Algo mágico

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Enith:

Habían pasado dos meses desde la muerte de Jackson, había sido extraño confiar en su socio, sin embargo, sabía por Thesion y mamma que era de mucha confianza, así que confiaría, no a ciegas pero le daría la oportunidad.

Todo parecía normal, o lo más cercano a la normalidad, Rachele seguía odiando los hospitales, mamma parecía distraída, suponía que pensaba en lo mucho que había perdido. Enirov seguía creciendo, iba muy bien con la estimulación temprana, la fisioterapeuta me había dicho que podía continuar para ayudarlo en el resto de sus etapas, sentado, parado, gateo y caminata, había estado de acuerdo, estaba muy feliz con el desarrollo de mi pequeño a sus cuatro meses.

La relación de Adley y Rachele iba bien, lo mismo que con Zack, mi ex había intentado una salida familiar, a lo que me había negado argumentando que tenía muchas cosas que hacer, no sólo de la empresa de aquí, también las de Ragusa, mi pequeña había entendido, al que no le había caído en gracia, fue a él, algo que me tenía sin cuidado, no iba a compartir mi valioso tiempo con alguien como él.

Hoy tocaba la visita de Thesion, había reducido sus horas en el hospital tras la muerte de su padre, pasaba tiempo con su madre y con su abuelo con el que se hablaba poco, además eso le habían aconsejado, al menos un mes estaría así, sin embargo, él seguía viendo a mi pequeño, algo que le agradecía.

La señora Caruso entra y deja un vaso de leche y un brownie en mi escritorio.

- Hora de descanso Enith –me sonríe, asiento feliz, amaba el chocolate, y esos brownies se veían deliciosos–, el doctor llegó, esta con el bambino, ahora baja –asiento, esta por irse cuando la detengo.

- Sabes qué, lleva otro brownie y leche al saloncito, y dile que ahí lo veo –ella asiente antes de salir, tomo las cosas y salgo rumbo al lugar, necesitaba saber como iba su investigación, si necesitaba más, se me había olvidado llamar al jefe Brennan para preguntar.

Me siento tras dejar las cosas en la mesa, tomo el pequeño tenedor y corto un pedazo, cuando el brownie toca mi lengua, siento que estoy en la gloria, podía sentir que era de doble chocolate, así que hasta ahí termino mi resistencia a esperarlo, quizás debía pedirle que trajera más.

- Habla con la señora Giulietta, ¿quieres más? –pregunta tras ver mi plato vacío, asiento sonriendo, ella ríe bajito y sale tras dejar lo que le encargue, el chocolate me hacía sentir mejor, era algo así como droga.

- Gracias –digo animada cuando la señora Caruso trae un plato grande con más brownies.

- De nada, seguro no tarda –asiento tomando otro, corto un pedazo y tras masticarlo, bebo un poco más de leche, me sentía un poco rara, pero suponía que se debía a lo rápido que había comido.

- Veo que te consienten mucho –abro los ojos al escuchar su voz, río bajito.

- Sólo un poco –me encojo de hombros–, ven, come conmigo –señalo el asiento a mi lado, él ríe pero hace como le digo, se sienta.

- ¿Cómo estás? –me mira atento, corto otro pedazo y lo llevo a mi boca.

- Bien –río cubriendo mi boca–, ¿y tú? –digo tras tragar.

- Tengo días mejores –sonríe de lado–, pero estoy mejor, gracias –sonríe suave, mi corazón se aprieta tras verle así.

- Come esto, te vas a sentir mejor –tomo un trozo de brownie y se lo acerco a la boca–, di un gran ah –susurro, río bajo por lo que dije, él asiente y hace como le pido, aplaudo feliz–, lo sabía, ¿verdad qué te sientes mejor? –corto otro pedazo y se lo acerco, lo veo tragar antes de abrir la boca de nuevo, me sentía como una pequeña niña.

