Capítulo 6: La mejor opción.

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//Por fin regresé >:3 

La verdad es que no entiendo muy bien esos asuntos del examen del gobierno así que... Improvisé XD //

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Jihwa no conocía con exactitud cuanto tiempo había trascurrido desde que Mumyeong se fue. ¿Dos meses, casi tres? Pero fuera como fuera, para él ya le parecía demasiado. Afortunadamente, los días en que él estuvo haciéndole compañía fue lo suficiente para ahora no extrañar al causante de sus lágrimas y resentimiento por varios y desperdiciados años, soñando que todo se podría ser de ellos y que ahora solo le causaba una amarga sonrisa tan solo recordarlo, sintiendo vergüenza por lo tan ciego, caprichoso y dañino fue su amor. No obstante, igual sonrió sinceramente cuando el recuerdo de lo feliz que Mumyeong lo había hecho y como este lo ayudó a superar en gran parte a Seungho en tan poco tiempo, sin embargo, para entonces admitía en el fondo de su ser que lo extrañaba mucho.

No estaba decaído, ni le lloraba... Pero si anhelaba su regreso.

Aunque por lo mientras, Jihwa debía disfrutar de su soltería. Su padre lo incitó por no decir que lo obligó a comenzar a salir de su zona de confort. Últimamente el chico prefería resguardarse dentro de su casa, a plasmar su impecable caligrafía sobre el lienzo, escribiendo palabras al azar, entre ellas, le gustaba mucho poner mejoras a los nombres de todos sus seres queridos que alguna vez conformaron su familia pues a pesar de que todos ellos lo dejaron a una edad tan temprana, los tenía presentes porque nunca le gustó la real soledad en la que él y su padre continuaron sus vidas. Sin embargo, el sobrenombre de Mumyeong no faltó en su colección.

Y si no era eso, también tejer. Pese a que como omega, Jihwa contó con el privilegio de que su padre le accedió los conocimientos en literatura, filosofía y matemáticas como a un hijo beta o alfa... No fue exento de ser educado para convertirse madre de familia, y entre sus actividades favoritas, el tejer le era tan tranquilo como entretenido que en verdad lo disfrutaba, aun si este pudiera volverse tedioso.

Bien podría estar haciendo eso en la comodidad de su casa, pero por lo mismo de las "sugerencias" de su padre. El joven Lee estaba sentado en la orilla de uno de los tantos corredores de la mansión Min, mientras daba los últimos mordiscos de una manzana roja (así como su nuevo hanbok con bordados dorados) que se llevó del banquete que ofrecieron. Al terminar, sostuvo del rabito el resto de la fruta y la contempló sin pensar en nada realmente, antes de dejarlo caer a sus pies sobre la tierra.

Miró hacia la luna que recién apareció y brilló a la perfección una vez que el sol se ocultó lo suficiente para dar paso a la oscuridad, en el interior del recinto aún se escuchaban las sonoras y profundas risas de los señores y una que otra voz femenina que los acompañaba. Tras esto, bostezó. La dichosa reunión era tan aburrida que, Jihwa juraba que se moría de sueño o, mejor dicho. Él estaba acostumbrándose a dormirse temprano y despertar hasta tarde... Detestaba eso, capaz y hasta él dormía primero que su padre, dormir temprano era de ancianos, pero le era inevitable y últimamente así estaba volviéndose su rutina. Suspiró frustrado del aburrimiento ¿En serio lord Lee pensaba que así conocería más gente? Hasta por pequeño mal humor que crecía como bola de nieve, Jihwa estaba dispuesto a levantarse para ir por su papá y poder regresar a casa a descasar, no obstante, apenas a los costados puso las manos encima de la madera cuando una reconocible y para nada entrañable voz lo interrumpió.

—Tú siempre tan solitario, Jihwa.

Se trataba del joven maestro Min.

—Ah... eres tú —soltó sin gran impresión, observando cómo es que ese muchacho se acercaba a paso lento.

Mejor que el cobreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora