Hermana mayor

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Enith:

El doctor Solon entró tras unos minutos de plática entre Adley y Rachele, algo que agradecía, una cosa es que no quisiera ser malagradecida, y otra, que él no se fuera.

- Esta todo listo, ¿preparada preciosa? -dice suave mirando a mi pequeña, ella se gira a verme, puedo ver el miedo.

- Va a ser rápido mi amor, y después de eso, te daré todo lo que te prometí, ¿recuerdas? -ella asiente.

- Esta bien T -ella le sonríe, el doctor le había pedido que le llamara así, según sus palabras, eso les daba confianza a los pequeños.

- Vendrá una enfermera para prepararte, y nos vemos en unos minutos -ella asiente, él le sonríe, a los pocos segundos entra la enfermera Gómez, mi hija ya la conocía, así que fue fácil.

Caminamos con ella hasta la entrada de quirófanos, entonces se despide de nosotros, abrazo a mamma, ella me lo devuelve, sé que es algo sencillo y todo saldrá bien.

- Enith, perdona molestarte -escucho la voz de Adley detrás de mí, me giro para verlo-, debo irme, necesito ir por Zack, sólo te pido que me mantengas informado, ¿podrás? -me mira preocupado, suspiro y asiento.

- Sí, tengo tú número por lo de la empresa -él asiente y se aleja, mamma y yo volvemos al cuarto, Jackson me dijo que vendría, teníamos que ver algunos asuntos de la empresa, había logrado que la siguiente junta fuera la siguiente semana, algo que le agradecía, necesitaba estar con mi hija en su recuperación, al menos por unos días.

- Hola Giulietta, Enith -nos abraza saludando con un beso en la mejilla, le sonrío-, quisiera no tener que molestarte con esto, pero los socios han comenzado a mandar sus propuestas, sería muy bueno que para la siguiente reunión, tuvieras un panorama general de cada una de ellas -asiento y suspiro, esto era bueno, podría ocuparme y evitar que la ansiedad me consuma viva.

Había revisado al menos, veinte propuestas, había descartado la mitad, en realidad no es algo que no haya visto antes. De las diez que quedaron, podría decir que tres eran llamativas, pero sin duda, hubo una que llamo mucho mi atención, era algo arriesgado pero teniendo en cuenta todo lo que pasaba en la actualidad, era una muy buena manera de ahorrar recursos, además de aprovechar los que ya se tienen.

- Hola -dice el doctor Solon entrando con mi hija, estaba dormida pero fuera de eso, se veía bien.

- ¿Todo bien? -pregunto mientras veo como la acomodan en la cama, se gira para verme.

- Sí, todo ha salido perfecto, se quedará esta noche y parte de mañana para observación, después de eso, si su cuerpo no lo rechaza, podrán irse a casa, ella deberá descansar y traerla a revisión dentro de quince días, aunque si notas algo extraño, no dudes en traerla -saca un bolígrafo de su bata y anota algo en un pequeño papel-, si por alguna razón no puedes venir, entonces llámame y con gusto iré a verla -tomo el papel y asiento.

- Muchas gracias -aprieto sus manos y le sonrío, suspiro con alivio.

- Es un placer -me sonríe, debo decir que su sonrisa es como la de Jackson, se parecen mucho ahora que lo veo mejor-, y usted también debe cuidarse, y a ese pequeño -señala mi vientre, asiento rodeándolo con mis manos.

- Claro que sí, no dude que una vez nazca, usted se vuelva su pediatra por el tiempo que estemos aquí -él asiente sonriendo, su sonrisa era tranquila, supongo que eso le ayudaba con los pequeños.

- Me retiro, estamos al pendiente -asiento y sale, me giro para ver a Jackson.

- Es igualito a ti Jackson, ya sé que me tomo cuatro días ver las similitudes, pero no puedes culparme -él asiente riendo, sonrío y camino a la cama de mi pequeña, cepillo su cabello.

- Será mejor que vayas a casa querida, necesitas comer y dormir como se debe, recuerda que ahora son dos -dice mamma suave, sabía que tenía razón.

