo mi labio evitando llorar, pero me es inevitable sonreír, ella tenía un corazón de oro.

- Lo sé Rach, lo sé –la abraza y ella rodea al hombre, era demasiado tierno de ver.

- Lamento su pérdida –una voz me hace sobresaltarme, me giro a verlo y luego recuerdo que él iría por ella al colegio, venía junto a Zack.

- Gracias –digo bajo, Rachele le cuenta cosas a Thesion con la intención de animarlo, este sonríe y besa la cabeza de mi pequeña, ella sonríe al ver que logró su cometido.

- Gracias señor Cranston –alza la vista y le ve un momento, le lanzo una mirada de que tiene que irse, que esto no es de su incumbencia.

- Nos vemos después pequeña –se dirige a nuestra hija, pero su mirada no se aparta de mí ni de mi mano en la espalda de Thesion, ruedo los ojos de manera interna, era tan ridículo su actuar.

- Sí papá Adley –muerdo mi labio al oír como le llama, pero había prometido no interferir y dejar que ella tomara sus propias decisiones.

Asiente y tras darme una larga mirada, una que ignoré viendo a Rachele interactuar con Thesion, ellos se marcharon, suspiro bajo aliviada, ahora debíamos esperar a la madre de Thesion para preparar el funeral, por alguna razón había querido estar presente a pesar de que su relación jamás fue buena, suponía que le reprochaba no haberse quedado con ella por querer estar cerca de mi suegra, incluso había dejado a su pareja, no la entendía, ¿qué habría pensado?

Thesion:

El jefe me había dado el resto de la semana libre, algo que no sabía si agradecía, al menos trabajar no me haría pensar en lo que había pasado, pero justo ahora, no creía capaz de soportar la mirada de lastima de todos mis compañeros.

- Gracias por hacerte cargo Enith –susurro bajo, estábamos en la funeraria.

- No tienes nada que agradecer, él era muy importante para mí y bueno, para todos, esto es lo menos que podemos hacer –aprieta mi brazo y asiento, en todo el evento no se había apartado de mi lado, había recibido a todos y agradecido su presencia y condolencias, yo apenas y había asentido.

Si tenía que definir esto diría que ella era como un soporte vital, sentía que si se alejaba colapsaría, no sabía como reaccionar frente a todos estos desconocidos, no quería fingir que estaba bien, que no me sentía destrozado por dentro, así que agradecía mucho su apoyo, porque mi madre sólo se había dedicado a ver mal a Giulietta, no podía superar que mi padre no la quisiera, pero no se podía forzar nada, además, tenía entendido que ellos se habían enamorado mucho antes de que Vittorio y Giulietta se casaran, pero por algunas cuestiones ellos jamás pudieron estar juntos. Vittorio había sido un gran apoyo para mi padre, así que jamás le jugó mal, incluso después de que este muriera de cáncer.

Aquí estaba yo, junto al ataúd de mi padre, rodeado por la soledad, por la absoluta tranquilidad.

- Lamento tanto el tiempo que desperdicie culpándote –susurro bajo–, si tan sólo hubiese comprendido lo infelices que habríamos sido todos si te hubieras quedado, quizás podría haber tenido más tiempo –toco lento la tapa–, tuve que tener una pistola en el pecho para darme cuenta de eso, muy tarde porque ahora ya no estás –recargo mi frente y comienzo a llorar, tanto tiempo perdido, valioso tiempo que no iba a volver.

- No puedes cambiar el pasado Thesion –su voz es suave, la escucho acercarse–, pero pudiste cambiar el presente, lo conociste y lo amaste, le diste la oportunidad de conocerte y de amarte, y eso mi querido Thesion, es algo imborrable –frota suave mi espalda, me giro a verla, luce serena como un ángel que avisa de la muerte, me sonríe de manera reconfortante, seca mis lágrimas con suavidad. Me quedo en silencio mirándola, ella no me presiona para hablar, ambos nos habíamos visto en los momentos más vulnerables, compartíamos a un ser querido, y ahora, su pérdida y el dolor que dejaba tras su partida.

Pero más allá de todo esto, sabía que mi vida había quedado unida a la de ella hacía tiempo, y no fue hasta este momento que supe, con certeza, que este sentimiento era imborrable, pero también sabía que no sería fácil, sólo Dios sabía que no me equivocaba.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora