LA LAGUNA AZUL

- 11 -

Habían pasado 8 días desde que empezaron a buscar a las chicas Robert y Henry estaban preocupados, hace dos días sus familias habían regresado a Miami, mientras ellos seguían esperando noticias de sus hijas

-Señor hemos encontrado el yate

-Gracias a dios- exclamo Henry –Y nuestras hijas- pregunto

-Lamentablemente no están ahí. Pensamos que pudieron haber encontrado una isla y se decidieron refugiarse en ella, lo que me parce correcto ya que no hubiesen soportado todos esos días sin alimento y agua

-Bien- exclamo Robert

-Sí, ahora enviaremos a los aviones a explorar las islas, seguramente deben tener las bengalas ya que no encontramos la caja en el yate y tampoco estaba el bote inflable

-El yate si contaba con esas cosas verdad señor- pregunto Henry a Dave

-Claro que sí señor- respondió Dave

-Bueno y donde encontraron el yate- pregunto Robert

-El yate fue encontrado en………………………….

(....)

-__ ten cuidado amor- Regina observaba a su novia trepar una mata de coco

-Estoy bien cariño, no te preocupes- respondió la castaña con una sonrisa

-Ok

__ alcanzo a tomar dos cocos y los lanzo con cuidado de no golpear a su novia

-Cuidado amor- advirtió al lanzar el segundo coco

-Estoy bien

-Ok mi amor, voy a bajar- aviso la castaña

-Bien cariño, pero con cuidado.

-Si Gina, a veces eres un poco exagerada

-¡¿Yo exagerada?! Bueno ya, baja. Si te cae o golpeas, no me pidas que te ayude

-Ya amor tranquila

Regina se cruzo de brazos y giro su mirada, concentrándose en la hermosa selva. Escucho un crujido y luego un golpe. __ se había caído a pocos metros del suelo, golpeándose la cabeza y espalda.

La morena negó, para luego correr a su novia y sentarse a su lado

-Te lo dije- la regaño Regina

-Ya, okay. Ya entendí amor, te hare caso

-No lo digo por molestarte mi amor

-Lo sé cariño, ahora levantémonos y vamos a tomar esos cocos

-Vamos

__ y Regina caminaron juntas a la playa. La castaña partió las frutas entregándole una a su morena. Se sentaron en la arena. __  se recostó en el árbol de siempre y Regina se recostó en el pecho de su novia. La castaña abrazo a su amada con un brazo, mientras que con el otro sostenía la fruta y tomaba su agua dulce.