- Lo haré en cuanto se despierte, lo prometo -alzo mi mano y le sonrío inocente, ella niega pero no dice más. Saco mi teléfono y le envió un mensaje a Adley diciéndole que todo salió bien y que es probable que mañana por la tarde la den de alta, él me agradece y desea buenas noches, apago mi teléfono y omito responderle, ya le había avisado lo necesario.

Sin saber en que momento me quede dormida, abro los ojos al escuchar su voz llamándome, me giro a verla.

- Mami, tengo hambre -dice adormilada, sonrío-, y sed -me pongo de pie y tomo el agua, le acerco el vaso y le ayudo a beber, una vez satisfecha se acomoda-, ¿nos vamos a casa mami? Quiero mi cuarto y el peluche que me dio papá -hace puchero, siento un nudo en la garganta, trago saliva intentando no llorar.

- Sabes, papi antes de irse al cielo, nos dejó un regalo a las dos -digo tras un momento-, ¿recuerdas la sorpresa? -seca su rostro con sus manitas, asiente-, según recuerdo, siempre le dijiste a papá que querías ser hermana mayor, ¿verdad? -ella asiente, acaricio su mejilla-, bueno, pues aquí -toco mi vientre-, esta creciendo un pequeño bebé, no sé si es niña o niño, sólo sé que vas a ser hermana mayor -sus ojos se abren grandes, me abraza con fuerza llorando, muerdo mi labio, pero las lágrimas ya salían, esto era duro sin duda alguna, pero esta vez, a diferencia del pasado, no estaba sola, tenía a una madre, a la señora Caruso que era otro miembro de la familia, a Jackson, que era como un padre y por último, a mis chicos de seguridad, Preston se había mantenido muy estoico a pesar de mis arrebatos, así que eran personas que merecían estar, y estarían.

Adley:

Había pedido un taxi, de todos modos no me sentía en condiciones de manejar. Al llegar, me sentía mejor, así que había podido abrazar a mi hijo, además de ayudarlo con sus tareas, no podía decirle ahora de la existencia de Rachele, al ser casi de la edad, era muy seguro que irían en la misma escuela y mismo grado, no podía arriesgarme a que le dijera algo.

- Papi, hoy nos dijeron que iremos al zoológico la siguiente semana, el señor Gordon nos acompañará esta vez -dice sacando el permiso de su mochila, al igual que su libreta de tareas, era hora de hacerlas, además le daba tiempo a la señora O'Malley a preparar la cena.

Cada tanto revisaba mi teléfono en espera de noticias, cosa que ocurrió tras una hora, mi hijo ya había cenado, se había bañado y veía un poco de televisión, después de eso, se iría a dormir.

Tras el buenas noches no hubo respuesta, sabía que no sería un camino fácil, más bien sería extraño si eso pasara.

- Descansa cariño -beso su cabeza, él me detiene sujetando mi mano.

- Papi, ¿y mamá? -maldigo para mis adentros a esa mujer, le sonrío sentándome en el borde de la cama.

- Mami se esta quedando en otro lado por el momento, ella y yo ya no nos llevamos bien y decidimos que era mejor estar lejos, pero ella te ama y eso no cambiará nada -acomodo su cabello lejos de sus ojos.

- Entiendo -dice con calma-, quiero a mami pero ella grita muy feo y casi no me hace caso, así que esta bien -abraza su pequeña jirafa y cierra los ojos, salgo sintiéndome sorprendido, supongo que él se había dado cuenta lo insostenible que era la situación con su madre, aún así haría todo lo posible porque ambos tuvieran una relación, ya quedaría en ella si lo arruinaba todo o fortalecía ese vínculo, aunque creo que no le importaba en lo absoluto.

Tras darme un largo baño, me acuesto, me sentía cansado y mañana debía trabajar, además de llevar a Zack a la escuela.

Desbloqueo mi teléfono y observo la foto de perfil de su WhatsApp, eran ellos en la fiesta número ocho de nuestra hija, ambos besaban la mejilla de Rachele, ella lucía feliz y pese a todo lo que pude reprocharle, ella es feliz, él la hizo feliz, y yo debía continuar con eso.

Con la idea de planes para conquistarla, es que me quedo dormido.

Una última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora