Eran las 11 de la noche mientras caminaba por las calles de regreso a casa. Normalmente a esta hora ya no hay mucha gente en la calle, y la zona puede llegar a ponerse un poco insegura. A pesar de eso, a mí nunca me ha ocurrido nada malo, aunque siempre trato de ir alerta.
Estaba a unas casas de llegar a la mía, cuando a lo lejos vi a Jung Kook sentado en la banqueta. Jung Kook es mi vecino, de estatura media, pelo lacio, Blanco y de buen físico. Los músculos de las piernas los tiene bien definidos y su abdomen está marcado porque le gusta jugar fútbol. Desafortunadamente, no le tocó una muy buena situación familiar. No tiene padre y su madre es bailarina en un bar de mujeres no muy lejos de donde vivimos. Ella trabaja siempre de noche y no es raro ver que invite a sus clientes a su casa para tener sexo. Cuando esto ocurre, ella echa a Jung Kook a la calle en lo que entretiene a sus clientes. Sus sesiones de sexo pueden durar horas y horas, mientras Jung Kook espera afuera de su casa en el frío de la noche. A veces, Jung Kook aprovecha esto para juntarse con más gente y jugar fútbol hasta altas horas de la noche. Él es un niño bastante sano y agradable y a pesar de su situación, nunca lo he visto juntarse con malas amistades o haciendo cosas peligrosas.
A veces, Jung Kook y yo intercambiamos conversaciones cortas cuando nos encontramos en la calle, pero nunca pasa de ello, por lo que se me hizo normal acercarme a saludar cuando lo vi sentado en el frío de la noche.
—¡Hola Kookie! ¿Por qué no estás jugando fútbol hoy?
—Ya terminamos de jugar —responde Jung Kook entre risas. —Sin querer ponchamos el balón y no conseguimos otro. Sólo estoy esperando a que mi mamá me deje entrar a la casa para poder ir a dormir, mañana tengo escuela.
Jung Kook nunca hablaba sobre la situación de su madre, y yo nunca lo mencioné, pero estoy muy seguro que él sabía perfectamente la razón por la que su madre lo echaba de casa un par de veces por semana. Decidí sentarme junto a él un rato para hacerle compañía. Hablamos sobre su escuela, mi trabajo, sus amigos y otras cosas no tan relevantes. A pesar de que nos llevamos algunos años, platicar con él es muy entretenido y, aunque él sigue siendo un adolescente, tiene ideas y un carácter bastante maduro para su edad.
Estuvimos platicando durante una hora, cuando por fin vimos salir de su casa a un hombre. Jung Kook tomó esto como la señal para regresar a casa. Ambos nos despedimos y cada quien partió a su casa.
Básicamente, esta era mi rutina con Kookie. Le hacía compañía cuando estaba solo en las noches, platicábamos y nos despedíamos cuando su madre le permitía regresar.
Poco a poco mi relación con él se fue estrechando y yo estaba fascinado por su forma de ser. Nuestra relación empezó a ser tan unida, que Kookie comenzó a pasar conmigo los fines de semana. Al principio me acompañaba a hacer las compras de la semana y otras cosas aburridas, pero luego empezamos a hacer planes más entretenidos como ir al cine, a patinar en hielo, etc.
Uno de esos días, Kookie quiso acompañarme al gimnasio a donde voy. La verdad es que yo no soy un adicto al ejercicio, sólo hago lo suficiente para mantenerme delgado y con una buena condición física. Kookie estaba muy emocionado porque le había contado que en el gimnasio a donde voy había piscina y llevaba insistiendo mucho en que si lo podía llevar. Desgraciadamente, había estado teniendo mucho trabajo y no habíamos podido ir, hasta que una semana mi carga de trabajo empezó a disminuir y le confirmé a Kookie el plan para ir a la piscina del gimnasio.
Un día antes, me pasé por la tienda de deportes para comprarle un traje de baño y una gorra, porque él me había dicho que no tenía. Busqué algún traje adecuado para él y encontré un slip a buen precio. No sabía si Kookie iba a sentirse cómodo usando algo tan corto, pero tampoco creo que le desagradara por completo, así que compré el traje de baño y regresé a casa.
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𝕷𝖚𝖘𝖙𝖋𝖚𝖑𝖓𝖊𝖘𝖘 ||𝐊𝐨𝐨𝐤𝐕/𝐓𝐚𝐞𝐤𝐨𝐨𝐤||©
Fanfic❝ 𝙷𝚊𝚖𝚋𝚛𝚎 𝚍𝚎 𝚝𝚞 𝚙𝚒𝚎𝚕 𝚜𝚊𝚕𝚊𝚍𝚊, 𝚍𝚎 𝚝𝚞 𝚕𝚎𝚗𝚐𝚞𝚊 𝚓𝚞𝚐𝚘𝚜𝚊, 𝚊𝚗𝚜𝚒𝚊 𝚍𝚎 𝚝𝚒 𝚚𝚞𝚎 𝚖𝚎 𝚝𝚛𝚊𝚜𝚝𝚘𝚛𝚗𝚊 𝚢 𝚖𝚎 𝚟𝚞𝚎𝚕𝚟𝚎 𝚎𝚗 𝚞𝚗 𝚕𝚒𝚌á𝚗𝚝𝚛𝚘𝚙𝚘 𝚜𝚊𝚕𝚟𝚊𝚓𝚎 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚘𝚕𝚘 𝚍𝚎𝚜𝚎𝚊 𝚊𝚛𝚊ñ𝚊𝚛 𝚝𝚞 �...