- Oye Enith, ¿estás bien? –pregunta tras tragar, asiento con énfasis–, espera –sostiene mi rostro y se acerca a mí, siento mi cara ponerse roja por la proximidad, era muy guapo, y tenía unos preciosos ojos azules, tenía barba de algunos días y mi mano picaba por pasar mis dedos y ver que tan rasposa era.

- Soy una viuda respetable –comienzo a reír, eso era por si me besaba, ¿sería tan malo ser besada por él? Quizás no.

Thesion:

- ¿Cuántos brownies te comiste? –sus ojos estaban vidriosos, además de su estado, me hacían sospechar de algo, esperaba que no.

- Uno y medio, es que son tan deliciosos –suspira, con su dedo toca mi boca, presiona hasta que logra que la abra–, come –introduce otro pedazo, intento escupirlo pero ella pone sus manos en mi boca y nariz, termino por tragar, ella ríe.

- Enith, estos brownies tienen marihuana, ¿quién te los dio? –ella me mira con desconcierto, comienza a reír.

- La señora Caruso, obvio –remarca la última palabra, ay no, estaba drogada, era alarmante pensar que alguien se los pudo enviar, peor aún, que lo comieran los niños–. Ven –se pone de pie, me jala del brazo y comienza a saltar, luego ríe–, que tonta, la música –se acerca a la mesa, toma su móvil y maniobra buscando algo, acerca la pantalla a su rostro, este se ilumina cuando encuentra algo, pronto la canción de don't be shy comienza a sonar, ella comienza a bailar moviendo sus manos y su cabeza al ritmo, se acerca y pasa sus manos a mi rostro, canta mientras sigue bailando, ver esta faceta era algo sorprendente, pero entendía que lo causaba, pronto cambia a girl like me y ella sigue bailando, se aleja, sonríe y me llama usando sus dedos índices, parecía muy feliz, ríe mientras baila, ¿sería tan malo dejarse llevar? Ella me había hecho comer medio brownie, y no es como que tuviera resistencia, así que sabía que pronto haría efecto, ¿supe cómo llegó? Comencé a mover mi cabeza al ritmo de la música, ella ríe aplaudiendo, me incita a bailar, así que le sigo el juego, la canción cambia de nuevo, era una canción en español, te felicito. Ella hace como robot, río al igual que ella, la observo con detenimiento, era sensual de una manera sexi y no vulgar. Se acerca y me pide que la imite, así que eso hago, ambos reímos.

Me coloco de espaldas, entrelazo nuestras manos para poder imitar sus movimientos, debía decir que era de lo más divertido. La siguiente canción es todo menos que divertido, hold my hand, ella coloca sus brazos en mi cuello, comienza a mecerse como si de un vals se tratara, no pude evitar prestar atención a la letra, ella me mira atenta y canta bajo, descanso mi cabeza en el hueco entre su cuello y hombro, rodeo su cintura y continuo aquel baile, ella cepilla suave mi cabello.

- Sé que estás asustado y que tu miedo es imperfecto, pero no pierdas la fe en ti mismo, he escuchado una historia, una chica, una vez me dijo que volvería a ser feliz –canta suave, la abrazo con fuerza, no me aferraba a ella porque me conectaba con mi padre, me aferraba a ella porque sin saber en que preciso momento, me enamoré, este sentimiento era algo mágico, mucho más allá de esos brownies espaciales, como solían llamarles.

- Y esa chica eres tú –susurro bajo, sostengo suave su rostro y la beso, eso era lo que mi corazón anhelaba más que nada. Ella se aferra a mis muñecas sin romper el contacto, no sé si era la marihuana en mi sistema o era los sentimientos que ella evocaba en mí, pero era tan cálido y reconfortante, que no quería nada más.

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Aaaaaah, pasó gente, y de la manera menos pensada, ¿quién creen que hizo esos brownies espaciales?

Lo sabremos en el siguiente capítulo ;D

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora